¿Sin un ojo ó con un ojo?
Siempre depende de como quieras o puedas ver
La semana pasada mi primo de 12 años perdió un ojo por un accidente, el cómo, es lo de menos.
Eran las 7:00 de la mañana cuando mi hermana me llamó para decirme del accidente y después se soltó a llorar.
El día anterior lo habían operado y ese día lo daban de alta, así que por la tarde fui a verlo para abrazarlo y ver cómo estaba de ánimo, mis pensamientos y mis sentimientos durante el camino eran: “por algo le pasó”, “algo tiene que aprender”, “algo más grande le espera en la vida”, “seguro aprenderemos mucho de él y el accidente”, “el es resiliente podrá con esto”.
Mientras estuve con él, me dijo: “Ayer si me sentía triste pero hoy ya no” y pude notar que era más grande su dolor físico que mental o emocional, incluso él bromeaba.
Por otro lado, toda la familia estaba triste o enojada, su hermana me abrazó a punto del llanto, mi hermana volvió a llorar cuando hablamos de él y mi mamá simplemente no quería verlo porque “le ganaba el sentimiento”, todos decían: “pobrecito”, “lo que le espera”, “le van a hacer bulling”,etc. etc.
Yo sigo pensando que lo que le pasó puede ser una bendición en su vida y tampoco dejo de pensar el por qué el resto se atribuye un dolor que incluso el mismo afectado no siente, mientras otros lo compadecen él no se compadece.
Quise decir: ¡basta! dejen de compadecerlo, agradezcan que salvó un ojo y que está vivo, pero no lo hice.
Analicé la probabilidad que existe en que, si un ciego pidiera la descripción de algún aroma o paisaje a varias personas, seguramente cada quien daría una descripción diferente.
Cada persona tenemos prejuicios y entendimientos diferentes y hay que respetarlos, hay que ser empáticos, estar abiertos a escuchar otros puntos de vista se esté o no de acuerdo con eso, es muy probable que te enriquezca en conocimiento.
Y así mi primo literalmente verá la vida de otra manera y yo también.
