Anatomía de la Crisis China

Gabriel Mayeregger
Instituto Fernando de la Mora
6 min readMay 11, 2021

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El conflicto de nunca acabar sigue generando al día de hoy una suerte de guerra fría entre China y Taiwán, la que tiene como objetivo el reconocimiento en la sociedad internacional.

En 1949 la victoria de la Revolución China liderada por el tirano Mao Zedong dio lugar a la retirada de los republicanos nacionalistas, al mando de Chiang Kai-shek, quienes huyeron e instalaron su propio gobierno en la isla de Taiwán. Desde aquel momento, la lucha por el reconocimiento internacional ha sido una constante y el Paraguay en más de una ocasión ha sido una pieza clave dentro de este juego geopolítico de reconocimiento.

Debido a la política de China Continental conocida como “una sola China”, se considera a Taiwán como una provincia rebelde, debido a que no acepta tener relaciones con los Estados que reconocen a la isla, lo que ha llevado a que muy pocos mantengan sus alianzas con Taipéi.

Al dia de hoy son 14 los Estados que reconocen a Taiwán como un país Independiente, pero, ¿por que la necesidad de reconocimiento? .

En el escenario internacional, específicamente en el derecho internacional, se encuentra establecida la figura jurídica del reconocimiento internacional para el establecimiento de un nuevo Estado, el mismo debe contar con elementos como son poder, territorio y población, pero a la vez debe el mismo ser reconocido como tal por los demás Estados que conforman la sociedad internacional. Al respecto, el Institut de Droit International, en resolución proferida en 1936 confirma que el reconocimiento del Estado es un acto jurídico libre y discrecional:

“El reconocimiento de un nuevo Estado es el acto libre por el cual uno o más Estados admiten la existencia, en un territorio definido, de una sociedad humana organizada políticamente, independiente de cualquier otro Estado preexistente y capaz de respetar las obligaciones de derecho internacional, y por el cual estos Estados manifiestan, por lo tanto, su intención en considerarlo un miembro de la Comunidad Internacional. El reconocimiento tiene un efecto declarativo. La existencia de un nuevo Estado, junto a todos los efectos jurídicos ligados a esa existencia, no es afectada por la recusación en reconocerlo por uno o más Estados” (Institut du Droit International, 1936)

Es entonces que nos encontramos frente a dos maneras de otorgar el reconocimiento a un Estado según el Derecho Internacional Público: “el reconocimiento Expreso, el cual se da mediante una declaración formal sea esta oral o escrita y el reconocimiento tácito, mediante la firma de convenciones, acuerdos, relaciones diplomáticas o recibimiento de jefes de estados”. (Mendez Silva, 1981)

Siendo así, al imponer un condicionamiento en el cual la República Popular de China no acepta tener relaciones con los Estados que reconocen a la isla, el mismo admite de manera tácita la existencia de un Estado independiente. Del mismo modo, la doctrina establece una “reunificación de China” siendo entendido entonces que la misma se encuentra separada, basándonos simplemente en el sentido estricto de la palabra reunificación el cual según la RAE “Volver a unir una entidad que en algún momento constituyó una unidad.” (RAE, 2020) Inconscientemente o no la República Popular de China a lo largo de la historia ha estado reconociendo de manera tacita a Taiwán. A modo de ejemplo puede mencionarse el caso alemán, que desde 1949 hasta 1989 el Estado se encontró dividido en la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana.

Pues bien, el Paraguay al dia de hoy se ve en una trágica necesidad a partir de la desidia de las autoridades de turno, a acceder a vacunas a fin de frenar el avance del Covid-19, el cual se encuentra causando estragos al deplorable sistema de salud en a raíz de la corrupta cúpula política nacional.

La República Popular de China, causante indirecta de esta pandemia, tal como lo he descrito en mi artículo “Covid, política y discordia”[1] ha desarrollado las tan ansiadas vacunas, siendo estas al dia de hoy un instrumento a fin de llevar a cabo su política expansionista en el ámbito internacional.

