La depresión

Un total de 2.408.700 españoles sufrieron en 2015 depresión, una enfermedad cuya prevalencia está aumentando en el mundo y que en el caso de España representa el 5,2 % de la población, según nuevos datos publicados hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS), somos el 4º país de la UE con más casos de depresión.

Según la encuesta nacional de salud en 2017, en las mujeres la depresión es más prevalente en más del doble de los casos, 9% frente a 4%, y también es mucho más prevalente en gente con empleo, con relación a la gente en paro, 7,9% frente a 3,1%.

Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los casos no se tratan.

Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta. Otra barrera para la atención eficaz es la evaluación errónea. En países de todo el mundo, incluso en los más desarrollados, las personas con depresión a menudo no son correctamente diagnosticadas, mientras que otras que en realidad no la padecen son a menudo diagnosticadas erróneamente y tratadas con antidepresivos.

El mindfulness, una técnica de meditación que consiste en entrar en un estado de relajación profundo en sesiones breves, en los que se busca encontrar el aquí y ahora, e intentar que la conciencia no elabore juicios sobre lo que estamos sintiendo, con el objetivo final de dejar la mente en blanco, sirve para ayudar a salir adelante de una depresión según estos títulos.

“El camino del Mindfulness” o “Vencer la depresión: Descubre el poder del Mindfulness”

¿Por qué esta estigmatizada la depresión?

La gente que no comprende las enfermedades mentales, suele pensar que los que las padecen son “bichos raros” o personas desequilibradas que pueden estallar o actuar de manera impulsivo en determinados momentos, cuando eso no es así.

También se da el hecho de que la depresión puede pasar ante los ojos de personas sin conocimiento como una “mala racha” o una simple tristeza pasajera, lo que suele llevar a restarle importancia, o a cohibir a las personas que la sufren de expresar lo que sienten, aumentando aún más el problema.

La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera de vez en cuando durante períodos cortos

La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.

Los síntomas principales son dificultad para conciliar el sueño, estados de ánimo irritables, sentimientos de inutilidad y de desesperanza o abandono, pensamientos suicidas y pérdida de la diversión en actividades que antes resultaban placenteras.

En niños los síntomas pueden ser diferentes, pero se suele mostrar en aspectos como cambios de comportamiento repentino o descenso del rendimiento escolar.

Los tipos principales de depresión son:

-Depresión mayor, cuando sentimientos de ira, frustración o pérdida interfieren en la vida diaria por semanas o incluso meses.

-Trastorno depresivo persistente, suele durar un par de años, en los que hay épocas de síntomas mas graves y épocas con síntomas leves.

Aunque también hay otros tipos de trastornos depresivos que se dan en circunstancias más concretas:

-Depresión posparto. Muchas mujeres se sienten algo deprimidas después de tener un bebé, pero la verdadera depresión posparto es más intensa e incluye los síntomas de la depresión mayor.

-Trastorno disfórico premenstrual (TDP): Síntomas depresivos que ocurren una semana antes de la menstruación, que desaparecen después de menstruar.

-Trastorno afectivo estacional (TAE): Ocurre con mayor frecuencia durante las estaciones otoño e invierno y desaparece durante la primavera y el verano, probablemente ocasionado por la falta de luz solar.

-Depresión mayor con características psicóticas: Sucede cuando una persona que padece depresión sufre también una falta de contacto con la realidad (psicosis).

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