La ley del espejo, no todo es lo que parece.

Todos conocemos a algunas personas a las que con solo ver pensamos, la mataría, personas que consiguen enfadarnos, son aquellas personas a las que consideramos insoportables.

Esta persona puede ser egocéntrica, extremadamente sensible, chillona, criticona o manipuladora, sin embargo, estos rasgos que a nosotros nos molestan, puede que para los demás no sea así, y es aquí donde aparece la ley espejo.

¿Qué es la ley del espejo?

La ley del espejo afirma que “El mundo exterior actúa como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra, siendo un retrato de nuestro mundo interior”.

Es decir, no debemos buscar la explicación a nuestro enojo o frustración fuera, en los demás, sino en nosotros mismos. Cuando miramos a los demás, es como si nos mirásemos a un espejo, porque realmente cuando observamos su comportamiento y actitudes, descubrimos en ellos que es lo que nos gusta para nuestro comportamiento y lo que no.Además, solemos buscar en los demás las cualidades que nos parecen más importantes en nosotros.

Es decir, vemos a los demás a través de “nuestro prisma”

Proyección de nuestras sombras en los demás:

La primera reacción a la ley del espejo suele ser el rechazo. Rechazamos la posibilidad de vernos reflejados en comportamientos egoístas o violentos, sin embargo,esto no significa que seamos personas egoístas o violentas

Ninguno de nosotros es perfecto. Todos tenemos defectos y todos podemos mejorar. Sin embargo, preferimos pensar que somos personas honestas, bondadosas, pacíficas y empáticas.

De hecho, todos tenemos un sesgo positivo al valorarnos.

Varios estudios han comprobado que cuando nos enfrentamos a una información que califica nuestra imagen positiva,cuestionamos su veracidad, pero con una sola prueba nos la creemos.En cambio, cuando la información va en contra de nuestra imagen, necesitamos una gran cantidad de pruebas sólidas para creerla.

Nos cuesta reconocer nuestras sombras porque preferimos alimentar una imagen idealizada de nosotros mismos, y ver únicamente nuestros rasgos positivos, creyendo que estas últimas excluyen a las negativas. Pero queramos o no todos tenemos luces y sombras.

Cuando no aceptamos nuestras sombras y las vemos reflejadas en los demás, reaccionamos de manera negativa. La ley del espejo indica que las imperfecciones de los demás generan tanta irritación porque activan áreas de conflicto en nuestro interior, cualidades que no hemos aceptado porque no encajan con la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Aunque en un primer momento resulta difícil de comprender, aceptar la ley del espejo puede ser una experiencia liberadora que nos ayuda a conocernos mejor y logra que las relaciones interpersonales sean más fluidas.

BIBLIOGRAFÍA:

Gómez Mata, & De Puig Ripoll, C. (2013). La ley del espejo para jóvenes . Comanegra.

Gómez Tato. (1993). Estudio de la autoimagen introyectada en los adolescentes gallegos. Universidad de Santiago de Compostela, Servicio de Publicaciones.

--

--