¿Será este el final de los Juegos del Hambre en Cuba?

Federico Rabino
Instituto Fernando de la Mora
4 min readJul 16, 2021

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Hace 9 años atrás se estrenaba en el cine la película “Los Juegos del Hambre” la cual se encuentra basada en los libros que llevan el mismo nombre de la autora Suzanne Collins. Si bien la misma es catalogada como una película de ciencia ficción, la realidad presentada en Panem (país ficticio) no dista mucho de la realidad que han vivido los cubanos desde 1960 hasta nuestros días. Pero ¿A qué me refiero con esto? Si no ha visto la película, por favor hágalo y luego vuelva.

La película nos muestra a Coriolanus Snow, Presidente/Dictador de Panem, quien gobierna con puño de hierro a través de una administración represiva y que obstaculiza la libertad de movimiento, expresión e incluso comercio y en donde se enarbola en lo alto el culto al líder o al supremo líder, algo que los latinoamericanos en general conocemos bastante bien. Un país, en donde la clase política gobernante vive sin preocupación alguna mientras que los distritos, de una u otra forma, pasan miseria. Cualquier parecido con la realidad es una mera coincidencia.

Cansados en seguir siendo serviles al dictador, se rebelan con el propósito de poner el fin al gobierno represivo lo cual terminan lográndolo, no sin daños colaterales propios de un enfrentamiento contra el ente que posee el monopolio de la violencia, que es el Estado.

A través de la historia, es posible evidenciar y comprender las problemáticas que generan y que generaron los gobiernos totalitarios a través de distintas acciones o mecanismos, que pueden ser incluso catalogados como eficientes, ya sean los Gulags en la Unión Soviética, la Revolución Cultural de Mao, los Campos de la Muerte en Camboya, las masacres tribales en Rwanda, los campos de concentración en Guanahacabibes — Cuba o los Juegos del Hambre de Panem.

Pero, ¿Por qué coloco un hecho ficticio junto a hechos reales?

Porque las acciones eficientes de los gobiernos totalitarios para mantener en raya a sus gobernados, como los que se han señalado en el párrafo anterior, cuentan con un mismo modus operandi y hay que comprender que las mismas no se constituyen en una abstracción de la realidad. Por lo tanto, lo señalado en la película no dista mucho de la realidad e incluso podría llegar a afirmar que su elaboración se encuentra basada en las luchas de gladiadores llevadas a cabo en el circo romano.

Sin embargo, la actual situación cubana me recuerda mucho a la situación venezolana por lo que el escepticismo se encuentra muy presente como para poder determinar si es que esta nueva revolución tendrá consecuencias favorables para un pueblo que clama libertad, palabra que al mismo tiempo se constituye como la más vociferada en las manifestaciones.

Con lo que se encuentra sucediendo en Cuba ha quedado en evidencia, una vez más, cómo toda planificación central, en particular aquellas políticas económicas y sociales de izquierda terminan en lo mismo: miseria, falta de insumos, comida, desarrollo económico, tecnológico, social, etc. Ante las protestas que se están desarrollando en Cuba, el escenario internacional está siendo testigo de lo que ya se sabía pero se hacía la vista gorda, es decir, de las acciones desdeñables y tiránicas perpetradas para aplacar el genuino pedido de libertad de una sociedad que se encuentra secuestrada hace más de 60 años. Ante este suceso, la estructura internacional podría verse nuevamente bifurcada en dos bloques, aquellos que apoyan al gobierno tiránico de los Castro representado en la figura de Díaz-Canel y aquellos que apoyan el levantamiento del pueblo cubano contra el régimen dictatorial.

Hayek sentenció en su libro Camino de Servidumbre, básicamente que todo colectivismo conduce a la tiranía y si esto les parece exagerado, solamente tienen que observar las bochornosas declaraciones de apoyo de los trasnochados del Frente Guasu que avalan y apoyan a la dictadura de la isla. Y lo hacen porque, instalar una dictadura del “proletariado” es el sueño mojado de quienes forman parte de esa agrupación política.

Únanse o mueran esboza una conocida caricatura atribuida a Benjamín Franklin para alentar a la unificación de las colonias y enfrentarse al régimen británico, es por eso que la rebelión debería ir hasta el final porque con los dictadores no se negocia como bien lo señalaba Churchill: “Con un dictador no se negocia. ¿No hemos aprendido nada? ¿A cuántos tiranos tenemos que apaciguar para entender que no se detendrá?…No puedes ni debes negociar con un tigre cuando tienen tu cabeza en su boca”

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Federico Rabino
Instituto Fernando de la Mora

Mg. en Relaciones Internacionales. Paleolibertario. Director Ejecutivo Instituto Fernando de la Mora. Asunción - Paraguay. federico.r.rabino@gmail.com