A estas dos primeras anécdotas las saqué de “Borges”, el libro que compila los diarios de Bioy Casares.
-Una noche en que comen en lo de Bioy, Jorge Luis espera a que Marta, la hija de su amigo, se levante de la mesa para poder decir, llevándose a la nariz una rebanada de pan negro: “Ahora que se fue Martita, te voy a confesar que este pan me gusta tanto porque tiene olor a pis”.
-A la salida de una tarde de trabajo en la editorial Emecé, Borges le dice a Bioy: “Vamos a La Fragata, que tiene un mingitorio donde se logran pises excelentes”.
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Y a la foto de Borges haciendo pis la tomó el mexicano Rogelio Cuellar, en los mingitorios de un colegio de México DF en 1973. Cuellar había buscado a Borges en el aeropuerto y desde entonces no se había separado de él. A través de su brumosa visión, Jorge Luis lo había identificado como “el Duende”. Y luego de una conferencia, le dijo: “Escuchame Duende, quiero hacer pis”. Y así cuenta Cuellar lo que pasó: “Entonces busqué un baño. Y cuando entro a esos antiguos baños de San Ildefonso quedo alucinado, porque era una imagen muy borgiana. Eran como espejos de Lewis Carroll. Se repetían uno a uno, no sé cuántos mingitorios eran pero por lo menos eran diez. Entonces no lo dejo en el primero sino en medio. Me retiro y me digo: «¿Hago una foto, no la hago? ¿La hago, no la hago?». Entonces hice una primera foto y escucho que él dice: «El Duende ya está haciendo travesuras, ¿verdad?», pero con un tono de voz de complacencia, de complicidad…”
