Sueños Lúcidos

Un trompo de acero gira sobre una mesa sin parar. De repente, vuelca. «Los sueños nos parecen reales mientras los tenemos, sólo cuando nos despertamos nos damos cuenta de que algo no cuadra. (Cobb, Inception de Christpher Nolan).

Pero, ¿y si somos conscientes de que estamos soñando?

“Me encontraba sentada en el salón de mi casa, junto con mi madre y mi hermana. Nada era extraño, simplemente una situación cotidiana, pero de repente me di cuenta de que estaba soñando y de que podía controlar el sueño. Decidí por tanto cambiarlo y desee que estuviese allí Johnny Deep, abrí la puerta y allí estaba” , cuenta Melanie Schadlich, psicóloga profesional centrada en el estudio de los sueños lúcidos. Schadlich tiene sueños lúcidos desde los diecinueve años y afirma que los utiliza para placer personal, como volar, viajar, tener relaciones sexuales…

A principios de la década de los 50, un grupo de investigadores estudió el cerebro durante el sueño y afirmaron que mientras dormimos y aproximadamente cada 90 minutos, el cerebro funciona a plena capacidad y a un nivel de intensidad comparable al del estado de vigilia. Durante estas fases, los ojos se mueven rápidamente, aumentan las pulsaciones, mientras el cuerpo se mantiene inerte Es la llamada FASE REM. Es en esta fase donde suelen tener lugar los sueños lúcidos.

Existen muchas investigaciones y teorías sobre los sueños lúcidos, entre ellas, Mark Solms, fundador del neuropsicoanálisis afirma que el origen de los sueños está en la activación del cerebro ( en la fase REM), pero los sueños no son solo el resultado de la activación del cerebro, sino también una expresión de nuestras emociones. Según Solms, las partes emotivas y primitivas durante un sueño son mucho más fuertes que las partes racionales, lógicas y ancladas a la realidad.

Sin embargo, el pionero de la investigación sobre los sueños lúcidos es Stephen LaBerge. El primer sueño lúcido de LaBerge lo llevó a centrarse en el estudio de estos. Cuenta que, en el sueño, se encontraba en el Himalaya, y se dio cuenta de que no llevaba un vestuario adecuado para el lugar donde se encontraba, esto hizo que se diese cuenta de que estaba soñando y decidió marcharse de aquel lugar, es decir, tomó el control de su sueño.

LaBerge desarrolló técnicas de aprendizaje y según este investigador, los sueños lúcidos son un encuentro entre la mente inconsciente, en la que se instruye lo que generan los sueños, y la mente consciente, que asimila el encuentro. Además, Stephen estudió el movimiento ocular mediante ondas, como símbolo de que sabe que está soñando. Los ojos se movían con una regularidad poco frecuente, y pensó “si en los sueños lúcidos puedo mirar hacia la izquierda y derecha, también puedo crear una onda que me indique el momento de lucidez”. Las dos conclusiones principales de este estudio fueron que los sueños lúcidos pueden aparecer durante el sueño paradójico y que los soñadores lúcidos pueden indicar su presencia mientras continúan soñando.

¿Cómo podemos tener un sueño lúcido? Pues bien, existen varias técnicas que ayudan a tener un sueño lúcido. Una de las técnicas consiste en acostumbrar a nuestro cerebro a reconocer la realidad de lo que nos rodea mientras estamos despiertos, para ser capaces de hacer lo mismo mientras dormimos. Si consolidamos el hábito, se puede reproducir mientras dormimos. Por ejemplo, mirar el reloj muchas veces al día.

Los sueños lúcidos, además, se pueden emplear como aplicaciones terapéuticas y psicológicas, como el tratamiento de las fobias o del trastorno por estrés postraumático. Como ejemplo, una chica, de 31 años, cuenta que empezó a tener sueños lúcidos a partir de los tres años. A esta edad tenía pesadillas muy intensas, que le generaban tanto miedo , que le hacían pensar que no podían ser reales, y eso hacía que se diese cuenta de que estaba soñando, así, supo que podía controlar esas pesadillas, reconducirlas. Esta joven afirma que los sueños lúcidos le ayudan en su vida diaria , le ayudan a mantener la salud mental, ya que tienen una enorme influencia en la imaginación y la creatividad.

Referencias:

Jouvet, M. (1998). El sueño y los sueños . México: Fondo de Cultura Económica.

Hillman, J. (2004). El sueño y el inframundo . Barcelona: Paidós.

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