Un acercamiento al universo de The Watchmen

Por Anais Alfaro

Francisco Quintero
InkuMech Magazine

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El leer en el bus o en cualquier tiempo libre, no significa a limitarnos en obras de un solo número. Existen otros cómic que sin exceder los límites de una novela gráfica, son material de lectura para dividirlo en sesiones y son excelentes para matar el tiempo y nutrir la mente.

El universo distópico de Watchmen es un claro ejemplo de una obra que marca a cualquier lector y puede ser consumida en pequeños intervalos de tiempo. El cómic de 12 números, llegaba en aquellas épocas de 1986 en donde el cómic era considerado un producto para “niños y jóvenes” norte americano. La aclamada obra de Alan Moore fue el salvavidas o mejor el gestor de una ola de historias gráficas maduras que complacieran a los críticos más exigentes, pero ¿A qué se debió el boom mundial de Watchmen?

El solo nombre de Watchmen nos da pistas de su contenido: el título de la obra viene de la frase: quis custodiet ipsos custodes? perteneciente a la Sátira VI del poeta Décimo Junio Juvenal (siglo I — siglo II) que traducido en inglés seria: “Who watches the watchmen?”(¿Quién vigila a los vigilantes?) Aludiendo que los héroes, al igual que cualquier fascista, se convertían en una autoridad toda poderosa que regía a los “comunes” sin ningún control.

El panorama de héroes sin vigilancia, es una crítica a lo que en ese período de ochenta se vivía en Estados unidos: Guerras y amenazas nucleares se hacían constantes para el ciudadano, que veía con impotencia como fallaban los grandes mandos.

El espacio del cómic nos lleva en un espiral temporal que pasa de los años 1940 a los 1960 y aunque es, lógicamente, una obra de ficción contiene múltiples detalles simbólicos, gráficos y hasta musicales de esos diversos años; pasamos a momentos reales como Guerra de Vietnam y las tensiones nucleares con Rusia a omitir otros sucesos históricos como lo ocurrido en el caso Watergate.

El ambiente va gestando un contexto muy diferente a lo que se tenía acostumbrado con otros cómic de DC como Batman o Superman. Watchmen nos muestra la crueldad, megalomanía, las diversas concepciones morales y las ansias de poder que hasta los mejores Súper héroes pueden sufrir.

La obra crea un universo nuevo con sus propios personajes aunque se pueden notar las bases de los viejos héroes de MLJ Comics y Charlton Comics.

La historia fue el gancho que toco las fibras de diversas sociedades, que sin importar los detalles de la cultura Norte americana, logro un lenguaje universal.

Un comediante muerto, una conspiración de asesinatos a súper héroes que en realidad solo son héroes a excepción del “dios americano”: Doctor Manhattan, la moral y hasta espacios para la conspiración encontraras en esta obra.

No olvidare mencionar el magnífico trabajo de lápiz y tinta de Dave Gibbons y del colorista John Higgins, que participaron activamente en la creación de personajes además aportaron como detalle ilustraciones que nos remontan a la época de los cuarenta con un estilo inspirado en los storyboards en donde casi seguro que en cada viñeta encontrara un detalle simbólico que tiene concordancia con la narración.

Watchmen es un cómic para la posteridad, sin duda de casi obligatoria lectura, su boom se debe a mostrarnos que la ficción puede ser muy cercana a la realidad; a la que algunos responderán:

“Me voy de esta galaxia… a una menos complicada”

-Doctor Manhattan.

Este artículo hace parte del tercer número (02) de la revista InkuMech que puedes encontrar completo y gratis en Scribd o Slideshare.

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