Mercurio. 

Capítulo 1

J.J. Gallego ☢
Insuficiencia de material
5 min readFeb 14, 2014

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A Shagaiyo nunca le gustó el calor, tampoco el desierto y mucho menos los artiodáctilos fotosintéticos. Pero allí estaba esperando para unirse a una caravana y cruzar Mercurio.

Hace años nadie podía haber imaginado que con “aquel” suceso la tecnología evolucionaría de una manera tan exponencial, y allí a casi 92 millones de kilómetros de su casa era aún dificil de creer.

Mercury Terraformed by 1Wyrmshadow1

Mercurio no era desde luego un planeta en el que mucha gente quisiera pasar demasiado tiempo. La mayoría de las colónias se asentaban en los polos pantanosos, en los cráteres profundos o en túneles. El día solar rondaba los 170 días terrestres, salvo en algunas zonas de los polos donde se daba un fenómeno conocido como luz eterna ….Allí siempre era de día.

Shagaiyo había aterrizado en una de esas colonias de color blanco metalizado con ventanas-espejo naranjas que se situaban entre los espesos pantanales polares. Allí los hombres de negocios cerraban tratos entorno al comercio de diversos recursos geológicos de los cuales el planeta era muy rico. El aire acondicionado funcionaba todo el rato, pero claro con un día eterno la energía no era un problema, sin embargo el agua si que lo era. Podría pensarse que con tecnología suficiente para modificar el organismo o incluso planetas, la obtención de agua no debería ser un problema. Sin embargo “aquel” suceso fue algo caprichoso en cuanto a qué y cómo destinó la tecnología a la humanidad.

Hacía rato que Shagai había había descargado el mapa y todos los datos necesarios en su encéfalo, la red occnos era funcional en casi cualquier punto del Sistema Solar, un simple cable o cualquier otro tipo de sistema de conexión era suficiente para “enchufar” tu cabeza al sistema y acceder a los datos. Lamentablemente las condiciones de conexión en Mercurio se limitaban a cables físicos, nada que ver con la luna dónde la red alcanzaba cualquier esquina de forma inalambrica.

Las zonas pantanosas eran ricas en vegetación acidófila C3 y plantas acuáticas, además las algas verdes tapizaban el interior de todos los lagos-cráter cambiando a pardas y rojas en las zonas más profundas.Sin embargo no había árboles ni grandes arbustos. La fauna estaba constituida por animales que recordaban a tortugas reptiles y anfibios. Casi todos ellos con fuertes sistemas simbióticos asociados a organismos fotosintéticos. La presión selectiva era clara, 170 días de luz, y poca caza había favorecido que muchos reptiles y anfíbios asociaran fotobiontes en su piel. Sin embargo en otros casos se trataba de sistemas de cripsis por homocromía dietaria. Un caso especialmente llamativo era el de las terribles tortugas sin concha que recordaban a quelídridos. Los habitantes las llamaban fantasmas musgosos ya que originalmente eran blancas, pero cuando cazaban a alguna despistada presa o mascaban plantas terminaban incorporando las moléculas fotosintéticas-no funcionales en su piel, pasando de blancos a verdes.

Shagai se esforzaba por no pisar con cuidado, no tenía suficiente dinero para reponer un miembro cercenado por uno de estos fantasmas musgosos. Además si la conexión a occnos era por cable… no quería ni imaginar cómo serían las clínicas H+. Por suerte el día acaba de llegar, y los fantasmas musgosos eran aún en su mayoría blancos a falta de que las plantas y los animales fuesen retornando en esa eterna migración al rededor de los polos.

