¿Dominados?

Engañados por una gran mentira.

Joe Álvarez
Inquebrantablemente Roto
4 min readNov 16, 2019

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Itiel Arroyo en su libro “La Prueba del Amor” sin duda alguna tocó un punto como nadie lo había hecho antes (por lo menos para mí). Uno que nos gusta ignorar, pero la verdad duele y al mismo tiempo sana.

Nuestra generación está dominada por la pornografía, hay más páginas pornográficas en Internet que de cualquier otro tema, el acceso a ella es tan sencillo como un toque en nuestro celular y sé que justo ahora estarán leyendo esto personas que han sido atrapadas por esto, un hoyo negro del cual no vemos salida muchas veces.

Es difícil luchar con algo que se puede ocultar tan fácilmente, ahora mismo existen más adictos a la pornografía que adictos a cualquier otra sustancia ilícita y no solo eso, la pornografía al igual que cualquier otra droga consume la sociedad hasta llevarla a perder el control sobre sus decisiones y acciones.

Por eso, nuestra sociedad está enferma y nosotros también somos parte de eso. Sí, en muchas ocasiones dejamos el tema como un completo tabú del que no se puede hablar o por el contrario tomamos el tema como algo tan necesario y normalizado que nos olvidamos que estamos llevando a las personas a su autodestrucción con cualquiera de las dos posturas.

La Iglesia debería tener un corazón de restauración al tema, no de palabras sino de acciones, de conversaciones profundas y de acompañamiento en los procesos. Aprendamos a caminar juntos, como Jesús lo hizo con sus discípulos.

No solo creo que Jesús te puede restaurar. Sé que lo hará.

¿Dominados por el espíritu de Amnón?

El 2 libro de Samuel en el capítulo 13 habla muy bien sobre esto, el espíritu de Amnón en palabras de Itiel es “anhelar el amor pero confundir “amor” con “deseo”, es sentir algo intenso y no comprender la diferencia. Demasiado sentimiento e insuficiente significado”

Que duro es saber que nuestra generación vive dominada por este espíritu, uno que confunde el amor con el deseo y el sexo, todo debido a una deformación de la realidad provocada por la pornografía que poco a poco se ha metido en nuestras mentes, llevándonos a sentir desde nuestras entrañas el rugir de un instinto sexual, una explosión de emociones en nuestro cerebro, un descontrol de nuestra mente en terrenos peligrosos y todo esto carente de significado.

Esto nos lleva a un punto clave, el amor es el término más usado en la actualidad y el más confundido al mismo tiempo. Se utiliza amar para expresar el deseo que podemos tener por algo sin entender la gran diferencia que hay entre los mismos.

Itiel propone dos grandes definiciones que para mí quedan más que claras. Amar es buscar el bienestar máximo de la otra persona, incluso sobre nuestro bienestar personal. Desear es tomar posesión de alguien y esperar que satisfaga nuestras necesidades a pesar de las consecuencias.

Debemos poner un alto en nuestras vidas y empezar a analizar si estamos siendo guiados por el Espíritu de Amor que Jesús nos prometió o si más bien nosotros hemos dejado que poco a poco el espíritu de Amnón tome las riendas de nuestras decisiones y acciones, sin importar si en el proceso nos estamos destruyendo a nosotros mismos y a todos aquellos que llegamos a “amar”.

No caigas en la corriente social de llamarlo amor cuando querés decir sexo, este proceso nos está destruyendo por completo. Hemos llegado a infravalorar tanto nuestra sexualidad que nuestra identidad se resume en cómo hagamos el sexo y en cuántas parejas sexuales hemos tenido a lo largo de nuestra vida (aunque debería decir corto, porque entre más joven empecés más cool serás).

Hemos aprendido a ser tan vacíos que no tenemos nada más que ofrecer que nuestro cuerpo a alguien que no ha pagado un precio por él. Así que al igual que Itiel me uno a decirte, la prueba del amor no consiste en entregar tu virginidad a alguien o en otro panorama el cuerpo en una noche de pasión. La prueba del amor consiste en lograr ofrecerme como un sacrificio vivo en un acto que me lleva a unirme a mi esposo o esposa en uno de los actos más sublimes creados.

Solamente puedo cerrar con una gran frase del libro de Itiel Arroyo,

ES MÁS IMPORTANTE TENER POTENCIA EN TU CORAZÓN QUE EN TUS GENITALES.

¡Gracias por leer el artículo! Me encantaría poder leer de vos tu opinión acerca del artículo, no dudés en escribirme tus opiniones o sugerencias al respecto.

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Joe Álvarez
Inquebrantablemente Roto

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