LA HIPNOSIS EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR
El dolor es algo que se procesa en el cerebro. Se percibe sólo cuando el cerebro interpreta ese estímulo como dolor. Ese dolor, la forma de experimentarlo, tiene distintas dimensiones. El dolor es, entre otros, sensación, es emoción, y también es evaluación.
Por otro lado, la hipnosis clínica o hipnoterapia es el uso de un estado alterado de conciencia, o trance para establecer un tratamiento a un problema de salud. Y qué es el dolor si no un problema de salud (pues altera nuestro bienestar físico).
Si mezclamos estos dos conceptos, uno de ellos influirá sobre el otro. Nuestro objetivo es que prevalezca la hipnoterapia, mitigando el dolor.
Si yo os digo que imaginéis vuestra comida favorita, la consecuencia lógica de esta imagen mental es que notaréis una sensación agradable, y, como se dice coloquialmente, “se os hará la boca agua”. Si en cambio os hablo de un viento helado, es probable que a alguno os haya dado un escalofrío. Como vemos, la sugestión es la idea que se transforma en una respuesta. Esto no significa que esa idea sea real, es una sugestión, pero eso no quita que esté presente, ya que la persona sugestionada percibe las sensaciones como si fuera real.
Así, se convence a la persona a la que tratamos de hipnotizar, y va teniendo modificaciones en su percepción, aceptando con más facilidad las sugestiones, disminuyendo su sentido crítico. Así, podemos conseguir cambios en la percepción del dolor.
La hipnoterapia tiene 4 fases, y la recién explicada la podríamos relacionar con la fase pre-inductiva.
- Fase Pre-inductiva: es la fase previa a la hipnosis en la que se evalúa la receptividad hipnótica del sujeto y se aclaran mitos y concepciones erróneas sobre la hipnosis.
- Fase de Técnicas de Inducción Hipnótica: en esta etapa se modifican ciertas características del sujeto con el fin de aumentar su receptividad a las sugestiones que vamos a administrarle.
- Fase de Administración de sugestiones específicas: modificación de respuestas cognitivas, fisiológicas o motoras que son el objetivo de la intervención mediante “metáforas sugestivas” adecuadas al paciente.
- Fase Posthipnótica: Aprendizaje, mantenimiento y generalización de las respuestas obtenidas en consulta, mediante instrucciones posthipnóticas y/o autohipnosis.
Como no tenemos tiempo para hacer una terapia completa, nos centraremos en la tercera fase, que es la fase de administración de sugestiones específicas.
Volviendo al tema del dolor, para continuar voy a necesitar que, si sentís algún tipo de dolor físico en este mismo instante lo localicéis. Puede ser una herida, un dolor leve de estómago, de cabeza… Si no os duele nada ahora mismo, pensad en un momento en el sí hayáis sentido este dolor. En este caso podéis pensar en algo que sufráis con cierta frecuencia, como el dolor propio de la menstruación o el dolor de cabeza causado por migrañas.
Vamos a usar la siguiente técnica:
TÉCNICA DE REPLANTEAMIENTO DEL DOLOR.
Hipnóticamente hablando, redefinir o replantear el dolor físico es algo muy efectivo si se realiza de forma adecuada.
Si ese dolor es el tipo de dolor punzante, que quema, simplemente hay que enfriarlo. Si, en cambio, es un dolor latente, hay que ralentizar ese latido hasta que deje de existir.
Usando estos términos conseguimos que nuestro paciente, en este caso el grupo de prácticas, cree una nueva metáfora con el dolor y su forma de verlo. Al haber introducido yo esa metáfora, ahora ambos percibimos ese dolor de la misma forma, creando una relación.
Dadle a ese dolor una forma física, tangible. Os recomiendo que cerréis los ojos para eso. Si ese dolor es el dolor punzante y ardiente que acabamos de mencionar, o bien el constante y latente, imagínalo como una solitaria llama en una hoguera. Observa bien el fuego, sus colores vivos, el chasquido de la madera. Nota su calor en la cara, mira como su centro se mueve suavemente al ritmo de los latidos de ese dolor. Mientras lo observas, con la cara ya caliente, te das cuenta de que la madera está a punto de consumirse, y como consecuencia la llama va disminuyendo. Cuanto más se consume el fuego, más se enfría tu cara, más se enfría el dolor. El suave movimiento de la llama va desapareciendo, hasta que solo queda madera quemada y el recuerdo de un dolor que prácticamente ha desaparecido. Os quedáis mirando esa madera, y respiráis hondo, aliviados por el frescor que ahora sentís en la cara y el dolor. Cuando lo creáis conveniente, podéis dejar de mirar la madera y abrir los ojos.
Dándole una forma física y maleable al dolor, vemos más posible su desaparición o disminución, ayudando al cerebro a cambiar esa sensación desagradable que nos hace sentir.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.unk.com/blog/4-relieving-hypnotic-techniques-for-pain-control/
https://www.cinteco.com/la-aplicacion-de-la-hipnosis-clinica-en-el-tratamiento-del-dolor-2a-parte/