alvarolb
Introducción a la Psicología — ugr
3 min readDec 27, 2021

--

EL PELIGRO DE ETIQUETAR A LOS NIÑOS, CÓMO HUIR DE LOS ENCASILLAMIENTOS.

Todos tenemos en mayor o menor medida, contacto con niños: hermanos, sobrinos, primos, vecinos, puede que en un futuro incluso hijos. Pues bien, si ya de por si poner etiquetas a la gente no es bueno, hacerlo con los niños puede tener un efecto fatal. Comentarios como: “eres un pesado”, “eres torpe”, “eres irresponsable” ponen una etiqueta a los niños que para nada les beneficia.

Al etiquetar al niño, se puede producir la “profecía infalible” o “profecía que se cumple a si misma”. Es decir, si se califica a un niño de travieso, es probable que quiera demostrar las travesuras de las que es capaz, o si se le llama despistado puede que se comporte de una manera aún más despistada.

¿Puede afectar la opinión que tenga un padre/madre/hermano del niño o la niña? La respuesta es clara: sí. No solo los comentarios en los que se usa un calificativo negativo para referirse al niño o la niña tienen un efecto negativo, también la actitud que tenemos hacia ellos y la forma en la que actuamos ante distintas situaciones en la que el niño está involucrado puede afectarles de mala manera. Por ejemplo, tan malo resulta para el niño decirle “eres un pesado/a” como “¿no voy a tener ni un segundo de tranquilidad?, anda vete a otro sitio”.

El concepto que las personas mayores que pertenecen al entorno del niño tienen del propio niño se puede transmitir en cuestión de segundos, como en los ejemplos anteriores. Si multiplicamos estos segundos por las horas, días y años de contacto que hay con los niños, nos podemos hacer una idea de la gran influencia que tiene lo que las condiciona sus sentimientos, sino que también afecta en su conducta.

¿Entonces cómo lo hago? Bien aquí van seis tácticas que pueden usarse para librar a los niños y las niñas de las etiquetas, así como algunos ejemplos:

  1. Buscar oportunidades para mostrarle una nueva imagen de sí mismo.

2. Ponerle en situaciones en las que pueda verse de otra manera.

3. Intentar que te oiga cuando digas algo favorable sobre él o ella a otra persona.

4. Ejemplificar el comportamiento deseado.

5. Ser la memoria viva de sus momentos más inspirados.

6. Cuando actúe según la vieja etiqueta, expresar nuestros sentimientos y/o expectativas.

Referencias:

Faber, A. y Mazlish, E. (2002). Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen. Barcelona: Ediciones Medici.

--

--