La Luna
Capítulo 2
— Error. La red neuronal Nexus de Shagaiyo no se encuentra conectada al sistema occnos. ¿Desea volver a intentar la conexión, Señor Artir?
— ¡Joder!, Shagai dónde te metes, necesito avisarte de algo…
— “Joder Shagai donde te metes necesito avisarte de algo” no es un comando conocido, ¿desea realizar una comparación de parámetros a nivel de cortex antes de iniciar una búsqueda?
— No, Fin de sesión. Pensó Artir.
La tierra estaba igual que siempre, parecía que desde la lejanía el tiempo la hubiese congelado. Artir había trabajado duro para llegar a un alto puesto dentro de GAAOC. Instaló en su organismo todos los aumentos disponibles y fue de los primeros en integrar toda su consciencia en los nodos centrales. Las largas operaciones en centros H+ ya eran historia para él. Todas las cicatrices habían sido borradas y sus nuevos aumentos eran prácticamente invisibles ante la vista de cualquiera. No más cables, no más nanomáquinas. La integración era casi perfecta. Ser un directivo de GAAC tenía sus ventajas.
Sin embargo había una cicatriz que ninguna intervención pudo curar, su mano derecha era totalmente robótica, y aunque habían intentado de todo, ningún injerto o sistema orgánico, mecánico o híbrido era aceptado por su brazo. Sólo aquella vieja mano con un arcáico sistema hidráulico. Mientras se lamentaba, Artir cerró el puño y miró por la ventana de su despacho, ante él estaba la luna, una nueva luna adaptada a los humanos y no a la vida. Humanizar la luna estaba siendo más complejo de lo que fue terraformarla. Pero Artir no pensaba en ello, sólo había un pensamiento en su cabeza. —Gouki… Dijo, mientras cerraba el puño haciendo un terrible sonido mecánico.
Tras “aquel” suceso la luna se convirtio en una auténtico vergel, la vida explotó y como fue habitual en aquellos años la evolución y adaptación de las especies fue acelerada y parcialmente dirigida. La atmósfera se cargó de nitrógeno y gases pesados como el xenón o el kriptón. y una densa capa de ozono cubrió a ésta. Sin embargo el oxígeno nunca fue muy abundante, aún incluso con la cantidad de organismos fotosintéticos que tenían.
Cuando la vida vegetal dio el salto en la Tierra del agua al aire, tuvieron que producirse varias adaptaciones, pasando de sistemas protofíticos, formados por organismos unicelulares y agregados laxos, o sistemas talofíticos, organizados en células no diferenciadas, a los sistemas cormofíticos. Los sistemas cormofíticos constan de lo que se conoce como “cormo”, y consiste en un cuerpo vegetativo pluricelular con un alto grado de especialización formando tejidos. Esto les permitió a las cormofitas colonizar el medio terrestre, ya que les dio la capacidad de ser homeohídricas, de generar un tejido de sosten para mantenerse erguidas contra la gravedad y tejidos defensivos contra todo tipo de amenazas físicas y biológicas. Son las cormofitas, las plantas “superiores” cómo árboles, arbustos….toda la que tenga raíz tallo y hojas formadas por tejidos diferenciados y especializados.
Sin embargo la luna fue algo espectacular…
No fueron las cormofitas las que se adueñaron del lugar. Fueron las Organismos fotosintéticos talofíticos pluricelulares polienérgidos. Mas comúnmente conocidos como algas. Ya fuesen con talos filamentosos, laminares o en cordón. Las algas cubrieron las zonas fóticas acuáticas y luego gracias a la menor gravedad y la humedad reinante se hicieron con el control de las zonas terrestres. No necesitaban tejidos de sostén, los “bosques” de algas simples se elevaban y mecían al son del viento que nunca era especialmente intenso. Las zonas más profundas de los mares estaban colonizadas por organismos detritívoros aerotolerantes y bacterias anaeróbicas estrictas. No exitía un flujo oceánico entre las zonas frías y las zonas cálidas. Esto impedía que el agua oxigenada de la superficie bajase a las profundidades, lo que generaba que mucha materia orgánica estuviese disponible para las complejas comunidades fermentadoras.
