Nos hemos olvidado de cómo comunicarnos sin una pantalla de por medio.

A día de hoy las redes sociales juegan un papel clave en nuestras vidas La creciente dependencia de las personas a las pantallas se ha convertido en un fenómeno notable en la sociedad contemporánea. Los dispositivos electrónicos se han integrado de manera omnipresente en nuestras vidas diarias, afectando la forma en que nos comunicamos, trabajamos, aprendemos y nos entretenemos.

Antes de nada quiero que reflexiones acerca de algunas cuestiones: ¿ cuántas veces has visto a un grupo de amigos en una cafetería sin hablar porque estaban con el móvil?, ¿ cuántas veces has visto a un niño pequeño con una tablet mientras comía?, ¿o a una persona caminando por la calle que se choca con otra por estar mirando el móvil?. Estoy segura de que responderías “una infinidad de veces”.

Esto no quiere decir que el uso de internet esté mal, de hecho tiene muchos aspectos positivos como la facilidad para comunicarse o interactuar con otras personas.

Lo que realmente está mal es el uso que le damos. Así, los dispositivos electrónicos deberían ser concebidos cómo una herramienta a la que acudir cuando precisemos algo y no como el motivo de nuestra diversión y entretenimiento o como un aparato que ha conseguido generarnos ansiedad si no lo tenemos encima.

Está claro que estamos más conectados que nunca, pero a la vez más ausentes en relación a nuestro entorno, dejando a un lado nuestra vida social, esa que desde hace muchos años le hemos cedido a la red.

Parar el avance de las nuevas tecnologías es algo inviable a día de hoy pero lo que si podríamos cambiar es la forma en la que nosotros las concebimos .Pues un niño necesita aburrirse para desarrollar su inteligencia e imaginación y nosotros debemos interaccionar con otras personas o mismo con la naturaleza con el objetivo de contribuir a nuestro bienestar emocional y así mejorar nuestra calidad de vida.

Una vida plena y feliz debería basarse en algo más que en la aceptación y validación de otros a través de una pantalla, porque lo único que esto está consiguiendo es que dejemos a un lado a aquellos que si están incodicionalmente a nuestro lado sin importar quienes somos en las redes.

  • Bibliografía:

Huaytalla, K. P. C., Vega, S. R., & Soncco, J. J. (2016). Riesgo de adicción a redes sociales, autoestima y autocontrol en estudiantes de secundaria. Revista Científica de Ciencias de la Salud, 9(1), 9–15.

Núñez Partido, J. P., & Jódar Anchía, R. (2009). Niños cibernéticos.

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