¿Se puede morir de amor?

El amor es uno de los sentimientos más fuertes que existen. Los lazos afectivos que pueden establecerse con la persona amada pueden incluso cambiar todos aquellos principios que habíamos creído firmes durante toda nuestra vida o llevarnos a hacer cosas que jamás imaginamos.

Aunque es una expresión que solemos utilizar constantemente, ¿se puede morir de amor? Existen algunos estudios que aseguran que sí es posible que una persona muera tras un proceso amoroso doloroso. Estos estudios revelan que la tristeza que sentimos ante una pérdida del ser querido puede conllevar algunas enfermedades que nos llevarían, en el peor de los casos, a la muerte.

Conocemos muchas historias sobre parejas que mueren con pocos días de diferencia. En su mayoría suelen ser personas mayores y se suele asociar esta muerte con un sentimiento de amor poderoso.

Científicamente el amor es un cóctel de químicos que nos mantienen unido al otro de manera emocional. Podemos explicar el amor como un estado mental que se produce por la interacción de los elementos químicos diferentes, los cuales son generados por estímulos sensoriales. Los químicos de nuestro cerebro que se involucran en las fases del amor son: Feniletilamina, dopamina, testosterona, la oxitocina, vasopresinas, serotonina y endorfinas.

Un estudio publicado en la revista Epidemiology hecho a 58.000 parejas desde el año 1991 ha revelado que alrededor de un 40% de mujeres y un 26% de hombres mueren antes de haber pasado tres años de la muerte del ser amado .Con lo cual parece posible afirmar que el perder a la pareja puede tener un impacto directo sobre la esperanza de vida. Muchos de los encuestados afirmaban que se sentían como si realmente les hubieran quitado una parte de su cuerpo o como si los hubieran partido por la mitad.

En cualquier caso, el doctor Freddie Negron, especialista en medicina paliativa del Instituto Miami Vitas, defiende la teoría mente/cuerpo/luto. Esto quiere decir que las causas por las que una pareja podría morir tras el fallecimiento del ser amado podrían estar en una latente enfermedad cardíaca que se agrava con la depresión.

Lo cierto es que el síndrome del corazón roto existe. En 1991, los cardiólogos de Hiroshima, Japón, fueron los primeros en informar sobre un síndrome cardíaco que parecía afectar sobretodo a las mujeres y que exhibía síntomas que imitaban un infarto agudo de miocardio. Lo extraño era que las personas que lo sufrían no tenían un historial de cardiopatía ni ningún problema de salud relacionado, por lo general.

Las personas con síndrome del corazón roto pueden tener dolor torácico repentino o pensar que están teniendo un ataque cardíaco. El síndrome del corazón roto afecta solo a una parte del corazón e interrumpe temporalmente la función normal de bombeo del corazón. El resto del corazón continúa funcionando normalmente o incluso puede tener contracciones más fuertes.

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