Guiones interactivos: el usuario forma parte de la narración
Un guionista interactivo no puede pensar sólo en historias, sino en universos que se desarrollan paralelamente en diferentes entornos, siendo a la vez coherentes entre sí
La forma de entender las estructuras narrativas está cambiando y cada día más se están implementando nuevas formas de contar historias. Y es que no sólo se pretende contarlas, sino también que el usuario sea quién tome las decisiones en dichas historias y forme parte de ellas, no siendo un mero espectador. El guión para elementos interactivos representa algo imprescindible debido a su complejidad, teniendo que establecer una estructura y unas bases.
Tipologías de estructuras narrativas interactivas
Podemos distinguir entre tres estructuras básicas en cuanto a la creación interactiva de narrativas:
- Estructura lineal: Es la típica audiovisual. El usuario visita los contenidos uno detrás de otro. Puede o no retroceder, dependiendo del diseño del sistema de interacción.
- Estructura jerárquica: Es la más “natural” y por lo tanto la más comprensible. Al usuario le resulta muy fácil hacerse un modelo mental de la estructura del sistema y orientarse en ella. La base de este sistema es la exclusión de categorías y generación de secciones, pero puede ser necesario (y no por ello contraproducente) equilibrar la exclusión en el caso de esquemas ambiguos (temáticos, por ejemplo) pero nunca en esquemas excluyentes (alfabético, cronológico, geográfico…).
Existen diversos ejemplos en los que se utilizan la estructura jerárquica junto con la estructura lineal. En el último apartado del post se mostrará un ejemplo de esta combinación.
- Estructura en red: Es una estructura en la que todos los “nodos” están comunicados unos con otros sin seguir una estructura jerárquica ni de exclusión, por lo que existen cientos de recorridos o posibilidades.
El Guión Interactivo
En primer lugar, y para diseñar y crear un producto audiovisual interactivo, es necesario seguir un método y una planificación con la intención de integrar todos los elementos que se desea utilizar.
Hay que clarificar previamente qué tipo de estructura va a tener el guión interactivo, ya que resulta imprescindible para tener un mapa o esquema sobre el que comenzar a desarrollar las historias (ya sean éstas de ficción o de no ficción).
También hay que saber cómo va a interactuar el usuario con el producto audiovisual: si va a hacer clic en las diferentes posibilidades que se le ofrecen o, por otro lado, no es estrictamente necesario y la interactividad es solo una opción.
Por otro lado, tiene que estar claro que igualmente se debe seguir la metodología del guión tradicional. Sin embargo, en un guión interactivo hay que pensar en que no sólo se está creando una única historia lineal o secuencial (leídas desde su inicio hasta su final), sino que cada historia crea universos nuevos que pueden mezclarse con otros y éstos a su vez con otros… Es por ello que tejer la red de la narrativa interactiva es un trabajo muy laborioso para que todas las posibilidades que existen tengan coherencia y la narrativa tenga una continuación lógica.
Por último, es importante que los guiones sean claros y directos, con todas las funciones bien definidas, ya que deberán compartirse con todos los miembros del equipo del proyecto de producción audiovisual.
Ejemplos de guiones Interactivos
A continuación se mostrarán diferentes ejemplos de proyectos con estructuras interactivas:
- Beyond the Paradise: Proyecto documental que actualmente están desarrollando el periodista Angelo Attanasio y su equipo con nosotros. Ruben Mir lo puso como ejemplo en su último post para hablar de la aplicación de la metodología DCU en un newsgame o documental gamificado.
- Histography: Narrativa interactiva multimedia donde se muestra un timeline de la Historia de los últimos 400 años. Es un ejemplo de la mezcla entre estructura lineal y jerárquica.
- Ambtitol: Webdoc en el que se debate la función que cumple la Universidad Pública hoy en día. Su estructura, como podrás comprobar, está hecha en red.
Artículo escrito por Elena Campo
