Depresión ligada a enfermedades crónicas

La depresión puede afectar de diferentes formas dependiendo de la situación de la persona que la sufra, y de la causa de la misma. Pues bien, está claro que todo el mundo puede llegar a experimentar un cuadro depresivo a lo largo de su vida, o bien por cuestiones personales, que desemboquen en un gran impacto emocional negativo en la persona (la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa…); o bien por el hecho de padecer enfermedades crónicas que supongan un obstáculo en el día a día.

Con respecto a las enfermedades crónicas, es cierto que suelen estar bastante ligadas con el desequilibrio psicológico, con el miedo, con elevados niveles de ansiedad; pues quienes las sufren acaban asociando el buen estado de salud físico con el buen estado emocional. Esto es un error, pues una persona que tiene que vivir el resto de su vida con una enfermedad irreparable debe aprender a gestionar sus emociones y comprender que, sin deshacerse de su patología física, su estado anímico puede mejorar, que existen numerosas salidas.

Ante situaciones como esta, lo ideal es la búsqueda de una solución, a través de una terapia que sirva de gran apoyo. Por una parte, pueden ser de mucha ayuda las terapias dinámicas, orientadas principalmente al crecimiento personal y al afianzamiento de la autoestima (psicoanálisis); en cambio, otras técnicas se centran simplemente en la reducción de los síntomas depresivos del paciente (terapia cognitivo conductual, terapia interpersonal), pudiendo combinarlas con tratamientos farmacológicos (antidepresivos) en el peor de los casos.

¿La psicoterapia siempre ayuda al paciente a superar el cuadro depresivo que pueda sufrir a raíz de su enfermedad? Realmente nada puede asegurarse a ciencia cierta, pues cada depresión es distinta al resto, por lo que no existe un patrón establecido para tratarla, ni tampoco una duración exacta de las terapias psicológicas orientadas a la misma. Pero si bien es cierto, se han llevado a cabo estudios en pacientes que padecen artritis reumatoidea (enfermedad crónica, dolorosa e incapacitante), donde se observa que hay un mayor porcentaje de mejoras con aquellos que desarrollaron una depresión en consecuencia de la enfermedad, y que han recibido un tratamiento, que con pacientes que han decidido no recurrir a la ayuda profesional.

Y es que, estar en posiciones como ésta, consiste en el aprendizaje y la adaptación a una nueva vida en el ámbito social, laboral... No por ello se debe descartar la posibilidad de cumplir metas o sueños, porque, aunque todo ello suponga un cambio importante o quizás precise de otros medios para ser logrado, con fortaleza y transigencia es posible conseguir ver la luz al final del túnel.

Bibliografía:

https://www.tucuentasmucho.com/cuidarse/como-afrontar-depresion/

http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2220-90262012000100009

https://www.menteamente.com/terapia-depresion#:~:text=Qu%C3%A9%20terapia%20psicol%C3%B3gica%20es%20m%C3%A1s,reducci%C3%B3n%20de%20los%20s%C3%ADntomas%20depresivos

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