¿Se puede mejorar la comunicación? Utiliza tus 4 voces y tus 4 oídos.
Antes de poder mejorar nuestra comunicación debemos preguntarnos ¿Qué define una buena comunicación?
Al principio se pensaba que lo más importante para mantener una buena conversación era un “envoltorio agradable”.
Sin embargo, Von Thun llegó a la conclusión de que era necesario mantener un balance entre la coherencia y la claridad. Con esto quiere decir que hay que tener en cuenta el estado de ánimo y valores propios, así como los del receptor. Así mismo, también subraya la importancia de la metacomunicación, que se refiere a la comunicación sobre la comunicación y la convivencia.
Tanto las frases que decimos, como las que escuchamos, pueden ser interpretadas de distinta manera dependiendo del receptor.
Para explicar este problema, Friedemann crea el modelo cuadrado de la comunicación, que se divide en cuatro niveles.
Oreja de contenido
El emisor se refiere a la información exacta y directa.
El receptor simplemente escucha al emisor.
E y R: “Hay algo rojo en el pastel”
Oreja del llamamiento
El emisor recoge la acción implícita en el mensaje.
El receptor escucha cual es la acción que se demanda.
E: “Quiero que me diga qué es eso rojo que tiene el pastel”
R: “Quítame eso” o “A mí no me sirvas eso”
Oreja de autoexpresión
El emisor refleja lo que quiere decir de sí mismo/a, por lo que hace mención a sus intereses, motivaciones, deseos o necesidades.
El receptor escucha que el emisor/a quiere decir de si mismo.
E: “No sé que es eso rojo, por eso lo pregunto”
R:“Esto no me gusta”
Oreja de relación
El emisor transmite lo que quiere decir de la otra persona. Se sitúa en un plano superior, igual o inferior. Contiene los aspectos del vínculo y la forma de interacción entre quien emite el mensaje y quien lo recibe.
El receptor interpreta que lo que quiere decir el emisor es que no sabe cocinar.
E: “Yo no se que es y tu sí, por eso te lo pregunto”
R: “¡¡Es la ultima vez que me encargo del postre!!”
Entonces, ¿quién es poseedor de la verdad del mensaje?
Tanto el emisor como el receptor tienen dos verdades diferentes, y ambas son válidas. El emisor tiene una intención concreta que suele estar implícita u oculta, esta intención es la verdad del emisor. Por otro lado, el receptor analiza la información desde sus creencias, experiencias y valores, por lo que su verdad es su percepción.
El conocimiento de este modelo probablemente no nos convertirá de repente en personas asertivas con una capacidad excelente de comunicación, pero nos ayudará a entender mejor las distintas verdades de cada persona.