¿Es bueno admitir mis defectos?
Todos hemos enloquecido ante la posibilidad de compartir nuestros defectos. El temor de que vayan a pensar nuestros colegas, amigos, empleados, clientes o cualquier otra persona. Tal vez no inviertan, tal vez no compren nuestros productos y/o servicios, o tal vez no trabajen con nosotros.
Compartir nuestros defectos es atemorizante. Pero también es una de las cosas más liberadoras que podemos hacer como persona.
No creo que haya un solo ser humano en el planeta sin defectos.
Por supuesto yo los tengo, ¿por dónde empiezo? He estado metido en el mundo del emprendimiento por 6 años y tengo muchos defectos. Soy muy distraído, dejo cosas para última hora, me falta organización, soy tímido al hablar, aunque está timidez la voy superando, al inicio me hizo perder algunas oportunidades.
Si, también me daba mucho miedo compartir mis defectos, pero con el tiempo he aprendido que compartir nuestras vulnerabilidades se ha vuelto la forma más honesta de conexión que podemos tener, especialmente en esta era digital donde el Photoshop y egos manufacturados tienen mucha presencia. Compartir nuestros defectos crea confianza porque es una de las pocas cosas en la vida de las que nadie miente. También invita a otros a participar desde la honestidad, lo cual es muy poderoso.
¿Cómo comunico mis defectos sin morir en el intento?
La clave está en hablar de cómo manejamos nuestros defectos. Si demostramos estar abierto a manejar y ser responsables de nuestros defectos, aun si no nos traen ningún beneficio, muestra un grado de responsabilidad que la gente busca y admira en un líder.
Tenemos que entender que nuestros defectos son un reto empresarial como cualquier otro, y la gente alrededor nuestra va a asumir que tenemos un plan. Tal vez no lo tengamos. Pero es usualmente mejor hablar de esos defectos cuando tengamos un plan coherente para enfrentarlos.
No importan nuestros defectos, pero si la manera en que lidiamos con ellos.
