Frigio
Acabo de hacerme de unas partituras: el cuarteto de cuerdas en sol menor, de Debussy. Honestamente, las primeras veces que lo escuché, me caló mucho el oído. Es una sonoridad intensa, un ritmo muy acelerado, y (para mi oído no entrenado) no me agradó a la primera escucha.
Me he dado cuenta que, según vas escuchando distintos tipos de música, tu oído va abriéndose y aprendiendo a apreciar cosas distintas. De este cuarteto, después aprendí que está en modo frigio y por eso su sonoridad tan característica, además del estilo novedoso, la dificultad técnica y tantas características que tiene.
En fin, imprimí las partituras para ponerme a analizarlo… Al parecer, durante este semestre, tengo que escribir algo semejante a esa obra…
¡Componer! Todos los días me acerco con emoción y con temor al papel en blanco… Porque expresar algo en una obra, es algo de mucho respeto y de mucha responsabilidad. Además, es aprender cómo fluye tu proceso creativo y combinarlo con la técnica… Pero bueno, de eso podemos hablar en otra ocasión.
Será muchísimo trabajo, pero algo emocionante. A final de cuentas, las mejores cosas de la vida cuestan esfuerzo, pero, si te apasionan, valen la pena los desvelos. Y me doy cuenta que la música es como la vida: si te abres a vivir nuevas experiencias, vas “abriendo tu oído” a disfrutar de cosas que antes no podías.
¿Y si el día de hoy te animas a abrir tus oídos?
Un abrazo, Fer.
Reto Insiders 5/28