Green UX

Maria Najarro
Blog de Interactius UX
5 min readSep 13, 2021

Las cuatro estaciones se han desdibujado en un clima semi tropical, la lluvia ya no nos acompaña durante varios días como antaño, se deforestan bosques y selvas sin el mayor miramiento, consumimos de forma impulsiva e insostenible, una gran isla de plástico surca nuestros mares en forma de nuevo continente... da la sensación de que vivimos en nuestro planeta como si hubiera otro esperándonos en la recámara.

Es innegable, el cambio climático es una triste realidad a la que parece nos hemos acostumbrado, tanto es así que en vez de esforzarnos en deshacer el entuerto damos este planeta por perdido buscando otro que poder corromper. Eso persigue Elon Musk, el creador de Tesla y Hyperloop que con su proyecto Space X, pretende establecer en 2040 una colonia operativa en Marte al estilo de “Desafío total” convirtiendo al planeta rojo en el nuevo Punta Cana de la Tierra.

Lo que no es tan evidente, o por lo menos para mi no lo era hasta hace poco, es que uno de los mayores causantes directos de estos desajustes medioambientales se esconde sigiloso en nuestro día a día, en la cotidianidad de nuestros actos, en la invisibilidad la de lo intangible.
Y no es otro que Internet; como lo oyes, una de las mayores fuentes de emisión descontrolada de CO2. Tal es su magnitud que si lo comparamos con un país la web estaría en camino de convertirse en el cuarto mayor emisor de CO2 de la Tierra después de Estados Unidos, China e India.

Pero, ¿Cómo contamina Internet?

Como individuos, cada vez consumimos de forma más responsable y adquirimos hábitos más sostenibles. Empresas y consumidores nos hacemos eco de las bondades de la Economía Circular o el Zero Waste pero, conseguir un equilibrio entre desarrollo económico y transición ecológica no es tarea fácil en una sociedad hiperconectada.

Todos generamos datos masivos sin control con el uso de Internet sin, en la mayoría de casos, ser conscientes de lo que esto supone. Atención al dato:

“En tan solo un minuto, Google puede llegar a emitir 30.000 Kilos de CO2 a la atmósfera ”

Subir tu foto diaria a Instagram, almacenar archivos en la nube o tener tu bandeja de entrada del email llena genera una huella ecológica. Teniendo en cuenta que cada minuto se envían en el mundo 38 millones de mensajes de WhatsApp, se visualizan 266.000 horas de Netflix, 4,3 millones de vídeos en YouTube y se realizan 3,7 millones de búsquedas en Google, (datos de la compañía analítica Cumulus Media) la responsabilidad que tenemos en cuanto al el almacenamiento de nuestros datos no es poca.

Rara vez consideramos que hay un gasto de energía más allá de lo que aparece en nuestras propias facturas de electricidad y datos móviles. La “nube digital” no nos ocupa ningún espacio, ni en casa ni en el ordenador, pero es un lugar real en forma de gigantesco servidor que almacena millones de datos. Se calcula que los centros de servidores usan unos 30.000 millones de vatios para guardar nuestros datos, el equivalente a la producción de 30 plantas nucleares. Parece que la nube no es blanca como quieren hacernos creer.

Otro dato tan curiosos como alarmante es el desorbitado consumo de electricidad destinada a los famosos Bitcoins equivalente al 0,66% de la energía producida en todo el planeta y cuyo objetivo es el de refrigerar los superordenadores encargados de resolver complejos cálculos que validan las transacciones y otorgan al “minero virtual” una recompensa en forma de dinero digital. Dinero manchado de verde.

La Green UX o el eco-diseño surgen para encontrar soluciones al impacto ambiental de la web y contrarrestar el consumo energético añadiendo una dimensión ambiental a la hora de diseñar equipos, productos o servicios digitales.

¿De qué manera los diseñadores podemos influir?

Muchas veces por elección propia y otras por desconocimiento decidimos ignorar el impacto que este mundo hiperconectado tiene sobre nuestro planeta.

La primera de estas opciones recae en los valores y conciencia que libremente cada uno de nosotros podemos escoger pero, la segunda, la que atañe a la desinformación es la gran aliada de cualquier diseñador que pretenda contribuir a la sostenibilidad global. No podemos ni debemos olvidar nuestra responsabilidad como diseñadores UX ni como usuarios.

Algunos tips:

Utiliza lo que necesites

Dado el siguiente dato, parece que la “Diógenes digital” se ha convertido en un mal común: El 80% de las personas no necesitan el 80% de su información almacenada.

Iniciativas como Cleanfox (gratuito) permite limpiar tu correo con un solo clic y así liberar espacio o, The Big Data Takedown que ofrece la posibilidad de rastrear tu historial digital, diciéndote cuántos gigabytes has acumulado a lo largo de tu vida, y mostrándote su equivalente en emisiones de carbono.

Proporciona experiencias accesibles y sostenibles

La conexión entre UX y sostenibilidad es innegable. Una web accesible limpia y ordenada no solo genera una buena experiencia de usuario sino que se traduce en menos emisiones de carbono.

Optimiza el rendimiento

Si reduces el consumo de datos reducirás las emisiones. El texto, las imágenes, los vídeos y todo el contenido web es susceptible de ser optimizado, ¡recuérdalo!

Mide la huella de carbono

Iniciativas como websiecarbon.com (gratuita) permiten medir la cantidad de CO2 que emite un sitio web y su está siguiendo un enfoque sostenible.

Compensa la huella de carbono

Una de cal y una de arena. Compensa las emisiones que produce tu proyecto con acciones que generan un impacto positivo en el planeta. Dale cabida dentro de tu estrategia, promoviendo los valores ambientales y sociales en tu sitio web. Por ejemplo, a través de la plataforma blockchain de ClimateTrade, las empresas pueden comprar créditos certificados en proyectos sostenibles para compensar en parte la contaminación derivada de su negocio.

Promueve la sostenibilidad a través de la difusión y la práctica

El desconocimiento es nuestro mayor enemigo. Seguro que muchos de tus clientes no son conscientes de la mayoría de estos datos ni de cómo el almacenamiento de datos repercute en el medioambiente, está en tu mano compartirlo y dotar a tus proyecto de esta capa sostenible.

De todos los futuros posibles que podamos imaginar pocos o ninguno pasa por prescindir de Internet. La tecnología está y estará en todos los recovecos del universo pero a qué precio y de qué manera se irá dibujando con cada uno de nuestros actos.

Be green!

Fuentes:

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/criptomonedas-huella-carbono-dinero-digital_16761
https://ethic.es/2020/12/internet-contaminacion-reducir-el-co2-a-golpe-de-clic/
http://archivo-es.greenpeace.org/espana/Global/espana/2016/report/tecnologia/Clicking_Clean_2017.pdf
https://ethic.es/2018/06/centro-de-datos-del-artico/

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