Reportaje

El indie es la nueva canción del verano

España llegó en 2018 hasta el primer puesto en turismo de festivales tras aumentar un 70% durante tres años consecutivos

Sergio Murillo
Indie and Festival

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Existen dos tipos de personas. Las previsoras y las que lo dejan todo para el último momento. Puede que en un grupo de amigos no se sepa quién es quién, pero cuando hay que ir a un festival, el secreto se destapa. La lista de cosas a preparar suele estar compuesta por elementos indispensables para sobrevivir a la aventura, y no todo el mundo se preocupa de tenerlos a tiempo. En primer lugar, una maleta repleta de atuendos que van desde lo más estival hasta lo más impermeable. Gafas de sol, sombrero y protector solar son obligatorios. También es indispensable el kit de comida estándar, agua, pan de molde y todo tipo de latas. Además, una tienda de campaña con capacidad para poder almacenar el equipaje. Y por último lo más importante, el teléfono con la batería llena, la memoria vacía y la app del festival instalada.

En los últimos años los festivales de música han ido creciendo y se han constituido como eventos que atraen a un público amante de esta experiencia. Según el informe del Observatorio de patrocinio de marcas en festivales, en 2018 la facturación de la música en vivo creció un 24%, doblando los ingresos en venta de entradas de 2013. El informe indica que hace dos años se facturaron 333 millones de euros de la venta de entradas de estos eventos. Además, el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura y Educación indica que en 2018 se celebraron un total de 896 festivales de música. De todos estos eventos, 157 se llevaron a cabo durante los tres meses de verano, 48 eran de indie pop y 45 de estilo variado.

Vetusta Morla Low Festival de Benidorm (2019)
Vetusta Morla terminan su actuación en el Low Festival de Benidorm (2019). Algunos festivales se han convertido, por sí mismos, en destinos turísticos. | Foto: Raquel Lorente

Si tenemos en cuenta que los festivales de estilo variado cuentan con un gran número de grupos catalogados como indies, podemos decir que estamos ante el estilo que reina en los festivales de verano. Quizá sea debido a su gran aceptación que, en la historia reciente de la música popular, no ha habido una etiqueta que genere más controversia que la de indie.

Según el periodista y autor del libro Indie & Rock Alternativo, Carlos Pérez de Ziriza, “hoy día es complicado delimitar la frontera entre lo que es indie y lo que no”. Y añade: “en un principio nació como abreviatura de independiente, pero se ha ido desvirtuando y hoy ya no tiene nada que ver con eso. Hay bandas consideradas indies que editan en multinacionales y otras que se autoeditan los discos”. De modo similar opina Cristina Martínez Lana, cantante y guitarrista de El Columpio Asesino: “el indie venía de estar fuera de los circuitos del mainstream, luego llegaron los grandes sellos de indie y lo convirtieron en una industria. Y al final, la industria te absorbe”.

En 2018 se celebraron un total de 896 festivales repartidos por todo el territorio nacional

Para Pérez de Ziriza, el indie de hoy se proyecta a dos velocidades: “la primera sería la velocidad del AVE, condicionada por el auge de los grandes festivales, los cuales tienen carteles prácticamente calcados porque hay un público que está esperando que vayan esos grupos”. La otra velocidad es “la del tren de cercanías, donde están los grupos que no pertenecen a las agencias de contratación que debería meterlos en esos festivales y tienen que conformarse con actuar en salas o festivales más pequeños”. Los motivos por los que estas bandas no llegan a la primera categoría no se sabe con exactitud. “Puede que su música realmente no conecte con el público; puede ser la posición del músico, que se ve obligado a trabajar en otras cosas a la vez que saca discos; puede ser la falta de un sello detrás que proyecte su música a públicos más amplios”, explica Pérez de Ziriza, que sentencia: “aunque por muchas ayudas que un grupo reciba para dar a conocer su música, si el público lo acepta o no lo acepta está fuera de su control”.

Second en el festival EMDIV de Elda (2017). Los festivales estivales se han convertido en una forma de reactivar el ocio en todo tipo de localidades. | Foto: María Guardia Ortiz

La vocalista de El Columpio Asesino piensa que el concepto “se ha hecho mainstream de alguna manera” y ha evolucionado “hasta posicionarse en el primer puesto de los gustos”. Pone como ejemplo a Izal: “son indie en el sentido de que ellos se han autoproducido y hecho absolutamente todo, pero su estilo musical es el que ahora mismo arrasa”.

