Hablemos de depresión
En algún momento de la vida, la mayoría de las personas han sufrido un episodio severo de tristeza, ya sea por un problema o una situación difícil por la cual están pasando. Sin embargo, existe una condición patológica comúnmente conocida como la depresión, provocada por la pérdida de una sustancia química llamada serotonina que se encuentra dentro de los neurotransmisores del cerebro. Hay varios tipos de depresión y, a pesar de que esta no tenga cura, existen muchos tratamientos para que quien la padece pueda sobrellevarla sin que afecte a gran escala su vida cotidiana.
La depresión es una enfermedad, por eso es primordial aceptar y entender que sentirse triste temporalmente es diferente a estar deprimido y debemos estar atentos a las señales de alerta. Uno de los principales síntomas es la falta de autoestima y pérdida de interés hacia las cosas que antes sí lo generaban, lo cual puede interferir en todos los aspectos de la vida diaria: el trabajo, la escuela, la casa, las relaciones interpersonales, entre otros; sin embargo, con el tratamiento adecuado las personas pueden superarlo y llevar una vida tranquila y saludable.
Es probable que todos hayamos escuchado alguna vez de alguien que haya o esté padeciendo alguna enfermedad mental, a pesar de que sea un tema donde la mayoría de la población no tenga la información necesaria para abordarlo. A medida de que el desconocimiento general crezca y la deficiencia en políticas públicas locales siga existiendo, el tabú que rodea el tema de la salud mental se irá expandiendo más en la sociedad.
El suicidio
El suicidio es el acto por el cual una persona decide quitarse la vida voluntariamente, es generado muchas veces por una enfermedad física, mental o incluso una desesperación derivada a algún tipo de problema. La depresión, en algún tipo de personas, puede llegar a provocar pensamientos sobre el suicidio, siendo la enfermedad psiquiátrica con más riesgo de muerte.Es muy importante tener en cuenta que el ambiente que rodea a la persona que sufre de depresión o indicios de suicidio es vital para lograr su rehabilitación. El acompañamiento de las personas allegadas y familiares en este proceso es fundamental.
En Medellín
88.4 personas de cada cien mil intentaron suicidarse en el año 2017, cifra que ascendió desde el último reporte en el año 2011, cuando esta era de 57.4. Es decir, de 1367 casos, se pasó a 2217. En septiembre de 2018 se reportaron 1574 intentos de suicidio fallidos, es decir 43 por semana. En octubre del mismo año 120 personas se suicidaron en el área metropolitana.Además el presupuesto para atender la salud mental en Medellín bajó de 750 millones de pesos en 2017 a 150 millones en 2018, en otras palabras fue reducido en un 80%.
¿Qué hacer al respecto?
En la clase de Cibercultura del pregrado en Comunicación Social de la Universidad EAFIT construímos una propuesta interactiva para solucionar un problema social, en este caso, el tabú alrededor de las enfermedades mentales el suicidio.
El papel de los usuarios en nuestra propuesta es ser los artistas que puedan plasmar en el punto y coma una pausa que ellos tomaron o hubieran querido tomar frente a una situación difícil y complicada en su vida. La idea con el punto y coma es que los usuarios construyan sus historias y vivencias, siendo los autores de su vida misma a través del arte y manifestaciones gráficas (dibujos, colores, palabras, símbolos, etc.)
Para aplicar nuestra metodología, utilizamos música de fondo instrumental de piano y así ambientar el sitio y amenizar la inmersión. Simultáneamente, se narró el siguiente cuento:
Tres amigos viven en un valle, dicen que era el de Aburrá. Sus nombres son nostalgia, incertidumbre y miedo. Viven en una casa con tejas negras y sucias, con un árbol lleno de orquídeas en la mitad de su patio o lo que en su cotidianidad llaman “el corazón de la casa”. La nostalgia no molesta a nadie, se queda en su hamaca junto a sus gatos criollos de diferentes colores, callada y silenciosa, con una lágrima estática en la mejilla. Es la sensible, la llorona.
La incertidumbre se preocupa por el café y sus cosechas. Le gustan también los platanales, donde se puede sentar a contar los cientos de futuros que pueden depararle a sus cultivos: sus tonalidades de rojo y verde, las tormentas, los mensajes ocultos entre las orquestas de ranas que lo acompañan. Todo lo cuenta con los dedos de la mano una y otra vez, pierde la cuenta y vuelve a empezar. Al miedo se le ve deambulando entre los pasillos de la casa, mientras observa los retratos de los santos ajenos, los de otras gentes y otros muertos; consideraba su casa como un museo eterno. Tarareaba la melodía de un tango inseguro que no sabía si reía o lloraba, eso sí, volvía a empezar siempre mientras seguía lamentándose por lo que fue, lo que será y lo que no. Su casa cuenta con un sótano, donde todos en conjunto guardan sus silencios, sus llantos y pataletas. A veces van juntos, a veces van solos, unos se quedan más tiempo que otros mientras averiguan qué hacer con ellos mismos. A veces dejan el sótano solo y vacío, otras veces duermen allí, porque nadie les enseñó a llorar desde los ojos del pecho.
Luego de leer el cuento, a cada usuario se le hizo entrega de una hoja con la silueta de un punto y coma y al reverso las instrucciones de la actividad. Se procedió a explicar qué debían hacer con esa silueta para así lograr la intención de la actividad. Se les dió un tiempo para que expresaran sus sentimientos en el papel y después se les hicieron dos preguntas: ¿Alguna vez has intentado atentar contra tu vida? y ¿Has sentido que perdiste el sentido de tu vida y que ya no quieres vivir más?
Al final, se dispuso de un espacio para socializar los dibujos que los usuarios habían plasmado en el punto y coma, para así comprender el momento difícil por el que había pasado y concluir la actividad con las distintas reflexiones que cada uno extrajo de ella. Se pudo evidenciar que el arte ayuda a las personas a canalizar sus emociones alrededor de diversas situaciones de la vida. Además, se logró un espacio de apertura y confianza donde los usuarios se pudieron sensibilizar con los problemas de los otros, dándose cuenta de que todos tenemos luchas, tristezas y momentos difíciles.
Finalmente, se promovió la iniciativa del punto y coma, creada en Estados Unidos por Amy Bleuel, como una metodología adaptable a nuestro entorno social que sensibilice a las personas sobre las enfermedades mentales y ayude a prevenir el suicidio.