SEX APPEAL

Los artistas, filósofos y científicos de todos los tiempos han intentando averiguar qué es lo que hace que una cara sea absolutamente irresistible. Los griegos pensaban que este secreto residía en una fórmula matemática, que Platón bautizó como proporción áurea, consiste en dividir un segmento en dos partes desiguales, dicha proporción se da cuando el segmento pequeño guarda la misma proporción con el grande que el segmento grande con el total.

La simetría también determina lo atractivo que eres, y estos ya son rasgos que dependen de la salud que hayas tenido en el útero de tu madre, por ejemplo la alimentación que has recibido.

Sin embargo, la proporción áurea no marca diferencia entre hombres y mujeres y se ha demostrado que la masculinidad o feminidad de tu cara juegan un papel importante en la belleza. Esto se debe a que la masculinidad o feminidad de tu cara depende de la concentración de hormonas sexuales que hayas procesado durante la pubertad, eso indica buena salud reproductiva, por lo tanto cuando nos parece atractivo alguien es porque hacemos un análisis de su cara de forma subconsciente.

Respecto al cuerpo, usamos la cintura y las caderas para juzgar el sexo de una persona. Valoramos el atractivo del cuerpo en función de cómo se mueve. Se encuentran más atractivos los varones con un torso recto y erguido y que al moverse mueven ligeramente los hombros. Las mujeres más atractivas tienden a tener una figura en forma de reloj de arena y al andar mueven ligeramente las caderas. El andar guarda relación con la salud de las personas.

El sex appeal tiene más ingredientes que la mera apariencia física, la voz tiene mucho que ver. La voz aguda indica altos niveles de estrógenos, por lo que a los hombres les resultará más atractiva. Incluso cuando las mujeres están ovulando, con más altos niveles de esta hormona, les resultará más atractiva todavía. Por el contrario, la voz grave indica altos niveles de testosterona, por lo que las mujeres la encontrarán más atractiva.

Las mujeres tienden a ser más exigentes, puesto que si se quedan embarazadas son quienes van a cargar con las consecuencias y por eso quieren buscar al mejor candidato posible, al macho dominante, un hombre con un buen coche o un buen sueldo con el que su descendencia pueda tener asegurada una buena vida. Este comportamiento es similar a los carneros, los machos se pelean entre ellos y las hembras se intentan aparearse con el ganador.

El olor es también un método primitivo para decidir con quien aparearse. La forma en la que el cerebro procesa los olores está también muy relacionada con las respuestas emocionales, pero también genéticas. El olor de una persona depende del complejo principal de la histocompatibilidad, una familia de unos cien genes de ADN con múltiples combinaciones y que está relacionado con su sistema inmunológico. Esta combinación es única en cada persona, no hay por lo tanto dos personas con el mismo olor.

Normalmente las personas se sienten más atraídas por otras con olores lo más distintos posible a ellas. Esto es debido a que antiguamente las líneas de parentesco no estaban del todo bien definidas y el olor era un mecanismo para reconocer que una persona era ajena a la familia, ya que dentro de una misma familia tenemos una combinación genética más similar que hacen que nuestros olores sean más parecidos. Sentir atracción por un olor distinto era una técnica para evitar el incesto, y asegurar una descendencia más sana.

Se ha comprobado que las mujeres cuando están ovulando segregan cupulina, una hormona que al ser inhalada por los hombres estimula su atracción por las mujeres, todas las mujeres les parecen atractivas. De igual manera cuando el cerebro segrega dopamina las mujeres tienden a ver a los hombres más guapos.

La testosterona y la dopamina incrementan el apetito sexual.

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REFERENCIAS

Dunn, A. & Reed, A. & Shaikh, F. & Ashworth, L. (2008). The science of Sex Appeal. [Documental]. The incubator.

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