Contratos inteligentes

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6 min readAug 5, 2019

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Un contrato es un acuerdo entre dos o más partes. Un entorno donde se define lo que se puede hacer, cómo se puede hacer, qué pasa si algo no se hace, es decir, unas reglas de juego que permite, a todas las partes que lo aceptan, entender en qué va a consistir la interacción que van a realizar.

Hasta ahora los contratos han sido documentos verbales o caros documentos escritos, sujetos a las leyes y jurisdicciones territoriales, y en ocasiones requiriendo de notarios, es decir, más costos y tiempo. Además, algunas veces los términos de los contratos pueden estar sujetos a la interpretación.

¿Qué es un contrato inteligente?

Los smart contracts se tratan de “scripts” (códigos informáticos) que funcionan con la lógica “If this, then that” (si ocurre esto, luego ocurre esto otro). En el fondo son sentencias y comandos programados de antemano.

Un contrato inteligente es capaz de ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismo, de manera autónoma y automática, sin intermediarios ni mediadores. Incluso también puede ser realizado por una máquina que funcione de manera autónoma.

El ejemplo más básico de esto es una máquina dispensadora o “vending machine”. Donde tu ingresas el dinero, apretas un botón y te entrega una bebida (o cualquier otra cosa). No se necesitó ningún intermediario para certificar nada, el código o “contrato” estaba escrito de antemano dentro de la máquina y se ejecutó cuando se cumplieron las condiciones.

Historia de los contratos inteligentes

La primera vez que se tiene constancia de forma pública sobre los Smart Contracts es a través de Nick Szabo, profesor de leyes y criptógrafo que en 1997, desarrolló un documento explicando los Smart Contracts que se trataban de una forma para “formalizar las relaciones dentro del mundo digital”.

Lamentablemente, pese a definir la teoría, era imposible hacerla realidad con la infraestructura tecnológica existente. Para que los contratos inteligentes se puedan ejecutar es necesario que existan las transacciones programables y un sistema financiero que las reconozca, digitalmente nativo.

Precisamente, lo que Nick definía como inexistente en 1997, en 2009 (casi 15 años después) se haría realidad con la aparición de Bitcoin y su tecnología: Blockchain

Luego Vitalik Buterin, uno de los principales creadores de Ethereum, observó el concepto de Zsabo y determinó que con la tecnología Blockchain y el sistema descentralizado que había planteado Satoshi Nakamoto, se podrían ejecutar los Contratos Inteligentes dentro de su propuesta, la red de Ethereum. El propuso una red con un:

“lenguaje de programación Turing completo incorporado que se puede usar para crear “contratos” que se pueden usar para codificar funciones de transición de estado, permitiendo a los usuarios crear sistemas”.

Los contratos inteligentes pueden ayudar a transferir dinero, propiedades o cualquier cosa de valor de una manera transparente y sin conflictos. Evitando la necesidad de un tercero intermediario. Al usar la tecnología Blockchain

Características de los smart contracts

Autonomía: No es necesario alguien que valide el contrato, como podría ser un abogado. Por ello reducen, e incluso pueden llegar a eliminar cualquier persona extra que no esté implicada en el contrato.

Costo reducido: Al no depender de un tercero, se reducen los costos. Menos intervención humana resulta en menos costos.

Confianza: Todos los contratos inteligentes van directos a la cadena de bloques. Esto hace que: 1) esté encriptado, por lo que solo las personas implicadas pueden leerlo, y 2) permite la interacción entre personas que no se conocen entre sí sin que haya riesgo de estafa.

Velocidad: Los contratos inteligentes utilizan código de software para automatizar las tareas, por lo tanto, aumentan la velocidad de los procesos y son menos propensos a errores humanos.

Seguridad: Al basarse estos contratos inteligentes en una cadena de bloques pública, no se pueden perder. Todo queda registrado de forma inmutable. Nada ni nadie lo puede hacer desaparecer y siempre se tiene acceso a ellos.

El proceso de ejecución descentralizado elimina el riesgo de manipulación, ya que la ejecución es gestionada automáticamente por toda la red, en lugar de por una parte individual.

