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Tomar el sol es un lujo

Ale Cruz
Insiders Stories
Published in
2 min readSep 9, 2020

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Hace algunos años me dedicaba exclusivamente a trabajar, había semanas en que comenzaba a trabajar antes de las 8:00 am y salía de la oficina incluso de madrugada, era un ritmo frenético, cuando llegaba el fin de semana parecía no tener tiempo para descansar entre quehaceres, alguna clase, visitar a mi familia o amigos (o incluso podría ser un fin en el que también trabajaba) y de nuevo se llegaba el lunes y a seguir el ritmo de la rata.

Solo podía esperar a tener tiempo para darme una “escapada de fin de semana” o poder pedir vacaciones y disfrutar de la playa.

Entonces pensaba: “qué lujo sería poder irme a echar bajo el sol y disfrutar una chela bien fria” (ya se me antojo la chela) y lo llamaba lujo por dos cosas: porque podía tomar días de descanso y podía viajar a tomar el sol.

La última vez que me dí ese “lujo” fue hace 10 meses cuando renuncié a mi trabajo y me fui a la playa, ahora ya podía darme el “lujo” cuando quisiera, pero entonces, Covid19.

Hace un par de días tuve que salir a comprar algunas cosas, había cielo semi despejado, se podía ver un bonito azul y algunas nubes muy blancas resplandecientes por los rayos del sol, el sol era intenso, te quemaba si estabas mucho tiempo sin sombra, pero hacía un viento rico que refrescaba.

Sentí que mi cuerpo se calentaba (no sean mal pensados) y mientras caminaba iba disfrutando el clima, el sol, el viento, solo me faltaba la chela en mano y me di cuenta que me estaba dando el lujo de tomar el sol, parecía que el tiempo se detenía y sin embargo era yo, observando, sintiendo, permitiéndome hacer una pausa para disfrutar.

¿Cuántas veces vamos tan a prisa en la rutina diaria y damos por hecho todo lo que hay en nuestra vidas, incluso el sol, sin necesidad de tomarnos el tiempo para disfrutar?

¿Cuantas veces atribuimos que “el lujo” es exclusivo para ciertos momentos o personas o incluso que tiene que ser caro?

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