El sentido común detrás de la UX

Cuando se trata de crear experiencias digitales, la UX es clave para ofrecer productos que se sientan “fáciles de usar”, pero conseguir esta sensación no es un proceso sencillo. En la creación de productos digitales se manejan variables, complejas estructuras y limitantes que son protagonistas a la hora de pensar en usabilidad.

Una de las principales razones por la que un producto se convierte en un éxito es una buena experiencia de usuario, experiencias intuitivas, simples y directas. Un buen diseño es sinónimo de sentido común, cuando los usuarios utilizan un producto, se esperan que este cumpla su función, por lo tanto al eliminar procesos adicionales que distraigan al usuario, se cumple el primer paso para lograr una buena experiencia, aunque es aceptable pensar que esto podría parecer solo cuestión de lógica, profundicemos un poco más.

Buscando algunos sinónimos de “lógica” nos encontramos con lo siguiente:

Razón, justificación, fundamento y oh! aquí está de nuevo, sentido común.

Regresemos por un momento con la lógica, en la búsqueda de soluciones a cualquier problema de nuestra vida, el pensamiento lógico es nuestro principal aliado para dar con la solución más acertada, y aquí es dónde entran en juego los modelos mentales, ya que cada persona tiene su manera de ver el mundo y esta manera es única, construida a partir de las creencias, experiencias y opiniones. Pero cuando una persona se enfrenta a una situación que no ha resuelto antes, los modelos mentales permiten encontrar una solución a problemas que no forman parte de su experiencia personal.

Crear un producto que se adapte a cada usuario resultaría imposible, pero si podemos ayudarnos de los modelos mentales, pensando que sabemos cómo funcionan los procesos o cómo creemos que funcionan, esto nos facilitará la vida.

Por ejemplo, “¿Te comerías una banana sin quitarle la piel?

Si la respuesta es que SI….

Ok, eso es raro, pero bueno… Nadie te va a juzgar.

Si tu primer pensamiento fue: ¡Por Dios, por supuesto que no!

La explicación es que nuestro cerebro entiende experiencia pasadas, y se pregunta: ¿Cuál es mi experiencia comiendo bananas? ¿Cuál es el proceso? ¿Cuáles son las sensaciones? el sabor, la textura, etc…

Es así como los modelos mentales trabajan, es el entendimiento que las personas tienen del mundo real.”

Un buen producto hacen una conexión con los modelos mentales de las personas, a diferencia de lo que sucede con los productos que son difíciles de utilizar y que resultan ser menos intuitivos.

Entonces podríamos decir que ¿La experiencia de usuario es un mix entre el sentido común y modelos mentales aplicados? la verdad es que el sentido común es nada más y nada menos que:

“El concepto que se utiliza para designar a aquella inteligencia que ha desarrollado el ser humano y que le permite manejarse de manera racional en diferentes situaciones de su vida”

Leyendo esta definición, entendemos que es el protagonista para el desarrollo de las personas en sociedades, “Es una capacidad natural de las personas que no requiere de estudio o investigaciones teóricas, sino que surge en la vida cotidiana a partir de las experiencias vividas y de las relaciones sociales, aunque en gran parte se nutre del legado que recibimos durante la crianza”.

En relación con la UX, este es el resultado de la construcción de las mejores prácticas y convenciones adquiridas tras años de investigación, creación de hábitos y psicología del comportamiento.

Y para conseguir estas mejores prácticas, contamos con las infalibles leyes de usabilidad:

• Ley de Prägnanz: Las personas suelen interpretar imágenes de la forma más sencilla posible, ya que esta interpretación es la que menos esfuerzo cognitivo requiere.
• Ley de Hick: El tiempo que el usuario necesita para tomar una decisión se relaciona directamente con la cantidad de alternativas y su grado de complejidad.
• Ley de conservación de la complejidad: En cualquier sistema existe una complejidad que no es posible reducir, cuando se simplifica a su menor expresión un proceso, naturalmente los usuarios comienzan a intentar tareas más complejas.
• Ley de proximidad: Los elementos que están cerca o próximos entre sí tienden a agruparse.
• Efecto posición serial: Las personas recuerdan mejor el primer y último elemento de una serie.
• Ley de Fitts: El tiempo que es necesario para llegar a un objeto es proporcional a la distancia que se encuentra y su tamaño.
• Ley de Parkinson: Cualquier tarea se inflará hasta que se gaste todo el tiempo posible, esto se reduce a que mientras más tiempo tenga el usuario para realizar una tarea, más tiempo tardará en completarla y viceversa.
• Efecto de aislamiento: Cuando hay varios elementos similares presentes, es más probable que se recuerde el que sea diferente del resto.
• Principio de Pareto: Aproximadamente el 80% de los efectos provienen del 20% de las causas.
• Efecto Zeigarnik: Las personas suelen recordar las tareas incompletas mejor que las tareas completadas, cuando una tarea queda pendiente nuestro cerebro nos lo recuerda hasta que la tarea se concluya.
• Ley de Miller: Las personas promedio solo pueden recordar en su memoria de corto plazo alrededor de 7 elementos.
• Ley de Jakob: Los usuarios prefieren aquellos procesos que funcionan igual a los que ya conocen.

Bien se dice popularmente “No pienses, usa el sentido común”, asumiendo conductas aceptadas y normas sociales establecidas. El sentido común es algo que pensamos que viene fácilmente, aunque existen evidencia de que esto no es tan cierto.

Seguramente nos hemos encontrado lo largo de nuestras vidas advertencias que nos parecen ridículas, como por ejemplo, una bebida caliente que nos advierte con un aviso en su envase que el contenido podría estar caliente. Lo único que es más evidente que esta advertencia es que el sentido común, puede no ser tan común.

Dar solución a complejos problemas que se plantean en el camino de diseñar un producto usable va más allá de aplicar el sentido común, una buena experiencia de usuario es el Je ne sais quoi que a menudo se pasa por alto y que convierte un producto funcional en un éxito comercial.

Finalmente, si el sentido común fuera común, no nos encontraríamos redundantes advertencias en los empaques ni los diseñadores UX necesitarían elaborar user journeys o analizar y estudiar las muchas maneras en que los usuarios podrían interactuar con simples productos.