EL EFECTO LUCIFER Y EL JUEGO DEL CALAMAR:

¿somos malvados por naturaleza?

Existen multitud de teorías acerca de la bondad o la maldad humana pero, ¿qué pasa cuando estas se llevan a la práctica? Para comprobarlo, el psicólogo Philip Zimbardo llevó a cabo un estudio sociológico, en el que un grupo de 24 estudiantes universitarios se ofrecieron a pasar un tiempo en una prisión simulada que diseñó Zimbardo en el sótano de la Standford University, a cambio de una paga. Se asignaron dos roles de forma aleatoria: el rol de guardianes, a los que se permitió imponer las normas que creyeran necesarias; y el rol de prisioneros; a los que encerraron en celdas.

Se pretendía conocer de qué forma influyen las circunstancias en el libre albedrío: ¿una persona buena, en una situación extrema, puede transformar sus valores hasta tal punto de cometer actos malvados? Este experimento demostró que sí.

Al pasar únicamente dos días, los guardias empezaron a usar el poder del rol que se les había asignado para abusar de los presos, lo que hizo que estallara una rebelión. A partir de este momento se estableció una dinámica de dominio y sumisión entre guardias y reclusos: se negaba la comida a ciertos reclusos, no les dejaban dormir bien e incluso se les obligaba a permanecer desnudos o a ponerse en ridículo dente de los demás. ¿Por qué pasó esto? porque los guardias se dieron cuenta de que contaban con todo el poder de dominar al resto debido a su posición de superioridad; y los reclusos empezaron a reconocer su situación de inferioridad tal y como lo podría hacer un preso real.

Fue así como estableció el llamado efecto Lucifer, un fenómeno social basado en un proceso de transformación mediante el que una persona se vuelve violenta. Sin embargo, este cambio no se debe a factores psicológicos o traumas personales, sino a la presión que ejerce el ambiente: los escenarios estresantes, las reglas externas y muchas veces el deseo de salir vencedores, hacen que las personas nos deshumanicemos y actuemos de una forma que no se espera de nosotros. Por tanto, se puede concluir que la situación influye en la conducta humana, y poner a personas buenas en un lugar malo las hace actuar mal (como en el caso de los guardias) o resignarse a ser maltratadas (como en el caso de los presos).

La fuerza de la situación muchas veces puede ser más fuerte que nuestra personalidad’.

Pero, ¿qué relación tiene el efecto Lucifer con El juego del Calamar? En primer lugar, el experimento de la Prisión de Stanford (a partir del cual se acuñó este término), tiene bastantes similitudes con la dinámica de la serie: en ambas se aplican elementos de anonimato, ya que los integrantes deben llevar trajes de ‘uniforme’ con números asignados. De esta manera se introduce un factor de despersonalización en el experimento que hace que los voluntarios no sean personas específicas con una identidad única, sino que pasan a ser simples participantes. Además, en un principio, tanto en la prisión de Stanford como en el Juego del Calamar los prisioneros no quisieron abandonar el experimento: se quedaron y aceptaron las reglas por puro entretenimiento o diversión. Acabaron asumiendo que lo que ocurría era natural, hasta que la situación terminó descontrolándose.

Es por eso que en esta serie se observa de una forma clara cómo la presión de grupo, la imitación y la competencia que se crea entre los participantes hacen que estos vayan mucho más allá de lo que serían capaces de hacer individualmente. Circunstancias tan extremas como estas pueden provocar que ciertos individuos se desconecten de sí mismos, de sus valores y sentimientos.

https://revistadigital.inesem.es/educacion-sociedad/efecto-lucifer/

https://www.prisonexp.org/spanish/conclusion

https://www.publico.es/psicologia-y-mente/el-experimento-de-la-carcel-de-stanford/

https://www.youtube.com/watch?v=EtUpit6ve5k

https://anchor.fm/lidia-layla/episodes/El-juego-del-calamar-e1848li

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