Entrevista: Cristina Martínez Lana

“Del indie ya solo queda la palabra”

Cristina Martínez Lana (Pamplona, 1970) es vocalista y guitarrista de El Columpio Asesino, habituales cabeza de cartel de los principales festivales españoles. Estudió Bellas Artes en la Universidad del Pais Vasco y ha desarrollado su trayectoria profesional combinando sus proyectos enfocados a las artes plásticas junto a los musicales.

Sergio Murillo
Indie and Festival

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Cristina Martínez | Foto: Oso Polita

¿Cómo ves el panorama indie que tanto se ha popularizado en los últimos años?

Creo que el concepto indie se ha hecho mainstream de alguna manera. Se ha creado una especie de estilo dentro del indie donde nosotros estamos como acoplados. La verdad es que esto nos ha venido súper bien, porque hemos podido estar en un montón de festivales, pero somos una rara avis. Somos, como un subterfugio dentro del indie, no sé cómo decirlo. Más alternativos o más duros conceptualmente.

Luego, por ejemplo hay otros casos, como Izal. Un cantautor que de repente se sube al carro y hace un tipo de música parecida a Vetusta Morla, que yo creo que son de los más gordos. Ellos son indie, en el sentido de que se han autoproducido y hecho absolutamente todo. Pero la música que crean es el estilo que ahora mismo arrasa, donde quieren estar todos los grupos.

Hay para quien el indie es un estilo de música y para quien es una manera de hacer las cosas.

En su inicio el indie apareció en Estados Unidos, aunque luego en todos los países ha habido representación. Venía un poco de estar fuera de los circuitos del mainstream, de autoproducirse. Luego llegaron esos grandes sellos discográficos del indie y se creó una industria. Ahora mismo simplemente se ha quedado en la palabra. El concepto ya no es lo que en un origen era, ha evolucionado hasta posicionarse en el primer puesto de los gustos, por así decirlo. De aquello quedan los inicios, porque luego la industria te absorbe.

Los festivales de indie aglutinan a un montón de público, sin embargo, el estilo se mantiene al margen de los grandes medios y las radiofórmulas.

Yo pienso que estos medios lo que están haciendo es tener a un público fijo y darles lo que ellos venden, por así decirlo, porque al final todo se retroalimenta. Fíjate el tipo de música que están poniendo en las radiofórmulas, es curioso como el trap ha entrado ahí por las multinacionales. Yo creo que son las que tienen la última palabra y las que realmente ponen el foco en lo que sale en esos medios. Y el indie, pues no ha entrado ahí. Y fíjate la de miles de personas que van a los conciertos.

“Es curioso como el trap ha entrado en las radiofórmulas por las multinacionales”

Cada vez más, ¿cómo se logra eso?

Yo creo que se debe a varios factores. Por un lado tiene un componente social brutal, porque vas tú, va el vecino, va la amiga, es como de contagio. La gente va porque la gente va, todo el mundo va a estar allí. Eso atrae muchísimo a la gente joven.

Por otro lado, hay que decir que en los últimos años se han profesionalizado muchísimo las producciones de los festivales. Nosotros llevamos haciendo festivales 15 años, hemos visto toda la evolución y es impresionante. Tu oyes a los extranjeros que vienen y alucinan porque se está trabajando muy bien. Están muy bien montados, bien ubicados y con buenas condiciones.

Otro factor somos los grupos. Hemos estado ahí y se nos ha querido porque también eramos un reclamo para la gente. Entonces la mezcla de todo esto ha ligado muy bien y ha hecho que proliferen muchísimo. Y fíjate la de festivales que hay, es una barbaridad.

Entonces, ¿el indie se ha popularizado gracias a los festivales o al contrario?

Está todo relacionado. Muchos carteles piden a determinados grupos porque saben que tienen la asistencia garantizada. Creo que se retroalimenta todo.

“Muchos carteles piden a determinados grupos porque saben que tienen la asistencia garantizada”

¿Qué factores piensas que influyen en nuestro gusto musical?

Yo creo que la música que escuchas es un espejo de como eres o de como te gustaría ser. Y creo que la música ha servido un poco para definir socialmente a diferentes estratos de la sociedad, como por ejemplo a las tribus de los años 80. Los heavies, los punkis… Un poco así. Porque tiene mucho que ver con quien te relaciones, con tu grupo de amigos y, por supuesto, con tu gusto.

Muchos desean escuchar cosas que le muevan a nivel emocional y buscan artistas que realmente se están rompiendo la cabeza por hacer música diferente. Cosa que yo agradezco desde mi puesto. Creo que eso es lo que lo diferencia.

¿Piensas que una persona que no tiene esa ambición desde el principio puede aprender a disfrutar de otro tipo de música?

