Los baños de psicología hablan por sí solos

Paulagh
Introducción a la Psicología — ugr
3 min readOct 21, 2022

Hace unos días encontré ésta verdad escrita en los baños de la facultad. Y es que, como dar explicación a esa “necesidad” desesperada que creamos hacia nuestra pareja sin darnos cuenta de hasta qué punto, es incoherente.

Bien, el psicólogo y filósofo social Frederic Skinner se adelantó 70 años a ésta cuestión, para darle forma mediante ratas.

El refuerzo intermitente es un término que acuñó Skinner dentro de sus teorías sobre el control del comportamiento.

Dentro de sus comprobaciones concluyó que por un lado tenemos los programas de reforzamiento continuo, en los que la conducta se refuerza siempre que aparece. Y por el otro, tenemos los programas de reforzamiento intermitente: la realización de la conducta operante no va siempre seguida del estímulo reforzador, es decir, a veces se refuerza y a veces no.

Así, a su vez, dentro de los programas de reforzamiento intermitente, podemos diferenciar varios tipos.

Están los programas de razón en los que para crear en un sujeto una conducta operante administramos el estímulo reforzante sólo cuando el sujeto realice un número determinado de veces la conducta en cuestión, por ejemplo cada tres veces; esto sería un programa de refuerzo de razón fija. Si preferimos administrar el refuerzo cuando el sujeto realice un número variable de conductas (por ejemplo, a veces cada tres, a veces cada dos) tenemos un programa de refuerzo de razón variable.

Por otro lado tenemos los programas de intervalo, en los que el criterio de refuerzo es el tiempo transcurrido desde que se presentó el último reforzador. Al igual que en los de razón pueden ser intervalos fijos (intervalo temporal constante) o variables.

En el experimento con ratas que llevó acabo Skinner, acostumbraron a los animales a que cada vez que accionaban una palanca, obtenían comida.

Después, empezaron a darles comida de manera aleatoria, esperando que éstas se aburrieran y buscaran comida en otra parte, pero ocurrió justo lo contrario: Se obsesionaron con darle a la palanca, esperando recibir alimento, y su salud fue empeorando.

Su trabajo evidenció que una de las formas más potentes de mantener a una persona haciendo siempre lo mismo y con la máxima gratificación es el refuerzo intermitente: dar la recompensa cada cierto intervalo de veces que se ha dado una conducta.

Ejemplos cotidianos encontraréis muchos, las máquinas tragaperras son un ejemplo perfecto de intervalo variable, en el que ocurre lo mismo que en el experimento de las ratas de Skinner, se obsesionan con darle a la palanca compulsivamente para obtener su premio, pero no se sabe cuándo se obtendrá ésta recompensa, con lo que aumenta el nivel de manía.

Pero el ejemplo que más duele es el refuerzo intermitente en la pareja, pues dar el amor a cachitos no resulta muy reconfortante. En las parejas narcisistas por ejemplo, el o la narcisista utiliza este tipo de reforzamiento porque necesita que alguien se enganche a él o ella, pero se acaba desarrollando una dependencia emocional y una baja autoestima que provocan un desgaste insoportable en la pareja.

“Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio; contigo porque me matas, y sin ti porque me muero” Antonio Machado

Referencias:

https://psicologiaymente.com/psicologia/programas-de-intervalo

https://epsibapsicologia.es/el-reforzamiento-intermitente-en-la-pareja/

https://www.xataka.com/

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