Diseño de futuros y prospectiva estratégica
Jim Dator, pionero de los estudios de futuros decía que el futuro no se puede predecir, que el futuro no se puede conocer porque el futuro no existe. ¿Cómo es eso? Porque no hay un único futuro sino tantos como seamos capaces de imaginar. Esto abre un abanico de posibilidades tan amplio para la acción estratégica que nos sitúa ante una de las prácticas más optimistas y esperanzadoras del diseño.
¿Qué es el Diseño de futuros?
El diseño de futuros es una práctica que adapta los ingredientes del diseño a la exploración de futuros alternativos con el fin de mejorar las decisiones que tomamos en el presente.
Hasta hace poco era habitual pensar que el futuro seguiría una línea tan previsible como inocua y que, para muchas empresas, los informes sectoriales de tendencias no dejarían de ser el oráculo a seguir aún en tiempos vulnerables e inciertos. A comienzos de este año descubrimos que el futuro tenía una oferta bien variada de múltiples y perversos escenarios comunes aún más inmediatos que los de la acuciante crisis climática. Y todo por no permitirnos imaginar, investigar y compartir hallazgos. Estábamos muy equivocados.
La Prospectiva estratégica vincula el Diseño de futuros a la planificación y gestión de las organizaciones, enfocando al largo plazo aspectos corporativos tan vitales como el marketing, las finanzas o las innovaciones. Cultivar las habilidades prospectivas nos permite visualizar futuros complejos antes de que ocurran; nos lleva a considerar posibilidades que otros jamás hubieran imaginado o que se negaron a creer.
Para iniciarse en la prospectiva conviene plantearse un par de preguntas, y no solo como diseñadores, sino como miembros de una empresa, como miembros de una comunidad y como habitantes de este planeta: ¿Qué futuros queremos para nosotros mismos?, ¿para qué escenarios tenemos que estar preparados?, ¿qué futuros queremos evitar? Seamos específicos dando respuestas.
Entender las señales actuales
Si resumimos el proceso de prospectiva, la primera fase sería la de detección y escaneado de señales (Horizon scanning). En prospectiva, las señales son fuentes del cambio lo suficientemente significativas y potentes como para incidir en los futuros retos estratégicos de la empresa. Seguro que esas señales llevan un tiempo a nuestro alrededor y nos descubrirán tendencias, patrones y temas emergentes que darán mucho que hablar en el futuro. Por eso conviene registrarlas, incluso mirar al pasado y detectar cuándo surgieron para analizarlas y debatir sobre ellas.
Al analizar las señales que detectamos a nuestro alrededor abriremos una vía para reconocer, comprender y responder de un modo más efectivo ante nuevas amenazas y oportunidades. No olvidemos que el objetivo último de la prospectiva y del Diseño de futuros es desarrollar la previsión, la adaptación o la resiliencia ante futuros inciertos pero bien identificados.
¿Y podemos explorar futuros alternativos? Por supuesto, ya vimos que incluso los más deseables. Y si es en equipo, mejor. La creación (y la reflexión) colaborativa es esencial en el Diseño de futuros, que presenta además un toolkit variado y en continua expansión con herramientas pensadas para trabajar en equipo, como la rueda de futuros. ¿A cuántos expertos, clientes o proveedores puedes invitar a participar en un brainstorming sobre desarrollo de escenarios emergentes? Solo hay que combinar señales y tendencias en posibles consecuencias y escenarios futuros.
Generar ideas y dar forma al futuro
Siguiendo los pasos del pensamiento de diseño, generaremos ideas que nos dirijan hacia ese futuro deseado. De todas las ideas que surjan conviene elegir una para construirla y mostrarla, para provocar y conseguir la reacción deseada ampliando el campo de acción. Nos serviremos de las herramientas de prototipado para testear la idea e iterar cuanto sea necesario mientras cimentamos una hoja de ruta con decisiones estratégicas que involucren a todo el equipo.
Llegados a este punto, la pregunta en 2019 tal vez hubiera sido: ¿estamos dispuestos a salir de la dinámica corporativa y apostar por la investigación más allá de la lógica y la inmediatez del mercado? Para quien firma este post, 2020 trajo prioridades que nos apremian a iniciar proyectos de futuros. Estamos a tiempo, la cuestión es por dónde empezar.
Prospectiva y planificación estratégica
De los proyectos en curso de vuestra organización, ¿podríais señalar uno susceptible de ser abordado con líneas alternativas de investigación, que pudiese generar implicaciones globales o sistémicas… y que sea, preferiblemente, de bajo riesgo para vosotros? Enhorabuena, ese proyecto es candidato a prospectiva. Ocupad ahora el laboratorio de la empresa con un equipo de diseño ávido de investigar, documentar y publicar los resultados para potenciar la confianza creativa y marcar así la agenda. ¿Hay mejor manera de mostrar a otros departamentos o a otras compañías (Hello open innovation!) por dónde ir? ¿Cuánto interés tenéis por asegurar que la tecnología se ajuste a nuestras verdaderas necesidades, por señalar las oportunidades de impacto social, por generar conocimiento y acción colaborativa o por experimentar y seguir aprendiendo?
En un contexto de crisis ecológica y de desigualdad social en el que planean dudas sobre la automatización y encontramos amenazas a las libertades democráticas, organismos internacionales como la ONU o la UNESCO ya trabajan con Diseño de futuros. Suecia lo hace desde su propia agencia de diseño, y cada vez son más las empresas tecnológicas que inauguran departamentos de prospectiva para anticiparse a las consecuencias éticas a largo plazo de sus nuevos productos. En otros sectores, como el de la alimentación, se detectan tendencias en dietas, salud o tecnología de los alimentos, y ocurre lo mismo en muchas agencias de Diseño estratégico que quieren evitar alteraciones derivadas de la competencia o de la IA en el futuro.
El Diseño de futuros es una fuente de creatividad inagotable que ayuda a anticiparnos, a flexibilizar nuestro pensamiento y a desarrollar la empatía como pocas prácticas del diseño. Por otro lado, contribuye al desarrollo de las “3Cs”, las tres grandes habilidades que el Foro Económico Mundial anuncia como claves en el futuro de las empresas: creatividad, pensamiento crítico y resolución de problemas complejos. Pocas veces la estrategia empresarial estuvo tan alineada con la generación de ilusión y optimismo para orientarnos, de una vez por todas, hacia un verdadero cambio.
Referencias y recursos para empezar
El pasado 24 de abril tuve la ocasión de dar esta charla para la agencia de diseño estratégico Interactius. En ella hablé sobre el origen del Diseño de futuros, sobre sus ventajas (competitividad, retorno de la inversión, etc) y sobre algunos de sus paralelismos con el Service design a partir de uno de los retos que más atención genera estos días: el teletrabajo. A ver si os gusta:
Vídeos, libros y un programa de estudios de futuros
- Prospectiva y Diseño de futuros en la Administración de empresas: Más allá de los informes de tendencias.
- Las empresas que cultivan la prospectiva identifican nuevas oportunidades y desarrollan hojas de ruta más efectivas y ambiciosos proyectos de I+D.
- Gobiernos, empresas, familias y comunes, protagonistas de otro modelo de crecimiento. La Economía (verde) del siglo XXI también puede diseñarse.
- Storymaking, prototipado y experimentación. Un favorito instantáneo de quien firma este post.
