La corrección, un acto de amor

Caro Navarro
Insiders Stories
Published in
3 min readSep 7, 2020

En el evangelio del día de hoy, 6 de septiembre 2020, viene el siguiente pasaje: “Jesús dijo a sus discípulos: “Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano”.

Me dejó reflexionando ya que habla claramente sobre la corrección, que si lo pensamos, es una acción que no muy fácilmente la hacemos. Por lo general nos cuesta corregir a una persona, pensamos mucho en cómo decirle, ¿cómo lo tomará?, ¿se molestará?, y a veces mejor lo dejamos pasar. Y por el otro lado, si nos llegan a corregir, lo llegamos a tomar de mala gana, pues en general a nadie le gusta que le hagan notar sus errores.

También me hizo recordar cuando era adolescente, las veces que mi mamá me corregía, me hacía ver mis errores, y siempre terminaba diciendo “te lo digo por tu bien, porque te amo y quiero lo mejor para ti”. Obviamente en esa etapa, me enojaba y aunque no le contestaba, siempre en mi mente decía, “qué va a saber, es anticuada, no me entiende”. Cuando más bien, quién no entendía era yo, en la adolescencia no entendemos realmente nada, nos creemos que todo lo podemos y sabemos, cuando hay mucho que aprender todavía.

Hoy lo entiendo, y más ahora que soy madre. La corrección es fundamental, y me queda muy claro que quién lo hace es porque en verdad quiere lo mejor para la otra persona. Es un acto de amor. Corregir al hijo o hija, al hermano, al amigo, al colega, incluso también a veces a los papás, a los jefes. Es válido y sobretodo cuando hay un error que está afectando a la persona. Eso sí, tiene mucho que ver las maneras y formas, hay que cuidar eso. No se quiere ofender, ni humillar a la persona señalando su error, sino que lo primordial es ayudar.

Creo que también es importante verse en un espejo, ser autocrítico y corregirse a si mismo, tener ese entendimiento que hay cosas que uno tiene que mejorar, y así poner el ejemplo, el ejemplo siempre arrastra. Y de ahí partir para poder corregir y ayudar a los demás. Y si te toca que alguien más te corrija, hay que tomarlo con humildad y verlo como un área de oportunidad para mejorar y ser mejor, agradecer por hacernos ver las cosas que nosotros no veíamos.

Hoy sin duda agradezco infinitamente a mi mamá por esas correcciones que las hizo de manera firme, a tiempo y con amor. Porque tuvo la paciencia y nunca se rindió, ni me dio por mi lado. Gracias a eso, hoy soy quién soy. Y me da la fuerza de aplicarlo con mis hijos, porque los amo y quiero lo mejor para ellos.

No tengamos miedo de corregir, seamos firmes, pero con amor.

Caro NL

#RetoInsider28

--

--

Caro Navarro
Insiders Stories

De Chile, Mole y Pozole, escritos de todo un poco. Emprendedora, host del Podcast Mamá Pambolera