La fauna era algo especial también, invertebrados y todo tipo de microorganismos eucariotas, protozoarios en su mayoría que vivían asociados a la filosfera de las algas terrestres y marítimas. Muchas especies constaban de ciclos de vida complejos que alternaban generaciones acuáticas y terrestres. Siendo la terrestre la fase sexual y la acuática la asexual. Respecto a animales más grandes únicamente se reducían a un único género de tunicados parecidos a las ascidias, cuya fase juvenil era móvil. Se la conocía como los monitos de las flores. recordaban a pequeños primates de colores pardos sin apenas musculatura ni sistema óseo o protector, que se desplazaban saltando entre las algas terrestres, hasta alcanzar la madurez cuando se volvían sésiles y pasaban a formar otros “monitos de las flores” por fenómenos de estrobilación. A los científicos siempre les quedó una espina clavada ya que no hubo tiempo de explorar la cuenca Aitken, la masa oceánica más profunda de la Luna.
Todo esto sólo eran recuerdos de otros tiempos, una época en la que los humanos sufrían para caminar por un lugar con una baja concentración de oxígeno, mucha humedad y pegajosos seres. La GAAOC comenzó la humanización de la luna y tras poco más de una década el lugar quedó radicalmente distinto. La humedad ha bajado considerablemente, y las zonas altas y polares se han enfriado hasta ser el lugar perfecto donde colocar los servidores centrales. Se dice que llegan a cientos de metros bajo el hielo y la piedra. Sólo quedan algunas algas en las zonas costeras y en algo de la vida acuática. Pero ahora la luna es un lugar mejor para vivir. La luna ahora es un lugar para humanos. O eso es lo que repetía el eslogan de la GAAOC a todas horas.
Artir se encontraba sumido en sus pensamientos cuando llamaron a su puerta.
—Señor, hace rato que el nodo central le requiere, estábamos preocupados porque su red neuronal Nexus no respondía. Dijo el joven oficinista
—Vaya, lo siento. Había olvidado que estaba offline. Iniciaré el sistema, y estableceré conexión al nodo central. Dijo Artir.
—No es necesario, el nodo central pide presencia física parece que es un tema de alta seguridad, la reunión tendrá lugar en la sala Yutu. Y ya sabe que allí no hay red.
Tras escuchar esto, Artir se dirigió rápidamente a uno de los trenes ultra-veloces que recorrían los trayectos más importantes entre las instalaciones de la GAAOC en cuestión de minutos. Sabía que si la reunión era en la sala Yutu, sólo podría tratarse de una cosa. —Él. dijo con la mirada llena de odio.
Los trenes ultra-veloces recordaban a los trenes bala japoneses de antaño, iban casi continuamente sobre la superficie, salvo algunas zonas en las cuales entraban en tramos de vacío, durante los cuales las aceleraciones eran enormes.
Tras un corto viaje pudo ver el enorme letrero de la sede central de la GAAOC y bajo éste su conocida frase “don’t be evil” Allí estaba en el edificio de la Google autonomous activation of cosmos. hacía meses que no iba, sobretodo debido a la misión secreta que debía organizar con Shagaiyo.
La reunión había empezado. 12 directivos. Diez chicas y dos chicos, cada uno de ellos se sentó en una silla especial tras lo que entraron en coma inducido. La línea de la indivídualidad se respetaba pero era difusa en aquel lugar, las líneas de comando y el lenguaje de bajo nivel eran ya algo invisible para sus mentes. Ante ellos estaba Brian el máximo accionista de la GAAOC, un accionista especial con el que no se podía hablar en ningún idioma. Un filántropo, un defensor de la humanidad y la cultura. La primera inteligencia artificial.
En la mente de los 12 se formó una idea, era así como Brian se comunicaba.
—Es el momento, si queremos llevar a la humanidad más allá del Sistema Solar, tenemos que acabar con Él.
Un escalofrío recorrió la espalda de Arti, una mezcla de odio y miedo que traspasó las líneas que dividían las 13 consciencias. —Nadie quiere ir a los planetas exteriores y a sus lunas. Allí sólo hay paletos, allí sólo hay delincuentes. Es su reino. Pensó Artí.