Claro que sí. Pienso que la música no tiene barreras. Lo que pasa es que hay mucha gente que pone la radio y ya está, no se preocupa. Aunque ahora con los móviles y eso es diferente. Hay más acceso a todo tipo de contenido, pero tiene que ver mucho con la inquietud de cada cual y con el ambiente en el que tú te muevas. Hay gente que se conforma con lo que le echan y otra que busca a todos los niveles. Que quiere conocer más sobre literatura, sobre cine, etc. Creo que hay una diferencia.

“Hay gente que se conforma con lo que le echan y otra que busca a todos los niveles”

¿Cómo ves la situación por el coronavirus?

Pues, hemos pasado de una situación excelente a verlo todo muy negro. Ha sido terrible. Sobre todo por no saber qué va a pasar. Nos ha dado de lleno sobre todo a la cultura, a la música, al teatro y a las artes en general. Todavía no sabemos cómo se va a resolver esto, así que estamos haciendo experimentos, como lo de kilómetro zero, que no tenemos ni idea de cómo va a resultar. Creo que tampoco va a ser algo demasiado representativo, pero la verdad es que todo el mundo se está volcando y va a haber una respuesta por parte del público para echarnos un cable. Pero no sé si hay futuro en esto. Nosotros nos dedicamos a crear una experiencia que vivimos con la gente. Eso a través de una pantalla no es igual. Veo complicado que esto pueda sobrevivir con conciertos en streaming. Tenemos alguna fecha más también en agosto, pero creo que va a ser al aire libre. Tiraremos hasta que se pueda un poco volver a alguna relativa normalidad, pero la verdad es que estamos bastante tocados con este tema.

Las medidas del Gobierno para el sector han dejado bastante que desear, por lo visto.

Aquí en Navarra nos estamos moviendo todos los músicos para pedir ayuda al Gobierno. Es que nunca hemos pedido nada. Nos estamos movilizando para ver si podemos tener alguna ayuda hasta que la cosa se normalice y podamos seguir con nuestros conciertos y nuestra historia. Pero sí que ha sido un poco lamentable ver cómo se ha ayudado a todo el mundo y nosotros nos hemos quedado fuera, ha sido decepcionante. Así que estamos con mucha tristeza y mucha incertidumbre, pero bueno, seguiremos trabajando.

¿Cómo veis la respuesta de las instituciones ante vuestras movilizaciones?

En principio estamos con negociaciones. Llevamos muy poquito, pero por parte de los partidos políticos ha habido un interés, esperamos que luego no intenten tirar la pelota para otro lado. Se han puesto en contacto con nosotros para preguntarnos cómo estamos y claro, alucinaban cuando les contábamos nuestra situación legal.

En Francia está contemplado el estatus de trabajador intermitente. Cuando tocas, estás cobrando dinero, pero cuando grabas un disco no puedes tocar. Entonces, durante esos periodos se nos hace muy difícil poder pagar una cuota de autónomos de 300 y pico euros durante dos o tres años. Siempre vivimos como las hormiguitas, recogemos el montoncito y vamos administrando.

Entonces hemos pedido que se tenga en cuenta nuestro sector. Piensa que en el epígrafe en el que nos ponemos de autónomos pone “artistas y toreros”. Y ahí estamos los actores, pintores, músicos, etc. Es alucinante. Hace falta una revisión para que se reconozca nuestro oficio porque, no sé por qué, no se considera como un trabajo más. Queremos que se nos visualice, que trabajamos un montón, la verdad.

“Vivimos como las hormigas, recogemos un montoncito y vamos administrando”

Ha tenido que venir una pandemia para hacernos ver que culturalmente vivimos en el siglo pasado.

Sí, esto es súper precario. Y nosotros somos un grupo que estamos súper bien dentro de lo que cabe. Cuánta gente quisiera estar en nuestra situación. Llevamos más de una década pudiéndonos dedicar a esto, con las limitaciones que tiene, porque nosotros no hacemos una gira y ganamos tres millones de euros, pero bueno, nos permite continuar. Pero claro, nos gustaría cotizar. Pensar que nos podemos jubilar y estas cosas. Que parece que no nos preocupa, pero claro que nos preocupa.

¿Sabes cómo funciona el modelo francés de trabajadores intermitentes del que has hablado?

Creo que funciona principalmente para artistas plásticos. Cuando tienen un proyecto, lo presentan y estipulan el tiempo que van a tardar en producirlo. Lo que hacen las instituciones y hacienda es rebajar la cuota durante ese tiempo y cuando comienzan a producir se lo van compensando. Ojalá nosotros pudiéramos estar siempre tocando y ganando, pero esto no funciona así. Una gira dura lo que dura, y luego te tienes que meter a componer, porque no puedes vivir siempre de un disco. Es nuestro trabajo.

Aquí, lo que hacen los artistas, por ejemplo, es darse de baja cuando están pintando, y de alta después, para la exposición. Se suele combinar con otros trabajos, pero bueno, eso son malas vidas porque al final no atiendes a ninguna de las dos cosas.

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Sergio Murillo
Indie and Festival

Suplo mi falta de talento con trabajo. El típico que sabe de todo pero muy poco. Periodismo, música y teatro.