—Más vale que te aligeres inútil terrícola el último hovercraft sale en breve, y no habrá otro, que puedas pagar, en bastante tiempo. Dijo el Mercuriano de aspecto rechongo y cansado. Shagai aún no se había terminado de acostumbrar a sus nuevos oídos, la traición de Gouki le había salido cara y en el caos del hospital tuvieron que colocarle un sistema auditivo adaptado a un rango de frecuencias especial. Sin embargo aún no había tenido tiempo de asimilar este aumento y seguía teniendo problemas para relacionar los sonidos humanos. Aún así se dio rápidamente cuenta de la situación y corrió al vehículo.

A medida que avanzaban al norte la vegetación pasaba de C3 a C4 y CAM, abundaban las plantas crasas y espinosas y la tierra era de un tono rojizo intenso. Aquí y allá se veían lagos azules, rojos o verdes sin demasiada vida en apariencia… Se trataba de la zona de salinas del cordón circumpolar. Los lagos-cráteres eran sistemas hipersalinos y alcalinos, llenos de bacterias y archeas extremófilas. El sistema constituia un lago meromíctico en el cual las bacterias superficiales usaban la energía solar y los metales en disolución para llevar a cabo un metabolismo fotoquimiolitotrofo. Mientras que al bajar en profundidad iba primando la fotosíntesis anoxigénica hasta que pasada la clina sólo quedaba la fermentación anoxigénica. El manto de Mercurio es quizás uno de los más delgados del sistema solar, lo que permitía que en cráteres profundos “asomaran” fumarolas que alimentaban una vida independiente del Sol.

Tras unas largas horas de viaje Shagai llegó a la frontera de sangre seca. La última ciudad antes de el mar solar. Un desierto de un intenso color rojo que contaba con un diámetro de casi 5000 km. Normalmente nadie cruzaba el desierto, y aún menos se sobrevolaba. Los vientos provocados por la diferencia de temperatura entre la zona de noche y la zona de día eran increiblemente intensos y el polvo de hierro oxidado que formaba la arena del desierto solar podía atascar un filtro y fundir un montor en pocos minutos. Por ello la gente que viajaba solía hacerlo de cráter en cráter. Pasando por las ciudades túnel que los interconectaban, y en la cuales dormían los mineros que incansablemente rascaban la corteza del planeta.

Shagai debía decidir si seguir el plan y unirse a una caravana de artiodáctilos fotosintéticos. O viajar por la eterna noche de las ciudades túnel. El viento y el sol eternos o la total seguridad de un intento de secuestro y una posterior descuartización para quedarse con sus aumentos corporales. Cualquier minero querría sus oídos, sus ojos o los procesadores alojados en su corteza encefálica. Ya fuese para él mismo o para venderlos.

Maldito Gouki, maldito traidor, si no fuese por su egoismo y su locura ahora mismo podría estar en la luna… disfrutando de mis aumentos, de los nuevos videojuegos y de todo el ocio que pudiera permitirme. Un ingeniero aumentado es valioso en la luna, pero sólo es carnaza en un oscuro túnel minero de Mercurio

Los lamentos de Shagai eran inútiles, no le quedaba más que cruzar aquel mar de arena roja, al norte del planeta dónde estaba prohibida la edificación y la tecnología por la GAAOC, se encontraba una de las piezas claves para arreglar aquel destrozo causado por Gouki. Así que Shagai tragó saliva, se colocó una especie de chilaba para pasar desapercibido mientras sus córneas cambiaron de marrón a color plata. Los procesadores asociados al sistema simpático y paraimpático comenzaron a generar cambios en su organismo aclimatándolo lo máximo posible al clima, e incluso a nivel celular se incrementó la presencia de HSP o proteínas de shock término.

A Shagaiyo nunca le gustaron los artiodáctilos fotosintéticos, pero durante los próximos días o meses ellos serían probablemente sus únicos amigos.

Enhanced Color Mercury Map ©NASA/JHUAPL/CARNEGIE INSTITUTION OF WASHINGTON

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J.J. Gallego ☢
Insuficiencia de material

Amoral, asilvestrado, hiperactivo, minarquista y ateo. ( I ♡ Bacteria )