Laragarcia
Introducción a la Psicología — ugr
3 min readJan 9, 2023

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HERMANN EBBINGHAUS:
MEMORIA

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Hermann Ebbinghaus nació en Alemania. Comenzó a estudiar filosofía a los 17 años pero la guerra interrumpió sus estudios. Al acabar esta, los retomó y finalizó, trasladándose a Berlín, más tarde a Francia e Inglaterra. Fue investigador, catedrático de la Universidad de Berlín, y profesor hasta sus últimos días. Desgraciadamente, su muerte fue prematura debido a una neumonía.

En 1879 comenzó a formalizar su estudio acerca de la memoria humana. Ebbinghaus fue pionero en los estudios de la memoria y pasaría a ser un gran referente para la psicología experimental. Sus experimentos tuvieron una característica remarcable e impresionante: todos y cada uno de ellos los realizó sobre sí mismo. Fue tenaz y exhaustivo, en un proceso que resultó largo y denso.

Investigadores anteriores a Ebbinghaus afirmaron que la memorización consistía en la asociación con ideas o cosas que ya conocemos. Él trató de ponerlo a prueba. Así, ideó un elemento de trabajo que le permitiría llevar a cabo numerosos experimentos. Elaboró sílabas de tres letras, construidas aleatoriamente y de forma que no tuviesen ningún sentido, pero siempre con el formato consonante-vocal-consonante. Llegó a construir unas 2300 sílabas, que luego mezclaba para crear listas de longitud variable. De esta manera, conseguía eliminar variables extrañas que pudiesen interferir en sus experimentos, como eran las posibles asociaciones con otros elementos de su vida.

La pretensión principal de Ebbinghaus era estudiar la memoria con la mayor objetividad y precisión posibles. Así, estableció en sus experimentos unas condiciones extremadamente rigurosas, y se esforzó por cumplirlas. Por ejemplo, las series de sílabas debían ser leídas a velocidad constante. Medía los tiempos con metrónomos o relojes. Además, debía leer las listas al completo; y entre el aprendizaje de una lista y la siguiente, dejaba una pausa de 15 segundos.

Por otro lado, las condiciones objetivas de su vida cotidiana debían mantenerse constantes y las pruebas, realizarse en distintos momentos del día, entre otros hábitos. De esta manera aspiraba a neutralizar la influencia indeseada de factores ajenos a los problemas que quería estudiar.

Uno de esos problemas era la relación entre la longitud de las listas y el tiempo que reparaba en memorizarlas. Comprobó que, a medida que iba aumentando la longitud de las listas, el tiempo necesario para su memorización no aumentaba proporcionalmente, sino que aumentaba mucho más rápido.

Otra de las comprobaciones que hizo fue que, efectivamente, la memorización de fragmentos con sentido, entre otras características, era muy ventajosa frente a la memorización de fragmentos sin sentido. Así, para memorizar un poema de Lord Byron, solo necesitó 8 lecturas, mientras que para memorizar una cantidad equivalente de sílabas sin sentido, precisaba de entre 70 y 80 lecturas. El ritmo y rima del poema junto a su significado facilitaban sin duda la retención.

Además de los problemas mencionados junto a otros muchos, una de las investigaciones por las que más reconocimiento se ha atribuido a Ebbinghaus es el efecto del paso del tiempo en la retención de la información memorizada.

Aquí el procedimiento que adoptaba era el siguiente: se estudiaban varias listas de un número determinado sílabas sin sentido y se volvían a estudiar luego, dejando pasar distintos intervalos de tiempo (desde 20 minutos hasta 31 días) y registrando en cada caso el porcentaje de ahorro (número de repeticiones que se ahorraba para memorizar las listas de nuevo con respecto a las que necesitaba antes).

Los resultados mostraban que el porcentaje de olvido observado en las primeras sesiones era alto, e iba disminuyendo en las siguientes hasta que las diferencias entre unas sesiones y otras desaparecían prácticamente en las últimas. Estos resultados los representó gráficamente en la conocida como “curva del olvido” o “curva de Ebbinghaus”.

Con todo, ha sido sin duda su trabajo sobre la memoria el que ha terminado dejando huella. Con su riguroso control de las variables en juego y un uso amplio de las matemáticas tanto a la hora de tratar los datos como para discutir los resultados, constituyó un argumento a favor de la posibilidad de acercarse a los procesos mentales más complejos con una metodología objetiva, convirtiéndose así en fuente de inspiración para muchos en su época.

Referencias:

Ebbinghaus, H. (1964). Memory: a contribution to experimental psychology. New York: Dover publications.

-https://psikipedia.com/libro/historia/4159-el-estudio-experimental-de-la-memoria-hermann-ebbinghaus

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