Tomar de decisiones al volante.

Alberfeix
Introducción a la Psicología — ugr
5 min readJan 8, 2021

Tomar decisiones puede parecer algo trivial y cotidiano, que vamos a comer hoy, que ropa vestiremos, que canción escucharemos en la ducha… Pero tomar una decisión, según el contexto, puede salvarnos la vida en un momento dado. Tener las capacidades cognitivas para percibir el riesgo y actuar de manera adecuada es muy importante a la hora de que esta decisión nos pueda salvar la vida o no.

Todos estamos acostumbrados a coger el coche por las mañanas, para ir al trabajo, a la universidad, o incluso a hacer la compra. Ir en coche se ha convertido en una actividad casi tan común para las personas como andar. Aún así, esta actividad conlleva mucho más riesgo del que nuestro cerebro habituado a la conducción puede percibir. Cada día mueren muchas personas en la carretera, llegando a ser una de las causas de muerte más común a nuestra especie. Una buena pregunta sería, ¿Se pueden reducir los accidentes de coche? Para ello vamos a definir primero los factores que ayudan a las personas a evitarlos.

La percepción del riesgo es importante a la hora de conducir, no afecta tanto tener una buena o mala predicción como no tener la habilidad. Los conductores jóvenes con poca experiencia infravaloran el riesgo y sobreestiman sus capacidades de conducción. Por tanto, la estimación del riesgo puede tener un papel importante en los accidentes de tráfico. La habilidad se adquiere con la experiencia de conducción, cuanto más tiempo mejor habilidad. Hay numerosos factores que pueden hacer que una situación de riesgo no sea percibida, ya sea por el propio ambiente (estímulos visuales encubiertos, no tener ayudas para predecir el riesgo, etc.), ya sea del sujeto (desconocimiento de como percibir los riesgos “read the road”, habilidades de afrontamiento, etc.).

El papel de la atención es importante especialmente cuando tienes varios estímulos delante, para ello se ha investigado sobre la captura atencional. La captura atencional se refiere a la capacidad que tienen las personas de poner su atención en un lugar del espacio, esta es necesaria para percibir los riesgos que la carretera conlleva. La captura atencional es regulada por la orientación atencional, que es la habilidad que nos permite cambiar de un estímulo a otro en función de nuestras necesidades situacionales o internas.

Una vez definidos los factores los autores intentan ver la interacción que tienen entre si, para ello elaboran un test de percepción de riesgo, que discrimina por grado de experiencia al volante. Para medir la ejecución se plantean diferente situaciones validas o inválidas, que van a ser más peligrosas que las simples, porque son más complejas. Hicieron un estudio que se compuso de 92 participantes (52 hombres y 40 mujeres) que fueron divididos en tres grupos según su experiencia al volante. El experimento constaba de 48 vídeos que se dividían en las tres situaciones: 16 válidas, 16 inválidas y 16 simples. En los válidos aparece una señal que predice el lugar donde va a aparecer la situación de riesgo, en el inválido en un espacio diferente y en los simples no hay señal.

Tras ver los vídeos se les preguntaba qué pasaría después en el vídeo y con qué grado consideraba esa situación de riesgo. Los vídeos eran parados justo cuando la situación empieza a convertirse en situación de riesgo. Acto seguido se le preguntaba:

Los resultados muestran que la tasa de acierto aumenta en las situaciones simples frente a las complejas (válida/inválida) y que además los conductores expertos tienen mayor capacidad de percibir el riesgo que los normales y mucha mayor capacidad que los inexpertos.

Esto ocurre porque los ensayos simples nos capturan la atención de forma exógena directamente en el estímulo relevante, mientras que en los inválidos, nuestra atención, estaría dividida en dos localizaciones. El test tuvo buena consistencia interna y diferenciaba entre niveles de conducción, además, lograron reproducir los efectos de la orientación atencional en situaciones de conducción y los efectos que tenían la experiencia conduciendo sobre la predicción de riesgos. Lo más interesante fue que, la orientación atencional no tenía ninguna relación con la experiencia conduciendo de los participantes. Esto sugiere que la orientación exógena de la atención es un proceso automático, indispensable y necesario en la naturaleza.

Estudios posteriores utilizaron imagen tomadas por fMRI de la activación cerebral, para poder observar la mejor habilidad para percibir riesgo de los conductores expertos. Se observó una mayor activación en las áreas de la atención ejecutiva en los conductores expertos, además de una mayor conectividad entre las cortezas occipitales y las redes de atención visual. . Concluyeron en que una mejor percepción del riesgo depende, del estado emocional, de la percepción de la velocidad, de la capacidad de representar bien el espacio y del control ejecutivo.

Por lo tanto, crear nuevas técnicas para acelerar el aprendizaje de la percepción de riesgos, puede minimizar el riesgo de accidentes de tráfico. También un entrenamiento en desenganchar rápido la atención de el estímulo irrelevante para la situación en la carretera donde hay varios estímulos compitiendo por ella, puede ayudar también a prevenir estos accidentes.

El entrenamiento, la consciencia y el trabajo de los profesionales, podría ayudarnos en un futuro a mejorar nuestra relación con la tecnología, porque a andar se aprende andando pero a conducir, nos tienen que enseñar y si es de una forma completa, podremos convertir coger el coche en una conducta tan segura como andar.

Que la tecnología usada no fuese lo suficiente fina para diferenciar la experiencia en procesos de orientación atencional. Otro factor importante podría ser la edad, o el simple hecho de que no se está conduciendo en situaciones reales.

Para obtener resultados más precisos, se podrían registrar los movimientos oculares y calcular el tiempo que tarda la persona en desenganchar su atención de un estímulo irrelevante, viendo como se hace más rápido conforme tengas más experiencia al volante. La orientación atencional endógena podría jugar un papel importante en este proceso, ya que podría ser la habilidad que desenganchase la atención del estímulo relevante.

En inglaterra los accidentes se han visto reducidos un 11% tras haber puesto obligatorio aprobar un test de percepción de riesgo en vídeos de conducción. Haber entrenado la habilidad de predecir el riesgo con estos tests ayuda a predecir mejor los riesgos en la vida real. Además, reducir la tasa de mortalidad de causas que matan a tantas personas siempre es un avance para la sociedad.

Bibliografía:

Muela I, Chica AB, Garcia-Fernandez P, Castro C. Visual attention in realistic driving situations: Attentional capture and hazard prediction. Appl Ergon. 2020 Aug 29;90:103235

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