El enamoramiento y cómo cambia nuestro cerebro.
¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando nos enamoramos?
Destapando la verdad del amor romántico.
Cuando hablamos del amor romántico, solemos pensar en un cúmulo de sentimientos que otra persona nos despierta; sin embargo, parece que la neurociencia nos demuestra algo distinto.
Actualmente; con el avance de la neurociencia y de las técnicas de neuroimagen, se ha determinado la presencia de una base neurobiológica en la que están implicadas regiones cerebrales, neurotransmisores y hormonas.
Garza señala que existen tres etapas del amor romántico: etapa de deseo, etapa de amor romántico y etapa de apego; la primera, corresponde a la búsqueda de cualquier pareja sexual; mientras que, en la segunda, concierne encontrar una pareja sexual exclusiva con quien reproducirse; y la última etapa, tiene como objetivo mantener una relación de pareja para la crianza de los hijos.
Respecto a los circuitos y regiones cerebrales, el amor está relacionado con la motivación que con las emociones (Maureira 2011), actúa el sistema de recompensas implicado en comportamientos de respuesta a situaciones placenteras (Garza 2010); de tal manera que el amor se basa en conductas para mantener el placer o evitar el displacer.
Juega un papel importante el circuito mesocorticolímbico, formado por el Área Tegmental Ventral y el núcleo accumbens, asociado con la sensación de placer, focalización de la atención y búsqueda de recompensas; el cíngulo anterior y la ínsula, implicados entre otros en el desarrollo de conductas selectivas dirigidas hacia la pareja; el núcleo caudado, relacionado con las expectativas y metas; la amígdala, que se desactiva y reduciendo el miedo, además junto con la corteza cingulada anterior modulan los aspectos motivacionales de las emociones y el hipocampo e hipotálamo asociados al procesamiento de las emociones (Garza 2010; Hernández 2012; y Maureria 2011).
Respecto a las hormonas y neurotransmisores:
- Etapa de deseo. Las personas liberamos ferormonas que son recibidas por los demás a través del olfato, lo que provoca la necesidad de establecer contacto visual; una vez que se logra, se activa la secreción de feniletilamina que disminuye el estado de conciencia y el cerebro libera dopamina y norepinefrina, encargados de generar una comunicación en cadena que finaliza en los ovarios o en los testículos. Se liberan estrógenos y testosterona, implicados en el deseo sexual, apareciendo así las famosas mariposas en el estómago, taquicardia, incremento en la frecuencia respiratoria y en la temperatura corporal. Las testosterona no solo se libera en los hombres, sino también en las mujeres; a los primeros les permitirá mantenerse alerta en caso de la presencia de contrincantes y en las segundas reducirá su capacidad para la toma de decisiones (Flores 2008).
- Etapa de amor romántico. Aumenta la secreción de dopamina (euforia, energía, alegría y motivación) y norepinefrina (falta de sueño y apetito, incremento de la frecuencia cardiaca e hiperactividad) y existe un descenso de serotonina (celos y pensamiento rumiativo). (Hernández 2012; y Manrique 2013).
- Etapa de apego. Predomina la oxitocina, que se libera durante la copulación y promueve una sensación de bienestar y cercanía (Manrique 2013); además, bajo sus efectos desarrollamos comportamientos que tienen por objetivo mostrarnos más atractivos y sensuales (Hernández 2012). Este neurotrasmisor disminuirá después de 4 años. Transcurrido ese tiempo la relación será completamente racional (Flores 2008).
No olvidemos que los humanos somos seres biopsicosociales; por cuanto, el amor, como una vivencia humana, se debería abordar considerando estas tres dimensiones.
Bibliografía:
Cristóbal, T. M. (2019). La química de la vida y del amor. Plantel naucalpan, 21.
Garza, I.(2010) Neurobiología del amor. El Residente (México), nº 5: 6–8.
Hernández, P (2012) Bioquímica del amor. Ciencia UANL (Monterrey), nº 15: 114–120.
Flores, D. I. R. (2021). El amor romántico. Una aproximación desde la neurobiología y la psicología. Ensayos de Filosofia, 13(1).
Manrique,R.(2013) .El amor: hay (bio)química entre nosotros.Revista de Química PUCP (Lima), nº 27: 29–32.
Maureira, F.(2011) Neurobiología del amor romántico y la fidelidad. Revista GPU (Santiago de Chile), nº 7: 59–68.