Abraham el Flemático

Tener el control no es la solución

Joe Álvarez
Inquebrantablemente Roto
5 min readSep 14, 2019

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El conocernos a nosotros mismos es una travesía de las más grandes que podemos atravesar, conocernos a nosotros mismos nos ayuda a amar más a aquellos a nuestro alrededor, nos ayuda a expresar mejor la gracia y la misericordia, nos ayuda a mejorar, todo claro con Jesús siendo quien guíe esa travesía. Es hora ya de cerrar esta gran serie, hoy toca hablar un poco de los flemáticos.

Los flemáticos son personas extremadamente serenas y tranquilas, son conservadores, confiables, tienen una gran mentalidad práctica, sin embargo su mayor debilidad es un gran falta de motivación. Siempre evitarán verse envueltos en los asuntos a su alrededor, es por esto que nunca se ofrecen de manera espontánea para hacer las cosas o tomar el cargo de los proyectos. Son muy buenos directores y líderes, pero no aceptan fácilmente sus capacidades, tienden a siempre menospreciar virtudes y a no creer en ellas.

Algo característico de los flemáticos es que no suelen mostrar sus emociones o entusiasmarse de manera que sea exteriormente perceptible, les gusta sobrepensar todo y tomar las decisiones con la cabeza fría, por lo que no se involucran sentimentalmente en sus grandes procesos o en sus elecciones, por lo que tienen una fascinación y habilidad extraña por vivir su vida como espectadores de la misma.

Son exageradamente cautelosos, les cuesta demasiado aventurarse y salirse de su zona de confort, tienden a etiquetarlos como personas cuadradas e incluso que le huyen a lo espontáneo de la vida. Es por esto mismo que les resulta exageradamente difícil obedecer a Dios; por su gran necesidad de conocer todos los detalles de los procesos o las decisiones a tomar.

Abraham es nuestro personaje del mes y es que quién más podría representar a un flemático sino el más grande de todos en la biblia, Abraham nos muestra el gran potencial de estos hombres y mujeres, pero también nos muestra los procesos que suelen vivir en cuanto a la confianza.

Los flemáticos generalmente se resisten a entrar por las grandes puertas que se les abren por ser extremadamente desconfiados de lo que vendrá. No confían fácilmente, por eso Abraham descendió a la Tierra de Egipto cuando hubo hambruna, no esperó el cumplimiento de la promesa de Dios; por eso buscó una alternativa en Agar cuando estaba esperando la promesa de un hijo, no esperó el cumplimiento de la promesa de Dios, no tenía la situación bajo su control y esto creo un caos interno enorme.

Son entregados completamente a los compromisos debido a su alto estima de responsabilidad que poseen, siguiendo con la misma historia de Agar, aún cuando un flemático comete errores los suelen afrontar y suelen sentir una carga exagerada por cada una de sus decisiones y consecuencias, que previamente fueron pensadas, probablemente; es por ello que son altamente comprometidos y su gran sentido de responsabilidad les proporcionan características envidiables en la dirección de proyectos o metas, dales motivos para vivir y estarán allí por siempre.

Son buscadores de la paz, se aferran más a la paz y a la convivencia con los demás que a los bienes materiales. Los flemáticos huyen de enfrentarse a situaciones complicadas o que los hagan sentirse incómodos, siempre buscarán evitar el conflicto y buscar la manera de agradar en determinado lugar; aún cuando esto implique incomodarse a sí mismos.

Su gran estrategia de manejo de las situaciones complejas y sus huidas maestras de la confrontación del conflicto los lleva a guardar las frustraciones y los procesos mentales, esto los lleva a ser bombas atómicas de tiempo cuando se encuentran en situaciones altamente estresantes ya que cuando explotan lo hacen en enojo y furia contra alguien específico, sacando a la luz todo lo que hay en sus corazones; suelen crear demasiado rencor por todo lo pasado sino tienen un buen autoconocimiento y control de sí mismos.

Bajo presión son estratégicos, muestran mayor compromiso porque otros estén bien que por estar bien ellos mismos; cuidan más de los demás que de sí mismos. Así vemos un gran reflejo en la historia entre Abraham y Lot, lo vemos cuando Abraham intercede para que el Señor no destruya Sodoma y Gomorra, lo vemos en un Abraham preocupado por Ismael.

Abraham como buen flemático no quiso soltar su seguridad con Lot, sin embargo todo flemático debe aprender que hasta que suelten su seguridad ficticia en sí mismos no recibirán las bendiciones de lo alto. Nosotros no podemos recibir las bendiciones de Dios creyendo en Él a medias, es una fe completa la que Él exige; crees o no crees, sencillo.

De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.

Hebreos 11:6

Aunque ganen o estén exageradamente felices por algo no van a mostrar sus entusiasmo fácilmente, así como son de conservadores en sus estructuras lo son con sus emociones, saben lo engañoso que es el corazón y prefieren no dejar que sea él quien domine su vida.

Son exageradamente temerosos, les cuesta salirse de su zona de seguridad, de no llevar las riendas de lo que está sucediendo, por esto cuando sienten demasiado temor luchan por tener el control de lo que sucede y así recuperar su seguridad, ese es su método de seguridad por defecto.

Lo maravilloso de toda esta historia es que Abraham aprendió a entregar su temperamento a Dios y que Él dominara su vida,

Un flemático es quien nos enseñó lo que significa vivir por fe, un gran flemático fue bautizado como el padre de la fe. Ilógico no, pues así es como nuestro Padre nos enseña,

Dios es experto en transformar lo humanamente imposible en lo extraordinariamente posible.

Espero que a lo largo de esta serie te hayás identificado con alguno de los cuatro temperamentos, la teoría de los temperamentos menciona que nosotros poseemos dos de ellos, el primero de ellos es el que muestra nuestro temperamento de manera más fuerte, el segundo es el que usamos tras bambalinas en las situaciones y su combinación hacen que seás único. Cada uno de ellos tiene sus características buenas y las negativas, pero un temperamento en las manos de un Dios explosivo y magnífico como lo es el Dios en el que creo, no puede hacer menos que grandes maravillas con nosotros si nos entregamos a Él por completo.

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Joe Álvarez
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