HIPNOSIS

Alin Istrate
Introducción a la Psicología — ugr
2 min readNov 23, 2022

Seguro que al pensar en hipnosis a todos se nos viene a la cabeza la típica situación en la que una especie de “mago” consigue que una persona se quede dormida o entre en un estado de trance en la que es totalmente manipulable y hace lo que el hipnotizador quiera. Siento decirlo, pero eso es un mito.

Podemos citar la definición de la British Psychological Society (2001) como punto de partida y para tener una idea general de en qué consiste:

“El término hipnosis denota una interacción entre una persona, el hipnotizador, y otra persona o personas, el sujeto o los sujetos. En esta interacción el hipnotizador intenta influir en las percepciones, sentimientos, pensamientos y conductas de los sujetos pidiéndoles que se concentren en ideas e imágenes que evoquen los efectos deseados. Las comunicaciones verbales que el hipnotizador utiliza para alcanzar estos efectos se llaman sugestiones. Las sugestiones se diferencian de otras clases de instrucciones cotidianas en que implican que el sujeto experimenta la respuesta que sigue la sugestión con éxito como involuntaria y sin esfuerzo. Los sujetos pueden aprender a utilizar la hipnosis por sí mismos en la autohipnosis”.

Se podría denominar, entre otras palabras, como una interacción entre dos personas en las que una de ellas, el hipnotizado, abandona el control de los procesos cognitivos, conductuales y afectivos en manos de otra persona, el hipnotizador.

Entre los procesos del abandono del control se encuentran dos:

-La atención: el hipnotizado deja de mostrar atención a cualquier estímulo que no sea el que el hipnotizador le indica, haciendo que el hipnotizador sea su único vínculo.

-El control de la conducta voluntaria: los hipnotizados abandonan el control de la conducta, haciendo todo lo que el hipnotizador quiere que hagan y siendo incapaces de hacer lo que el hipnotizador les dice que no pueden hacer.

MANO PEGADA A LA CARA.

Le vamos a pedir al hipnotizado que ponga la palma de su mano al frente de su cara y busque un punto en el que fijar su atención. Cuando ya lo tenga le vamos a pedir que haga una fotografía a ese punto y vaya dejando que su mano se vaya acercando a su cara lentamente, imaginándose como unos imanes que se atraen fuertemente. Cuando su mano toque su cara, le vamos a pedir que cierre los ojos y deje que su mano se siga pegando más y más fuerte a su cara, sintiendo la fuerza de los imanes, la sensación de magnetismo que se convierte en algo muy intenso, imposible de separar, notando como todos los músculos del brazo y de la mano sienten estos imanes pegándose más y más fuerte. En cuanto sienta que su mano está totalmente pegada a su cara, se imagine la sensación de intentar separar la mano y sentir como más fuerte se pega. El momento en el que sienta que de verdad tiene la mano pegada a la cara, le vamos a pedir que intente separar la mano y que sienta como no puede separarla, que sienta la curiosa sensación y que se concentre en esa sensación.

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