Menciona la BBC en su artículo del 19 de abril del 2021 que “A comienzos de abril, el Ministro de Relaciones Exteriores taiwanés, Joseph Su, acusó a China de prometer a Paraguay millones de dosis contra el coronavirus como parte de una “diplomacia de vacunas” para persuadir a Asunción a cambiar sus lealtades.” (BBC Mundo , 2021)

Mientras tanto China ha negado dicha acusación, el incompetente Canciller Nacional, Euclides Acevedo, a través de medios televisivos sugirió que el “Paraguay ha sido seducido por los tentáculos de una diplomacia suave. Asimismo, había afirmado que:

“Países con quienes no tenemos relaciones diplomáticas están trabajando intensamente, por supuesto en una política clara de penetración en otros países, con la solidaridad de las vacunas” (BBC Mundo , 2021), dijo Acevedo durante una entrevista con el canal local Telefuturo, además, Sobre condicionamientos de China y de Taiwán, el mismo expreso que “ese es un problema entre chinos” (La Nacion, 2021) demostrando así que no es una persona acorde a la posición que el día de hoy ocupa.

A partir de los condicionamientos antes mencionados según el régimen de un Estado dos sistemas, existe el condicionamiento activo de la República Popular de China para acceder al día de hoy a las dosis pertinentes de vacunas. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, en la conferencia de prensa habitual ofrecida en Pekín, el miércoles 24 de marzo del 2021, afirmó que “A petición de algunos países, China les ha proporcionado ayuda con las vacunas. La cooperación pertinente ha sido abierta y franca (La Nacion, 2021)”,

Esto demuestra, que el pedido de cooperación debe ser planteado por el país requirente, que en este caso es Paraguay. Aquí es donde radica la problemática, debido a que Paraguay no posee relaciones diplomáticas con la República Popular China, por ende, toda negociación debe ser ejecutada por los vecinos Estados en pos de una colaboración, dado que esta la misma se ve impedida por obvios motivos, en simples palabras el continuo reconocimiento de la República China (Taiwán). Por su parte, en una entrevista realizada para el canal GEN de Paraguay, en fecha 25 de marzo del corriente año, el representante del Gobierno taiwanés afirmó que “la vacuna en sí es una necesidad humanitaria, y que por ende “se debe superar la indiferencia al sufrimiento ajeno” (La Nacion, 2021).

En este sentido, el diplomático se hace eco de la situación actual y reivindica el acceso igualitario de los países a los inmunizantes y sobre la necesidad de obviar condicionamientos políticos para posibilitar la compra.

“Todos los países tienen que tener acceso igualitario a las vacunas. Nosotros nos oponemos a que se aproveche las vacunas para algún condicionamiento político. Es nuestra posición” (La Nacion, 2021), declaró Han en tono enfático.

Requerido si Paraguay está siendo condicionado sobre el punto, el Embajador señaló: “Esperamos que todo el mundo pueda saber que la vacuna es un tema humanitario y es una necesidad primordial para cualquier persona del mundo (La Nacion, 2021)”.

Es entonces menester concluir que, el Paraguay al día de hoy se encuentra envuelto en un juego de ajedrez donde cada pieza se encuentra cargada de un absoluto valor, por un lado, se encuentra en juego la posición de Taiwán como Estado soberano e independiente de todo tipo de dictadura de izquierda, por el otro, el acceso no garantizado y condicionado a las vacunas que constituyen la salvación del insatisfactorio actuar del gobierno de Mario Abdo. Paraguay una vez más se erige como elemento central de disputa, donde los intereses se encuentras expuestos a simple vista.

Gabriel Mayeregger

Lic. en Relaciones Internacionales.

Coordinador de Proyectos y Eventos — Instituto Fernando de la Mora

[1] http://clubdelalibertad.com/covid-politica-y-discordia/

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