Si vas a VEGA DE PAS
Yo tenía 18 años, Pity 15, antes de la era digital, mucho antes, cuando la única memoria era la de nuestro cerebro y una cámara Kodak que había que comprarle un carrete, la mía usaba una especie de disco que guardaba mucho menos fotos que un rollo de 35 mm pero tenía un diseño híper moderno verde neón con blanco con forma de cubo que valía mucho la pena, eso sí, uno cuidaba mucho las tomas que hacía.
Dicho esto, en mi mente capturé las siguientes escenas como en una película: Recuerdo perfecto que Pity abrió el crujiente portón y entró tímidamente un rayo de luz combinándose con el polvo que se desprendía del lugar, para iluminar aquella joya, era un carro antiguo, tipo 50’s, dentro de un bodegón, imagínate un granero, era como si irrumpiéramos la paz de aquel olvidado lugar, como si despertáramos memorias capturadas de gente que yo no conocía, de los antepasados de él.
Me invitó entonces a subir al campanario de la iglesia del pueblo para ver desde arriba VEGA DE PAS, eran las fiestas del pueblo, en la noche iríamos a la romería, desde la cúspide de la iglesia se lograba ver el pueblo cántabro en todo su esplendor, los techos uniformados de teja en tonos gris, ocre y marrón y más allá del pueblo, los valles más verdes y espectaculares que he visto en mi vida.
Ya estando arriba, el güerquito cabrón toca la campana de la iglesia con toda su fuerza y me grita ¡Corre!