Lo malo de los contratos inteligentes, es que una vez hechos, no pueden ser cambiados ni reversados, no puedes ir a una corte de apelaciones. No hay devoluciones de dinero

Se ejecutan siempre, sin importar nada, no se pueden intervenir

Además, por el hecho de estar plasmados dentro de una red Blockchain, los Contratos Inteligentes no pueden ser reescritos o modificados una vez que se han establecidos entre las partes. Esto puede generar que tengamos problemas para arreglar algún tipo de error respecto a cifras, términos o condiciones que hayamos plasmado en el Contrato. Todo lo que acordemos plasmar dentro del Contrato Inteligente es irreversible y debemos atenernos a las consecuencias de ello.

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Usos de los contratos inteligentes

Al ser una tecnología relativamente joven, no se puede llegar a saber todos los usos que tendrán en un futuro los smart contracts cuando gran parte de la infraestructura social se base en redes descentralizadas y contratos inteligentes sin intermediarios.

Por ahora podemos hablar de los usos actuales o del futuro próximo de este tipo de contratos:

Préstamos: si la persona que pide el préstamo no realiza el pago en el tiempo estipulado, se ejecutaría el contrato para retirarle las garantías.

Pagos de cupones y bonos: los contratos calculan y pagan automáticamente de forma periódica los cupones y devuelve el capital al vencimiento de los bonos.

Herencias: Automatización de herencias estableciendo la asignación de los activos tras el fallecimiento. En cuanto llegase el fallecimiento, el contrato entraría en vigor y se ejecutaría repartiendo en este caso los fondos a la dirección establecida en el contrato.

Automatización de pagos y donaciones: se pueden acordar pagos o donaciones periódicas o puntuales a personas o entidades. El contrato inteligente lo que haría es verificar que se cumplen las reglas para realizar automáticamente la donación.

Expedientes médicos electrónicos: los contratos proporcionan transferencias y accesos a los historiales médicos tras la aprobación de múltiples firmas entre pacientes y proveedores.

Acceso a los datos sanitarios de la población: se conceden a las organizaciones de investigaciones sanitarias el acceso a determinada información sanitaria personal. A cambio, a través de los contratos, se realizan micropagos automáticamente al paciente para su participación.

Seguimiento de la salud personal: se realiza un seguimiento de las acciones relacionadas con la salud de los pacientes a través de dispositivos IoT -Internet of Things- (conectados a Internet). Los contratos generan automáticamente recompensas basadas en hechos específicos.

Distribución de royalties: el smart contract calcula y distribuye los pagos de royalties a artistas y otras partes asociadas según los términos acordados.

Estaciones autónomas de recarga para vehículos eléctricos: el contrato procesa un depósito, habilita la estación de recarga y devuelve los fondos restantes una vez completados.

Votación: valida los criterios del votante, registra el voto en la cadena de bloques e inicia acciones específicas como resultado del voto mayoritario.

Gasto público: Un político podría presentar su plan de presupuesto en un Smart contract, así los votantes se asegurarían que se realizaran los gastos según lo prometido y sería 100% transparente.

Apuestas: dos o más partes pueden apostar sin que se resienta su seguridad y sin necesidad de un tercero a través de un contrato inteligente que asegure unas condiciones concretas.

Compra de activos por varias partes: con un contrato inteligente se puede facilitar la compra de porcentajes de propiedades como una casa o un automóvil y la posterior venta por partes también sin tanto papeleo ni disputas.

Propiedades inteligentes: una casa, un auto, una nevera, una lavadora…todos los objetos que se puedan conectar a Internet se consideran propiedades inteligentes (smart property). Y todos pueden ser gestionados con contratos inteligentes para poder venderlos o arrendarlos de forma automatizada.

Imagina un auto Tesla auto-conducido, comprado en grupo, capaz de autogestionarse y alquilarse por si solo pero sin una compañía tipo Uber detrás llevándose el 10%.

O imagina un departamento comprado de la misma forma que se gestione solo, estilo Airbnb, pero sin airbnb.

O que tu lavadora detecte sola que le falta detergente, que ella misma mande a comprar y que llegue a la puerta de tu casa a través de un servicio automatizado de entregas.

¡Las posibilidades son infinitas al combinar Blockchain, el internet de las cosas y los contratos inteligentes!

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