Innovación & Medios: Olga Lucía Lozano (Col.)

Una colección de entrevistas con profesionales de la industria periodística para conocer ideas, sistemas, perfiles y aptitudes que permitan generar procesos de innovación dentro de los medios.

Olga Lucía Lozano es periodista, cofundadora del medio digital colombiano La Silla Vacía, y actualmente se desempeña como consultora para medios en áreas de Innovación y Nuevas Metodologías de Generación y Circulación de la Información.

Olga también es amiga personal de la casa. Hemos tenido muchas conversaciones sobre éstos temas y es un placer poder entrevistarla en este nueva sección.

- ¿Cómo podrías definir la innovación en el periodismo? Es decir, que características debe tener un medio para considerarse innovador.

O.L.L: Como en todos los casos, creo que la innovación se vincula a la intención permanente de plantearse preguntas y tratar de encontrar respuestas diversas y creativas a esas preguntas. En periodismo, eso se da en todas las áreas, desde la manera como se conciben hoy los ejercicios de reportería e investigación, los cuales en los últimos años han tenido que implementar conceptos como tiempo real, inteligencia artificial, inmersión, por ejemplo, hasta los métodos para sobrevivir y consolidarse en un universo cada vez más sobrepoblado y con mayores requerimientos y exigencias en torno a lo que reciben como información.

Los medios que se definen como innovadores son espacios permanentes de creación, en donde la relación con el usuario final define en mucho los caminos a seguir, actualmente, en términos de necesidades, de formatos y de modelos de circulación. Hay que decir que la innovación pocas veces en periodismo se considera como un proceso de cero a 100, pues se inspira en diversas disciplinas, metodologías y ahonda en aquello que parecen conceptos teóricos hasta convertirlo en procesos prácticos con la intención de perfeccionar en el camino la tarea informativa.

- ¿Cuáles son los mayores desafíos al impulsar procesos de innovación dentro de una redacción?

O.L.L: Encontrar profesionales que incorporen el concepto como parte de las preguntas y motivaciones diarias. Eso implica que se tenga siempre la disposición de aprender, de cambiar, de adaptarse y evolucionar a la misma velocidad que lo están haciendo no solo los procesos periodísticos, sino la manera de concebir y narrar la vida. Siempre se habla de salir de la comodidad, pero yo creo que los medios están incómodos hace tiempo, justamente porque la cantidad de desafíos planteados hoy de manera simultánea no ha permitido a la mayoría encontrar un lugar de sosiego en dónde se pueda establecer que hay una manera de ser y hacer y seguir solo ese patrón. Yo me inclino más por la capacidad para soltar el pasado y la manera como nos definimos en él. Ser capaces de pensar las redacciones, la actividad periodística y el mundo olvidándose de las viejas jerarquías y tratando de encontrar un modelo propio de trabajo y asociación.

- En los últimos años, has sido parte de diferentes organizaciones periodísticas, en algunas de ellas desde su nacimiento, trabajando a la par con las áreas de Producto, Tecnología y Comercial. ¿Cómo ha sido intentar romper con los flujos y rutinas tradicionales allí?

O.L.L: En la última década, las realidades han cambiado mucho. Antes del nuevo siglo y durante gran parte de la primera década del siglo 21, en América Latina, en muy pocas salas de redacción se entendía el concepto de innovación como parte natural del ejercicio periodístico diario. Pero en este tema, como en muchos en la vida, la realidad del negocio permitió analizar y concentrarse en temas que antes se entendían más desde el consumo de las audiencias y el entorno clásico de supervivencia en el mercado.

Hoy se entiende que lo que tradicionalmente se llama “negocio” está directamente vinculado con la proximidad que se tenga para generar relaciones próximas, constructivas con los usuarios, y transparentes y públicas con las fuentes. Que el periodismo de valor debe construir redes y no públicos, y que eso se deriva de la capacidad que se tenga para generar productos editoriales de alta calidad, en donde la inclusión hoy es un factor fundamental. Hoy nadie debe ser convencido de que “lo hecho, hecho está” y que cada tanto eso pasará a ser un referente de inspiración para seguir avanzando y no el resultado final de nada.

