NO ESTAR BIEN ESTÁ BIEN

Cuántas veces hemos escuchado las frases de: no te pongas así que no es para tanto, yo he pasado por cosas peores y no me quejaba tanto, sonríe un poco y verás que todo va a ir mejor, no estés mal, no deberías de estar tan triste por eso… Todas son oraciones que hacen que nos cuestionemos y culpemos por estar mal en un determinado momento. Invalidan lo que sentimos y nos hacen pensar que algo está mal en nosotros por sentirnos de esa determinada manera.

La vida se trata de un proceso dónde habrá momentos dónde estemos mejor y otros dónde estemos peor, en realidad no es bueno ni malo estar bien o mal simplemente es parte de este proceso y avance. No vivimos en un nivel fijo constantemente sino que con las experiencias que vamos teniendo a lo largo de nuestra vida nuestras emociones van cambiando y nuestro nivel de ´´felicidad´´ también. Como es normal encontrarnos a personas que le produzca más miedo que a otras ciertas circunstancias, vergüenza o alegría también es normal encontrarnos a personas que sientan o sufran de manera distintas las mismas circunstancias que otras. Todas las emociones al pasar por una determinada situación en nuestra vida están permitidas, no existe una mejor o peor manera de sobrellevar lo que nos ocurre porque cada uno es diferente y su manera de conciliar los problemas también lo es. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar si una persona está demasiado triste,ansiosa o depresiva por cualquier causa? ¿Acaso nuestro valor de umbral para sentir ciertas emociones es el único válido?

Y es que, de las situaciones dónde peor estamos es de dónde más aprendizaje obtenemos por lo que deberíamos de dejar de huir de ellas y observarlas y analizarlas para exprimir lo máximo de ellas. Igual que tenemos que agradecer cuando estamos bien también deberíamos de agradecer cuando estamos mal, es de ahí de donde nuestra capacidad de resiliencia se nutre, es de ahí de dónde salimos más fuerte y es de ahí de dónde valoramos de verdad cuando estamos bien. Darnos cuenta de cómo hemos salido de las peores situaciones, de la gente que estaba con nosotros y darnos cuenta de lo fuertes que somos en realidad, algo de lo que muchas veces no somos conscientes. El dolor y el sufrimiento sí existen, de hecho vamos a convivir con ellos seguro en algún momento de nuestra vida así que dejemos de evitarlo y de sentirnos bichos raros cuando lo experimentamos porque de nada sirve.

Dejemos de hacer cómo si sólo las emociones positivas fuesen las válidas y correctas, dejemos de hacer como si el sufrimiento no existiese en nuestra vida y fuese algo muy irracional, dejemos de hacer sentir a los demás que son culpables por sentir una emoción más, dejemos de crear una percepción de la vida irreal.

--

--