¿Por qué una página web debe ser accesible?

Accesibilidad web: garantizar que una página web pueda ser usada por todo tipo de personas, independientemente de si tiene o no las capacidades personales o sensoriales, o los conocimientos técnicos adecuados.

Àlex Prieto
Blog de Interactius UX
4 min readJan 26, 2016

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access

Empecemos antes de nada definiendo accesibilidad web. Aunque encontraríamos muchas definiciones, una que la resume bien sería: garantizar que una página web pueda ser usada por todo tipo de personas, independientemente de si tiene o no las capacidades personales o sensoriales, o los conocimientos técnicos adecuados.

La Web se creó para ser universal, es decir, cualquier persona debería poder acceder sin problemas. Pero, lamentablemente, esto no sucede en la mayoría de ocasiones, creando barreas que impedirán que sean accesibles para usuarios con alguna tipo de discapacidad.

Debemos tener en cuenta que las personas con algún tipo de discapacidad conforman aproximadamente un 10% de la población. Eso quiere decir que, si tenemos nuestro sitio web adaptado, podemos conseguir un 10% más de potenciales clientes, y aumentar así nuestras ventas.

Tendríamos que ser conscientes que la Web ofrece una amplio abanico de posibilidades de acceso a la información para personas que tienen discapacidad. Cuando hablamos de personas con discapacidad, a todos nos viene a la memoria una persona con problemas de visión, pero las hay de otros tipos:

  • Visual (ceguera, baja visión, daltonismo…)
  • Auditiva (sordera, baja audición…)
  • Física o motriz (movimientos nulos o limitados, Parkinson…)
  • De habla (dificultades para comunicarse verbalmente…)
  • Neurológica o cognitiva (déficit de atención, problemas de memoria, epilepsia…)
  • Relacionadas con el envejecimiento (disminuye la visión y audición, problemas de movilidad…)
  • Relacionadas con el entorno (conexiones lentas, navegadores, equipos informáticos, tipos de pantallas…)

El día a día de estas personas es duro de por sí, pero si no contemplamos mejorar la accesibilidad de los sitios web, podemos hacérselo aún más cuesta arriba. Veamos a continuación algunos ejemplos de malas prácticas:

  • Lectores de pantalla o teclado que interpretan mal la información de la web, ya sea porque no tiene una arquitectura de la información correcta o bien porque no tienen aplicadas bien las etiquetas.
  • Formularios sin asistencia en la entrada de datos, dificultando un proceso largo y tedioso de por sí.
  • Ausencia de etiquetas semánticas, que facilitaría la interpretación por software del contenido.
  • Breadcrums incorrectos o con enlaces rotos.
  • Videos con información visual pero sin información auditiva, o bien, videos sin subtítulos como alternativa al audio.
  • Encabezados sin contenido.
  • Listas empleadas de manera inadecuada. Por ejemplo, cuando se emplea en conceptos que contienen un único elemento y semánticamente no son una lista.
  • Páginas con demasiado contenido, que puede provocar problemas a personas con trastornos mentales.
  • Jerarquías de encabezados incorrecta. Por ejemplo, a veces no se usan encabezados de primer nivel (h1).
  • Imágenes sin una descripción escrita de lo que se ve en ellas. Para solventar este problema, se debe insertar un texto alternativo corto que describa la imagen con el atributo “Alt”. Además, se recomienda utilizar un pie de foto.
  • Carrusel de imágenes sin controles para detenerlo, y sin información para saber cuántas secciones tiene.
  • Títulos poco descriptivos. Por ejemplo, ‘Haga clic aquí’.
  • Buscadores que no funcionan, o bien no ordenan ni filtran los resultados.

No olvidemos que para un usuario, cuantos menos errores cometa, mejor será su experiencia.

Debemos tener presente que si una web es accesible, ésta mejora la calidad de vida y la autonomía de la personas que tienen alguna tipo de discapacidad. Aunque si somos realistas, cualquiera de nosotros, en algún momento, puede convertirse sin querer en ‘discapacitado temporal’. Es decir, trabajar en algún lugar con mucha contaminación acústica o lumínica, conectarse a la red con una conexión lenta o con un ordenador modelo ‘vintage’, o incluso sufrir alguna lesión en la muñeca jugando a pádel… Nos convierte por un tiempo en ‘discapacitados’. Por lo que, si la web o aplicación que queremos usar es accesible, también podremos beneficiarnos de estas mejoras.

Con el objetivo de garantizar el crecimiento de la Web apareció en 1994 el World Wide Web Consortium (W3C), una comunidad internacional que creyó necesario desarrollar unas pautas de accesibilidad para poner un poco de orden. Esas pautas se conocen como Pautas de Accesibilidad al Contenido en la Web (WCAG), y contienen varios puntos de verificación que nos ayudarán a detectar posibles errores.

A modo de síntesis, podemos observar qué ventajas tiene desarrollar un sitio web accesible:

  • Recordemos que para las personas con discapacidad, el acceso online (para estudiar, trabajar, etc.) a veces es la única vía para poder acceder a la información, ya que les puede resultar imposible hacerlo de forma presencial.
  • Tener un sitio web accesible puede ser un elemento que nos diferencie de nuestra competencia. Si se hace el esfuerzo de conseguir una plataforma accesible, obtendremos un certificado oficial y eso nos situará por encima de nuestros competidores.
  • Si nuestra web es accesible, podemos conseguir fidelizar a ese 10% de cuota de mercado que ahora mismo no tiene posibilidad de acceder a toda la Web y conseguir que se sientan clientes satisfechos.
  • Ofrecer una plataforma accesible proporciona un acceso equitativo y de igualdad de oportunidades para las personas discapacitadas, consiguiendo mejorar la imagen de la marca.
  • Optimizar la distribución y la arquitectura de la información no sólo favorece que el sitio web sea más accesible, sino que mejora mucho su posicionamiento orgánico en buscadores (SEO). Esto, a su vez, ayuda a garantizar un mayor retorno por inversión (ROI).
  • Según varios estudios, en el año 2050 un tercio de la población mundial será mayor de 65 años. Esto apunta a la relevancia que cobrará progresivamente la accesibilidad web, ya que una de cada tres personas podrá tener algún tipo de limitaciones provocadas por la vejez.

En resumidas cuentas, todos deberíamos ponernos por unos momentos en la piel de una persona con discapacidad para entender y valorar lo importante que es tener un sitio web o aplicación accesible. Además de mejorar las vidas de muchos usuarios con, a veces, una simple etiqueta html, beneficiaremos muchos aspectos de nuestro negocio.

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