La agorafobia y cómo tratarla

Desensibilización sistemática para curar fobias

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Como ya conocemos, el miedo a salir de casa tras la pandemia fue algo que todos experimentamos en algún momento, bien por miedo a contagiarnos o por otras causas como ansiedad social.

El término “agorafobia” viene de agora, que significa plaza, y fobia, que significa temor, y las personas que la padecen pueden desarrollar crisis nerviosas con falta de aire, náuseas, mareos, y hasta incluso ataques de pánico. Hay varios tipos de agorafobia, primero está el miedo a espacios abiertos, luego el miedo a espacios cerrados, el miedo a usar transporte público y el miedo al lugar de trabajo.

Debido a esto, tartar la agorafobia es imprescindible para evitar un impacto mayor en la salud mental y derivar en una depresión. Existen diversos métodos para curar fobias, pero uno de los más conocidos es la desensibilización sistemática. Con esta técnica, mediante la exposición de los estímulos que producen ansiedad (en este caso, cualquier cosa relacionada con espacios en los que pueda haber mucha gente o con el simple hecho de salir de casa), se consigue que la persona con la fobia comience a relacionarlos con otros pensamientos contrarios, generalmente la relajación. Así, cada vez que se repita la técnica en el paciente, la respuesta ansiosa será menor hasta que la fobia haya desaparecido progresivamente.

En este caso, con la pandemia, la persona comenzaría a pensar en situaciones relacionadas con contagiarse, tocar espacios públicos que no sabe si han sido desinfectados, llevar la mascarilla correctamente puesta, evitar hablar con gente, subirse al metro o al bus… Cuando empiece a sentir ansiedad, empieza verdaderamente el efecto de la técnica. Una vez haya pensado en esas situaciones, el siguiente paso es la relajación, y así hasta que cada vez que piense en lo que le produce la ansiedad, lo relacionará con la relajación y de este modo superará la fobia. Tras varias sesiones, la persona se irá poco a poco deshaciendo de sus miedos y comenzará a salir a la calle con más normalidad.

Pero, ¿por qué las personas desarrollaron agorafobia en primer lugar? Pues al estar distanciados socialmente para evitar un contagio de una enfermedad desconocida hasta el momento, cuando llegó el turno de salir a hacer “vida normal”, ya no sabíamos cómo actuar. Nos acostumbramos a estar solos y distanciados de los demás, por lo que nuestros niveles de neuroticismo, la ansiedad social y las horas libres que pasábamos en casa habían aumentado.

¿Quiere esto decir que si no hubiera habido pandemia muchas personas no hubiesen desarrollado agorafobia? Probablemente, pero, si Joseph Wolpe no hubiese tratado con soldados en la guerra, ¿hubiésemos sabido cómo tratar estas fobias? La respuesta es simple, no. Este tipo de situaciones son necesarias para que podamos desarrollarnos como sociedad, por lo que aunque mucha gente haya tenido que pasar por ese miedo, muchas más son conscientes de sus efectos en nuestra salud mental.

CITAS:

Regalado-Chamorro, M., Medina-Gamero, A., Rosario-Pacahuala, E. (2021) Agorafobia en tiempos de confinamiento: ¿miedo a perder el control?. Atención Primaria, 53, DOI: 10.1016/j.aprim.2021.102150

Lays Monteiro, A., Boruchovitch, E, Bzuneck, J. A. (2022) Personalidad, ansiedad social y adaptación a medidas de distanciamiento durante la pandemia. Psico-USF, 27, 33–44. DOI:10.1590/1413–8271202126nesp05

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