Algunos de los miembros del equipo responsible por el desarrollo de Vaxira (Fuente: ID+i).

#Innovate4Health: Investigación colaborativa en América Latina crea la primera vacuna mundial contra el cáncer de pulmón

Geneva Network
Innovate4Health
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5 min readNov 1, 2018

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Philip Stevens

Este artículo es parte de una serie en la iniciativa de investigación política #Innovate4Health.

El cáncer de pulmón es altamente agresivo, difícil de tratar y causa más muertes alrededor del mundo que cualquier otra manifestación de la enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2018 se espera que le cueste la vida a más de dos millones de personas. Ya que menos del 20% de quienes la padecen sobreviven cinco años después de la primera diagnosis, la enfermedad es un enorme desafío de salud a nivel mundial, así como una tragedia individual para aquellos que la sufren.

Una esperanza está al alcance gracias a la primera vacuna mundial contra el cáncer de pulmón, desarrollada por un consorcio de universidades, compañías e institutos de investigación de Argentina y Cuba. Lo que se conoce como una vacuna “terapéutica”, Vaxira trabaja al “desenmascarar” las células cancerígenas, dejándolas expuestas para ser atacadas por el sistema inmunológico del cuerpo.

Por lo tanto, la vacuna –que tomó 18 años en ser desarrollada– no es una vacuna en el sentido preventivo tradicional, sino más bien un “tratamiento activo de inmunoterapia”, de acuerdo con el Dr. Daniel Alonso, el director científico del consorcio que la creó. “Es una opción de tratamiento para prolongar la vida del paciente”.

La vacuna no es una varita mágica contra el cáncer de pulmón, pero sí ofrece esperanza a millones de personas que lo padecen. Las pruebas clínicas en aproximadamente 1.700 pacientes de 86 países muestran que el 24% de los enfermos en estado avanzado vivieron por dos años con Vaxira, comparado con solo el 8% de los pacientes que se sometieron a procedimientos estándar de quimioterapia y radioterapia. Las pruebas muestran que la vacuna es más efectiva en las personas cuyos tumores se han reducido por la quimioterapia y radioterapia. Vaxira se puede usar en los cánceres de pulmón no microcíticos que representan cerca del 85% de todos los casos de cáncer pulmonar.

“Por supuesto que no se trata de una cura milagrosa”, advierte el Dr. Alonso”. Pero sí brinda una opción que, en combinación con la quimioterapia y radioterapia, puede prologar la supervivencia significativamente”.

Con la llegada de una medicina innovadora como Vaxira, los pacientes de cáncer de pulmón pueden por primera vez tener la oportunidad de llevar vidas productivas al tiempo que sobrellevan la enfermedad. La esperanza es que, con nuevos avances tecnológicos, este cáncer terminar pueda con el tiempo convertirse en una enfermedad crónica manejable, como ya ha ocurrido con el VIH/Sida.

Los científicos también creen que el medicamento, o uno similar, podría eventualmente tener otras aplicaciones, como contra el cáncer de mama, que pueden tener el mismo antígeno tumoral que el cáncer de pulmón. También se está estudiando su efecto terapéutico en el melanoma, así como en algunos tumores pediátricos como neuroblastoma, retinoblastoma, sarcoma de Ewing y el tumor de Wilms.

Colaboración latinoamericana en Investigación y Desarrollo (I&D)

La vacuna fue un esfuerzo colaborativo, desarrollado en conjunto por ID+i, un consorcio argentino que comprende universidades, ministerios de gobierno, al conglomerado farmacéutico argentino Grupo Insud, y al Centro de Inmunología Molecular (CIM) de Cuba.

“Cuando empezamos la investigación, nuestro objetivo era desarrollar terapias biológicas que usan el sistema inmunológico del cuerpo para combatir el cáncer”, afirma Silvia Gold, codirectora del Grupo Insud. “Creíamos que el producto estaría listo en cinco años, pero fue mucho más difícil de lo que imaginamos. Aun así, proseguimos. Cuando echamos una mirada atrás, podemos ver que ha sido un largo camino”.

Al final, el camino del laboratorio al mercado tomó 18 años y se invirtieron cerca de $100 millones en su desarrollo. Así como con la ciencia, el financiamiento fue un esfuerzo colaborativo. Un 40% vino del gobierno cubano y el resto del Grupo Insud.

Vaxira fue introducida por primera vez en Argentina, un país donde mueren más de 9.000 personas al año por cáncer de pulmón. Esto marca cierto retorno al liderazgo en la innovación para un país que se enorgullece de tener varios Premios Nobel científicos, pero que en años recientes se ha enfocado más en su industria de medicamentos genéricos.

El desarrollo de Vaxira fue apuntalado por el deseo de demostrar cómo Argentina puede competir nuevamente en el descubrimiento de medicamentos, dice el Dr. Sigman. “Como doctor, como argentino y como alguien que tiene un compromiso con el país y la región, siempre he tenido la percepción de que no hemos sido capaces de trabajar en la industria de la innovación”.

La propiedad intelectual permite la investigación colaborativa

Los derechos de propiedad intelectual han sido un factor fundamental en el periplo de Vaxira desde el laboratorio universitario hasta el mercado, entre otras razones porque permiten la investigación colaborativa entre instituciones a través de las fronteras.

Desde el inicio del proyecto hasta la finalización de las pruebas clínicas, estuvieron involucradas más de 100 personas en distintos campos –desde biólogos moleculares hasta oncólogos clínicos–. También contribuyeron universidades, instituciones de gobierno y empresas privadas con fines de lucro.

De hecho, la historia del desarrollo de Vaxira es típica del modelo de innovación encadenado que caracteriza cada vez más a la innovación biofarmacéutica. Hoy en día es muy raro que una compañía haga por sí sola la investigación, el desarrollo y la comercialización de un nuevo tratamiento. El desarrollo de medicamentos modernos es usualmente el producto de la colaboración entre compañías grandes y pequeñas, la academia y el sector público en todas las etapas del ciclo de I&D.

Como resultado, la innovación de hoy en día es cada vez más iterativa e interconectada. Varios colaboradores pueden participar en cualquier etapa del proceso de innovación. Por ejemplo, la fase inicial de descubrimiento biomolecular se puede hacer en colaboración con empresas privadas. El titular de los derechos puede conceder una licencia sobre varios componentes discretos del proceso de desarrollo del medicamento a organizaciones subcontratistas, a menudo en distintos países. Y conforme el medicamento avanza a través de las pruebas clínicas, se necesita revelar elementos propietarios críticos a un número creciente de personas fuera de la institución encargada del desarrollo.

Sin derechos de propiedad intelectual seguros y fácilmente aplicables, como patentes y protección regulatoria de información, este tipo de investigación colaborativa internacional sería sumamente difícil. Es muy importante que las reglas sean harmonizadas a nivel internacional, con el fin facilitar el flujo de tecnología y conocimiento a través de las fronteras.

Vaxira es una de las innovaciones más emocionantes que han surgido en años recientes en tratamientos de cáncer pulmonar y fue desarrollada completamente en América Latina. La esperanza es que este sea el inicio de una nueva era en innovación biofarmacéutica latinoamericana.

#Innovate4Health es un proyecto de investigación conjunto de la Geneva Network y el Information Technology & Innovation Foundation (ITIF). Este proyecto resalta cómo la innovación basada en la propiedad intelectual puede hacerles frente a los retos sanitarios mundiales. Si tiene preguntas, comentarios, o una sugerencia de una historia que deberíamos destacar, nos encantaría saber de usted. Por favor contacte info@geneva-network.com

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