La Familia Durante la Pandemia

Algo que sobre todo al inicio de esta época de encierro se hizo complicado, es el no poder ir a ver a los familiares: abuelos, primos, tíos, tuvimos que encerrarnos cada quien en su propia casa, a pesar de que hubiera la costumbre de que cada semana, o cada quince días, hubiera alguna reunión para ver a toda la familia.

Sobre todo para los abuelos, puede ser más complicado el aislamiento, dado el riesgo que por su edad y constitución física pueden llegar a tener frente a esta enfermedad que se convirtió en pandemia.

Desde hace algunas semanas, ya hemos comenzado a reanudar algunas reuniones familiares, procurando hacerlo con pocas personas, con medidas sanitarias adecuadas para volver a vernos poco a poco.

Hemos cambiado costumbres de movilidad y de formas para reunirnos, lo que no ha cambiado es la necesidad de poder vernos, que los niños puedan jugar con sus primos, platicar, desarrollar su imaginación y seguir siendo felices.

A pesar de la situación actual, lo que ha servido mucho es tener la expectativa de que poco a poco estamos más cerca de normalizar de nuevo las reuniones y actividades. No será sino hasta que haya vacunas efectivas, que podremos sentirnos más tranquilos para vernos con toda la confianza posible, pero por lo pronto, hay que hacerlo de manera muy cuidadosa y mesurada.

Nadie nos garantiza cuánto tiempo más vamos a vivir, así que deberemos de adecuarnos a los tiempos actuales, para continuar siendo felices conviviendo con la familia que no vive bajo nuestro mismo techo.