Enfermedad silenciosa en la pareja

Probablemente, nada más leer el título del artículo os haya venido a la cabeza el nombre de alguna persona que “probablemente” esté viviendo una relación enfermiza o de alguien que os hizo pasar por una de estas peculiares relaciones.

Relación enferma, se define como…

“ Toda manifestación conductual que nos lleva a relacionarnos con otros individuos de manera inadecuada, en donde prevalece la manipulación, el individualismo, la minusvalía del Ser, la inseguridad, baja autoestima, la co-dependiencia emocional…“.

El resultado de varias investigaciones han dado como conclusión que en muchas ocasiones somos nosotros mismos quienes buscamos este tipo de relaciones, porque de pequeños lo vivimos en casa dentro del núcleo familiar y por tanto, son modelos de conducta que se interiorizan y se repiten a lo largo de la vida en situaciones diferentes.

La dinámica de una “relación enfermiza” se caracteriza por poseer una inesperada capacidad para crear condiciones para vivir mal, para hacer infeliz al otro.

Dentro de ese vivir mal, ocupa un sitio importante la parte emocional, la de realización personal, como por ejemplo la ausencia de proyectos compartidos, la agresión constante mediante la desvalorización, subestimación, insultos, infidelidad y burla; en cuanto a lo físico va desde empujones, forcejeos y apretones, hasta brutales golpes.

Ante esto, nos preguntamos ¿por qué se sigue con este tipo de relación?

El motivo de ello es porque la relación se mete en un bucle difícil de salir en muchas ocasiones. La dinámica de estas relaciones se basa en grandes cambios de comportamiento, es decir, que el que ofende, se arrepiente de sus acciones, ofrece disculpas y se vuelve afectuoso, haciéndole creer a la otra persona que todo puede cambiar. De esta manera surge un ciclo llamado “Tensión-maltrato- reconciliación”. Los comportamientos más clásicos de este tipo de relación son entre otros:

  • Establecer una relación de “control” con la vida del otro. Lo que incluye controlar dónde está y con quién sale, revisar su teléfono celular o su correo electrónico sin permiso, evitar que vea a sus amigos o a su familia, decirle que no puede hacer ciertas actividades o evitar que tenga dinero.
  • Para evitar problemas el “controlado” renuncia a actividades y a personas que son importantes en su vida.
  • El “controlado” suele desorientarse en los momentos en que el “controlador” se arrepiente y pide disculpas.

En muchas ocasiones, se dice que es semejante a la relación que sufre una persona maltratada física o psicológicamente, puesto que no deja de ser una forma de maltrato.

Es cierto que ninguna relación es perfecta y que las personas se equivocan. Sin embargo, si sientes que te tratan mal, es probable que sea así. Sigue tu instinto. Las relaciones sanas hacen que te sientas bien contigo mismo, las relaciones enfermizas, no.

Cualquiera puede verse envuelto en una relación enfermiza, sin importar edad, género u orientación sexual. Las películas y los programas de televisión en los que se muestra el abuso pueden dar la impresión de que una relación violenta es solo aquella en la que golpean o agreden físicamente a alguien. Sin embargo, existen diferentes tipos de abuso que pueden afectar tu cuerpo, tus emociones y tu autoestima.

¿Cómo saber si estoy en una relación violenta?

En este artículo vamos a mostrar otras conductas y/o características que son señales de que la relación es violenta, aunque no exista la violencia física como tal.

La conducta más silenciosa y sutil probablemente sea la manipulación emocional.

Una manipulación que se da cuando una de las personas de la relación quiere imponer su poder sobre la otra a cualquier precio, dominándola y haciendo que esta pierda poco a poco su independencia, su autoestima y su felicidad. Lamentablemente la manipulación emocional no siempre es un comportamiento fácil de identificar sobre todo por la persona que la sufre, quien habitualmente no es consciente de estos comportamientos tóxicos y tan alejados del amor real. Se trata de una forma de maltrato psicológico de la que es necesario alejarse cuanto antes y saber evitarla. Te explicamos cómo identificarla y hacerle frente.

Se produce cuando una persona a través de la utilización de diferentes técnicas de persuasión es capaz de conseguir que otra o en este caso su pareja, haga todo lo que esta quiera y siempre buscando su propio beneficio. Todo a través de una manipulación que puede ser realizada a través de la oratoria, siendo incluso capaces en determinados momentos de darle la vuelta a todo tipo de situaciones para que estas vayan a su favor y terminando de esta manera por tener el control de la otra parte.

Este comportamiento provoca que la persona manipulada acabe dejándose a sí misma en un segundo plano con el fin de anteponer los intereses y necesidades de su pareja. ¿El resultado? La persona manipulada acaba siendo una víctima, dejando de lado su autoestima, volviéndose una persona insegura, con daños psicológicos profundos, triste, infeliz e incluso llegando a defender en ocasiones la actitud del manipulador.

Podemos detectar a este tipo de personas porque siempre se mantienen firmes en sus exigencias y no se cansarán de discutirte si tu manera de pensar es diferente.

De no satisfacer sus deseos, te encontrarás con alguien enfadado y que no dudará en mostrar su decepción hasta hacerte sentir culpable. Son especialistas en tergiversar e incluso nuestros propios pensamientos. Para no asumir su responsabilidad será capaz de asumir el papel de víctima y de hacerte sentir culpable por todo lo que ha hecho por ti. Además, tienen cambios de humor constantes: otro aspecto bastante común en los manipuladores emocionales está en sus constantes cambios de humor. Y es que podrán mostrarse felices para seguidamente hacerse las víctimas o acabar transformándose en alguien enfadado o incluso agresivo.

Por desgracia, existen otras consecuencias más de esta manipulación emocional en pareja.

Como por ejemplo, el abuso sexual a través de la insistencia constante; obligar a la pareja a realizar actividades de índole sexual tan simples como besar cuando la otra persona no quiere hacerlo en ese momento; mostrar molestia cuando la otra persona rechaza una actividad sexual, creando una sensación de rechazo en la víctima y, probablemente, obligándose a sí misma a ceder para evitar un conflicto mayor.

El abuso emocional se produce cuando tu pareja intenta que te sientas mal contigo. Eso incluye herir tus sentimientos a propósito, los celos, culparte por el abuso, ser infiel o criticarte de forma constante. El abuso emocional afecta tu autoestima. También, las amenazas y la intimidación para controlar a una pareja.

Cada relación es diferente y los signos de una relación violenta pueden variar.

A veces, un comportamiento violento comienza de a poco y empeora con el tiempo. Si te sientes menospreciado, asustado o controlado, pide ayuda. Todos merecen estar en una relación en la que ambas personas se sientan seguras, respetadas y amadas, y en las que sientan que sus parejas confían en ellas.

Referencias:

  • Castro, S. (2022). Relaciones tóxicas: origen y tipos. Instituto Europeo de Psicología Positiva.
  • Molina, X. (2016). 23 señales de que tienes una “relación tóxica” de pareja. Posicología y Mente.
  • Martínez Monge, C. (2017). Las relaciones enfermizas y el chantaje emocional. RPP Vital.

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