Sobre gustos
Como cualquier fenómeno millenial que se precie, las redes sociales han sido el hábitat donde el indie ha encontrado un clima perfecto para darse a conocer al gran público. Según Perfecto Herrera Boyer, psicólogo experto en percepción musical y miembro fundador del Grupo de Tecnología Musical de la Universidad Pompeu Fabra, “aunque los intereses económicos de las redes sociales y de las plataformas de difusión están ahí, con su ayuda, cualquier idea tiene muchas más probabilidades de extenderse”.

Tanto es así, que en una encuesta realizada por este medio, un 68% de los encuestados afirmaron descubrir nueva música a través de las redes sociales, un 45% afirmó hacerlo también a través de conocidos, un 37%, además, con la ayuda de radios musicales y un 27% añadía la asistencia a festivales como método para conocer nuevos grupos y estilos.

Un 68% de los encuestados afirmaron descubrir nueva música a través de las redes sociales

El hecho de que la mayoría de encuestados descubra música a través de interacciones con otras personas deja ver que somos animales sociales. Debido a esto, “si alguien para nosotros es importante y expresa una determinada preferencia, hay una probabilidad de que nosotros la sigamos y que, como mínimo, nos expongamos”, explica Herrera. Aunque este no es un factor determinante, el hecho de incrementar la frecuencia con la que hemos estado expuestos a un estímulo aumenta la familiaridad con el mismo, y cuanta más familiaridad, más tolerancia. Perfecto asegura que por la simple exposición, una persona no se puede convertir en un forofo de cierta música, pero sí que puede comenzar a resultarle tolerable, “hasta que probablemente un día piense que tampoco está tan mal”.

Público del Festival Cabo de Plata de Barbate (2019). En 2018 Andalucía se convirtió en la segunda C.A. con más festivales (118) por detrás de Cataluña (172). | Foto: José Domingo Delgado

De esta manera, no es de extrañar que grupos como Vetusta Morla, Love of Lesbian o Carlos Sadness alcancen, cada uno, entre 500 mil y un millón de fans si sumamos sus seguidores en Twitter, Facebook e Instagram. Si a esto le unimos los pocos programas musicales que se pueden encontrar en televisión y un panorama radiofónico más previsible que nunca, no es de extrañar que una música anteriormente reservada para un público más vanguardista se haya abierto paso hasta conquistar la cultura de masas.

¿De festi? Vale
Aunque el indie nació como una alternativa a las grandes compañías, los festivales que tanto lo exponen no surgieron como un modelo de ocio al margen de los grandes medios o marcas. Según Pérez de Ziriza “es un fenómeno popular que tiene poco de alternativo desde lo que es el concepto de fiesta”. Para el periodista, los grandes festivales de indie de hoy en día “son el equivalente a los conciertos que se hacían en los pueblos en los 80, solo que antes podías ver a Radio Futura y ahora tienes a Vetusta Morla”. Los cambios los encontramos en la manera de envasar, presentar y vender ese espectáculo. Ahora hay mejores condiciones de sonido y está todo patrocinado por grandes marcas. “La etiqueta indie es lo que le da cierto aura de modernidad”, asegura Carlos.

Cristina Martínez Lana: “Los festivales tienen un componente social brutal, como de contagio”

El conocido como boom de los festivales comenzó a surgir tras la crisis de 2008. Las subvenciones que partían de las instituciones públicas hacia eventos culturales dejaron de existir y las marcas vieron la oportunidad de asociarse con eventos musicales que las atraían hacía nuevos públicos. Ana Gómez de Castro, Doctora Cum Laudem en publicidad y RRPP por la Universidad Camilo José Cela y codirectora de Shesaidso cuenta que “los patrocinios han ayudado a la proliferación de este tipo de eventos, ya que económicamente no hubieran sido rentables a la hora de llevarse a cabo”.

No obstante, hay otras claves, entre ellas se encuentra la profesionalización que el sector ha experimentado en los últimos años. La Doctora en RR.PP. recuerda que “tanto la Universidad Miguel Hernández (UMH), como la Camilo José Cela (UCJC) son pioneras en los programas y grados universitarios que forman a alumnos en el sector de la organización de eventos”. Sin embargo, uno de los principales factores a los que la codirectora de Shesaidso atribuye el crecimiento de los festivales de música pop al aire libre es, de nuevo, a nuestra conducta y hábitos sociales: “al público español nos gusta pasar el tiempo de ocio con nuestros seres queridos y al aire libre, y este tipo de actividades se aúnan en estos eventos”. Cristina Martínez Lana también hace hincapié en este aspecto: “tienen un componente social brutal, como de contagio. La gente va, porque la gente va. Todo el mundo va a estar allí, y eso atrae mucho a la gente joven”.