- La innovación dentro de los medios de comunicación requiere nuevos perfiles profesionales. ¿Cuáles creés que serán los mas requeridos en el futuro cercano?

O.L.L: No se si académicamente se requiere una formación específica, lo que sí se requiere son personas con diversas capacidades y conocimientos. El camino de aprendizaje en la vida hoy es inagotable y cualquier persona vinculada al trabajo que hacemos, sin importar su área de desempeño, debe entenderlo así. Hoy se requieren profesionales con un espectro más amplio de formación, interesados en diversas áreas, con capacidad para adaptarse a las nuevas realidades y aprender en el camino a vencer la incertidumbre. Hoy, es mi postura por lo menos, el mundo lo que más requiere es gente con la capacidad de aprender sin un proceso clásico educativo de por medio, capaz de aprender en solitario si se requiere y capaz de plantearse cada día preguntas nuevas e ir por las respuestas, aunque aún exista una definitiva.

Hace unos años, la pregunta más frecuente a personas que hacen lo que yo hago era: ¿Qué estudiaste para saber de esto? ¿Qué posgrado hiciste? . En realidad, muchos de los que arrancamos esto hace más de 20 años no fuimos a un lugar formal para que nos entregarán un título en el que se acreditara que sabíamos hacer algo que pocos sabían hacer entonces y aún menos personas podrían enseñar a hacer. El aprendizaje es así hoy y los grandes talentos de América Latina en este campo en muchos casos no finalizaron la universidad o hicieron carreras tradicionales que luego han enriquecido en la práctica. Este proceso fue y es de prueba — error, de compartir experiencias, de entender que lo que funciona a otros, no me funciona a mí. Y también creo que internet por fin permitió masificar y liberar el concepto de que hay saberes superiores o inferiores, hay saberes por construir en realidad. Yo trabajo con gente diversa siempre, que vienen de universos muy diferentes y crean desde puntos de partida que son propios de cada uno y eso al final tiene muchos propósitos, entre ellos crear ámbitos de aprendizaje prácticos en donde todos aportan.

- ¿Podrías citar algunas herramientas de diseño, desarrollo y producción de contenidos que consideres innovadoras en la actualidad? ¿Qué medio a nivel nacional o internacional podrías destacar como realmente innovador?

O.L.L: Hay dos temas de los que viene hablándose desde antes de la pandemia: El uso de la inteligencia artificial de manera cotidiana en la producción periodística y la inmersión como formato narrativo. Ya mucha gente viene trabajando en América Latina con IA. Lo de inmersión va más lento, pero también porque no basta con tomar formatos de realidad aumentada para narrar lo mismo de siempre. Diría acá que lo más importante no es siempre encontrar una herramienta, sino primero entender en qué se basa cada concepto y profundizar en todas las posibilidades que ofrecen para la realidad particular de nuestros países y nuestros usuarios. Si sabemos, por ejemplo, que mucha gente no puede acceder hoy a tecnología de realidad aumentada, pues lo que habría que hacer es preguntarse cómo podemos emprender ese proceso desde lo que podemos usar hoy y no esperar 10 años a que todo el mundo tenga unas gafas. Hace una década, aún gente en salas de redacción ponía en duda el poder de internet y hablaban del periodismo en red como un género menor. Eso representó para ellos un atraso enorme porque intentaron hacer lo mismo de siempre para circular en otro dispositivo y en realidad lo que cambió fue la vida completa y tardaron mucho en entender que ese mundo protegido ya no existía. Hay que explorar siempre, no cuando alguien haya resuelto lo que creemos que nosotros no tenemos que resolver.

Aprecio y sigo las experiencias de medios como Agencia Pública de Brasil, Ojo público de Perú y el Surtidor de Paraguay. Entre otras cosas porque el gen de la innovación ya lo tienen en su alma y cuerpo. No están metidos en eso como un tema de conversación, sino que en cada intento, más allá del resultado, hay algo que se dispara automáticamente a la hora de pensar y concebir su trabajo.