Espresso

Cuando ya no puedo más

Joe Álvarez
Inquebrantablemente Roto
5 min readJun 13, 2020

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Hablemos de lo positivo, de lo bueno que nos ha dejado esta temporada, el año 2020. Si puedo ser sincero, en lo poco o mucho que llevamos de este año he aprendido una exageración. Lamentablemente descubrí que había llenado mi vida con tanto “tiempo” con amigos, clases, tareas, “nuevas oportunidades de crecimiento”, proyectos, sueños, anhelos y la lista sigue.

Esta temporada me ha enseñado más que ninguna otra en mi vida. Al no poder salir de mi apartamento aprendí a escuchar a mis amigos y a pasar tiempo verdadero con ellos, a anhelar el día en el que podamos vernos y darnos un abrazo y no dar por sentado que nos volveríamos a ver y que los abrazos en lugar de ser algo rutinario, se conviertan en algo relevante.

Pero si de algo estoy feliz es de que mi Maestro me dio una gran lección y una gran oportunidad para ponerla en práctica. Mucho había escuchado sobre el tema pero de mi parte (aunque me duela confesarlo) no había existido la suficiente intencionalidad en aplicar sus enseñanzas.

¡Qué trágico es cuando no entendemos lo valioso de su instrucción!

Él desde hace mucho quería enseñarme a aislarme de todo por un momento o por un largo rato. Comprendí su valor: retirarme del ruido y de las demandas cotidianas para pasar tiempo con Dios, para relacionarme más íntimamente con él y así recargar mis baterías emocionales o espirituales.

Qué difícil es saber que tuvo que llegar una pandemia para que yo me enfrentara a la realidad de todas mis obligaciones y en ellas entrara a un nuevo caos porque todo tomó un giro inesperado, pero si todo hubiese estado sostenido por ratos de aislamiento, nada de eso hubiese tenido lugar.

Jesús me enseñó a aislarme, lo hizo hace mucho pero la rutina me consumió y ahora, la cuarentena me permitió trabajar muy intencionalmente en ello, sin excusas y poder hacerlo con libertad cuando fuese necesario, tanto así que al momento de escribir este blog ya es un hábito en mi vida. No puedo iniciar un día sin pasar un rato con él e iniciarlo de la mejor manera.

Hay muchos espacios en el día en los que la ansiedad, el estrés o las ocupaciones me llevan a un punto en el que mi mente colapsa, pero puedo aislarme, tan sencillo como cerrar la puerta de mi cuarto, poner algo de música, tomar mi Biblia y libreta y hacer de los próximos minutos un “espresso-time”

Así como un buen espresso, lleno de cafeína en una pequeña taza de café que te inyecta con una buena dosis de energía para lo que viene, así mis ratos con él, aunque sea un espacio pequeño en el día me inyectan de la actitud correcta y me permiten aclarar mi mente y estar consciente de los deseos verdaderos de mi corazón, de trabajar en ellos y de permitirle a mi Gran Amigo que alinee cada uno de ellos al corazón del Padre.

He tratado de volver al minimalismo en mi vida o al esencialismo como lo quieras llamar, de manera muy básica, este es un estilo de vida que consiste en solamente tener aquello que nos llena y nos hace felices, evitar el consumismo extremo y el acumulamiento de las cosas. Pero antes de lograr pasar este estilo de vida a algo material inició en mi corazón una mañana a las 6 am con una libreta en mano, una Biblia y un café.

Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos.

Oseas 6:6

Esa mañana él me abrazó y me dijo: hey, has estado haciendo mucho para mí, has estado estudiando arduamente pero me has conocido poco, has conocido la teoría de mi carácter pero no su esencia.

Entró a lo más profundo y como un buen amigo después de un gran rato hablando sobre muchas cosas más, algunas relacionadas a esto y otra gran cantidad de cosas a las que me tenía que enfrentar, me abrazo y siguió, hubo un día en el que todo comenzó en caos, me avisaron que mi gran amigo Juan fue decapitado, sí, te imaginás que te llegue esa noticia, no murió por algo natural, cortaron su cabeza cuando estaba vivo. Mis otros amigos no pudieron cumplir con un pequeño cometido que les di, multitudes me presionaban para que fuera su Rey (a la fuerza) y me adueñara de un trono terrenal y mi humanidad cada vez podía sentirse más abrumada.

Lo extraño es que no entiendo como vos no creés que yo pueda entender cada aspecto de tu vida, ¡yo mismo viví en carne propia cada situación! Sé lo que es enfrentar dolor, angustia, presión, desilusión, ansiedad, tristeza, temor, soledad. Y luché, lloré, cuando sentía que ya no podía más me alejaba de todos para hablar un rato con mi Padre y no perder la perspectiva correcta, no dejar que las emociones triunfaran sobre mi juicio, sino que todo estuviera perfectamente donde debería estar.

¿Sabés que me decía él en esos ratos? Yo soy más que suficiente, desbordo paz dentro de tu ser y soy una fuente insaciable de vida. Y es lo que te repito a vos hoy.

Con un buen y fuerte abrazo levantó mi barbilla, limpió mis lagrimas y me dijo vamos, vos podés. Nunca es tarde para aprender a caminar, sólo no te alejés de mí que extraño tu voz.

Así aprendí que mi vida con Dios se ha reducido a lo mágico: una Biblia, un lapicero y una libreta. Eso es todo lo que necesito.

No sé que situación podés estar atravesando pero te puedo asegurar que Jesús entiende a la perfección eso. Y el te recuerda yo soy más que suficiente, desbordo paz dentro de tu ser y soy una fuente insaciable de vida.

Estas semanas no puedo dejar de repetir en mis espresso-time

Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!”

Miqueas 7:7

Te puedo asegurar que su fidelidad nunca fallará

¡Gracias por leer el artículo!

De corazón te pido que si ha sido de ayuda para vos, no dudés en compartirlo con tus amigos y familia. Y porqué no, hazme saber si querés unirte a esta gran aventura.

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Joe Álvarez
Inquebrantablemente Roto

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