Dubioza Kolektiv dan por finalizado su concierto en el festival Pirata Rock de Gandía (2018). Cada vez es más común encontrar festivales dirigidos a consumidores específicos. | Foto: Martin Halabrín

Y cómo no, detrás de la explosión de popularidad de los festivales, también podemos encontrar la aparición de la comunicación digital que, según Ana Gómez de Castro, ha conseguido diversificar la comunicación de este tipo de eventos y atraer a otro tipo de personas. “Antes veíamos festivales dirigidos a un target muy específico, pero ahora los hay destinados a todo tipo de públicos”, dice la doctora, que asegura que para no colapsar el mercado se debe buscar un valor añadido que diferencie unos festivales del resto, ya sea la programación, la localización o las actividades paralelas. Con casi el millar de festivales repartidos por la geografía Española, Gómez de Castro lo tiene claro: “no hay público para tanto festival”.

Pérez de Ziriza opina que los carteles de los festivales “son un calco unos de otros” debido a la enorme presencia que tienen las denominadas bandas que se encuentran viajando a velocidad AVE. “La aparición de estos artistas en el cartel es un éxito asegurado”, dice, por otra parte, la codirectora de Shesaidso. “A la hora de programar un festival, hay que hacer una media para traer cosas que se sabe que van a triunfar, y cosas que no sabes, pero que tienes que arriesgar”. Aunque nos dé la sensación de que los grupos se repiten, seguro que es posible encontrar un festival que se adapte a nuestro gusto.

El futuro de todo un sector

Uno de los sectores que más se ha visto afectado con la crisis del coronavirus, ha sido el de los artistas. Aunque el pasado mayo el Gobierno aprobó una serie de medidas de apoyo, las principales asociaciones de la industria musical se mostraron disconformes con estas. En un comunicado, la Asociación de Promotores Musicales (APM) las calificó de “tomadura de pelo que pone en la cuerda floja a promotores y artistas”.

Las principales organizaciones musicales del país, unidas a través de la Federación de la Música de España (Es_Música) llevaban tiempo negociando para lograr que se aplicara la causa de fuerza mayor que permitiese una gestión ordenada de la cancelación de los eventos y de la devolución del importe de las entradas llegado el caso. No obstante, no se ha incluido en la batería de medidas. Por otro lado, se ha anunciado una futura prestación por desempleo para los artistas, pero dejará fuera a los que trabajaban por cuenta propia y a los técnicos y profesionales de la industria musical.

Cristina Martínez Lana asegura que “ha sido un poco lamentable” ver como se ayuda a todo el mundo mientras ellos se quedaban fuera y que están viviendo estos momentos “con mucha tristeza e incertidumbre”. Su grupo lleva más de una década pudiendo dedicarse a esto y es consciente de que, en comparación con otras situaciones, ellos están bien, así que seguirán “trabajando y tirando hasta que se pueda volver a alguna relativa normalidad”.

Pura Mandanga en Paellas Live de Alicante (2015). Las empresas encargadas de la organización de estos eventos deberán adaptarse a la nueva situación de pandemia. | Foto: Daniel Gil Giménez

Por parte del área de la organización de eventos la situación es idéntica, Ana Gómez de Castro comenta que están viendo venir la situación “dentro del desconocimiento”. Piensa que es clave “que los organizadores, promotores, marcas y demás permanezcan unidos, ya que son un mismo sector”. Pero también, que deben reflexionar y analizar el comportamiento del público tras esta situación: “estamos viendo a gente a la que le da miedo salir a la calle”.

En los últimos meses se han visto iniciativas para buscar nuevas salidas a la crisis de la COVID-19. Una de ellas es el festival Km Zero Musik Fest, organizado por Baluarte en la Sala Zero de Tarragona. El Columpio Asesino serán los encargados del cierre del festival el próximo 20 de junio. Su vocalista no ve el futuro en este tipo de eventos por streaming: “a lo que nos dedicamos es a crear una experiencia que vivimos con la gente, eso a través de una pantalla no es igual, aunque es cierto que todo el mundo se está volcando con nosotros”.

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Sergio Murillo
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Suplo mi falta de talento con trabajo. El típico que sabe de todo pero muy poco. Periodismo, música y teatro.