LAS MENTIRAS

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Según Paul Ekman, para definir una mentira no sólo hay que tener en cuenta al mentiroso sino también a su destinatario. Hay mentira cuando el destinatario de ella no ha pedido ser engañado, y cuando el que la dice no le ha dado ninguna notificación previa de su intención de mentir. Para que se produzca una mentira debe haber una persona que tiene el propósito deliberado de engañar a otra, sin notificarla previamente de dicho propósito ni haber sido requerida explícitamente a ponerlo en práctica por el destinatario. Existen dos formas fundamentales de mentir: ocultar y falsear.

El mentiroso que oculta, retiene cierta información sin decir en realidad nada que falte a la verdad.

El que falsea da un paso adicional: no sólo retiene información verdadera, sino que presenta información falsa como si fuera cierta.

Cuando un mentiroso está en condiciones de escoger el modo de mentir, por lo general preferirá ocultar y no falsear. Esto es así porque suelen sentirse menos culpables cuando ocultan que cuando falsean, aunque en ambos casos sus víctimas resulten igualmente perjudicadas. Además de esto, las mentiras por ocultamiento son mucho más fáciles de disimular una vez descubiertas. El mentiroso no se expone tanto y tiene muchas excusas a su alcance: ignora el asunto, quería revelarlo más tarde, la memoria le falla y no se acuerda de lo que dijo, etc.

Detectar mentiras no es simple. Uno de los problemas es el cúmulo de información; hay demasiadas cosas que tener en cuenta a la vez, demasiadas fuentes de información: palabras, pausas, sonido de la voz, expresiones, movimientos de la cabeza, ademanes, posturas, la respiración, el rubor o el sudor, etc. A la hora de detectar las mentiras, no hay ningún signo del engaño en sí, no hay una cara o un gesto que por sí mismo signifique que la persona está mintiendo, lo que sí que existe son indicios.

INDICIOS DE FALSEDAD EN LA PALABRA:

El desliz verbal: hay que evitar el error de considerar veraz al que no comete ningún desliz verbal ya que hay muchas mentiras que no los incluyen.

Las peroratas (las peroratas son discursos largos y poco oportunos que se hacen como con apasionamiento): La información se vuelca como un torrente y el mentiroso se ve arrastrado por sus emociones sin advertir las consecuencias de lo que está revelando.

INDICIOS DE FALSEDAD EN LA VOZ:

En la voz, se incluye todo lo que forma el habla, a parte de lo que son las palabras. Los indicios más comunes en la voz son las pausas demasiado largas o pausas demasiado frecuentes; que se vacila cuando se va a empezar a hablar (sobre todo a la hora de responder una pregunta); algunas intersecciones del estilo a oooohh, esteeee…; muchas repeticiones como estar diciendo todo el rato: yo, yo, yo, etc. Todo esto indica engaño porque o bien el mentiroso no ha elaborado el plan de antemano y está improvisando, o bien sí ha elaborado el plan, pero una pregunta determinada le pilla por sorpresa. Además de esto, tenemos que tener en cuenta el tono de voz. El tono de voz se eleva cuando se está bajo el influjo de una perturbación emocional (esto es más válido cuando el sentimiento es de ira o temor). El tono baja con la tristeza o el pesar. Según experimentos realizados por Ekman, el tono se vuelve más agudo con el engaño. Sin embargo, tenemos que tener cuidado con esto, ya que personas que les preocupa no ser creídas cuando dicen la verdad, pueden tener el mismo tono elevado de la voz que un mentiroso por su miedo a ser atrapado.

INDICIOS FACIALES DE ENGAÑO:

El rostro suele contener un doble mensaje, lo que el mentiroso quiere mostrar y lo que el mentiroso quiere ocultar, pero le sale de forma involuntaria. Vamos a centrarnos en las expresiones involuntarias. En las expresiones involuntarias intervienen los músculos fidedignos, que, según Ekman, son aquellos de los que no puede hacerse uso para las expresiones falsas: el mentiroso no los tiene a su disposición, y como tampoco puede inhibirlos o abortarlos inmediatamente, le cuesta ocultar la acción de estos músculos al tratar de disimular una emoción real. Algunos ejemplos:

En conclusión, la detección de mentiras no es para nada fácil, hay que tener en cuenta demasiados factores y muchas fuentes de información, y la información no se puede interpretar de manera aislada, no se puede interpretar una micro expresión o una expresión corporal, hay que mirarlo de forma global, en un conjunto.

BIBLIOGRAFÍA:

El libro: “Como detectar mentiras, una guía para utilizar en el trabajo, la política y la familia” de Paul Ekman.

https://confilegal.com/20180810-8-microexpresiones-para-detectar-las-mentiras/.

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