Una perspectiva feminista de la forma de esclavitud más normalizada: la prostitución

La prostitución, en la que los cuerpos de la mujer han pasado a ser mercancías, supone una industria que moviliza miles de millones de euros cada año en todo el mundo. De hecho, uno de los argumentos que apoyan la existencia de la misma es, precisamente, su universalidad. También se tiene la idea de que es una práctica inevitable, pues su fin último reside en cubrir “necesidades” de los hombres. Es por eso que se normaliza el consumo de cuerpos y se considera como algo instintivo o incontrolable, como una necesidad primaria que ha de satisfacerse inmediatamente. Se ha afirmado, sobre todo desde una posición elitista y de privilegio, que es una actividad tan legítima como muchas otras. Sin embargo, la prostitución se trata de un soporte de control o subordinación patriarcal que perjudica, no solo al colectivo que forma parte de esta red, sino a las mujeres como grupo, ya que afianza la concepción patriarcal de estas como meros objetos al servicio de los hombres.

Hombres de 18 a 49 años que han consumido prostitución alguna vez en España y uso de preservativo en la última relación con prostitución (sí, no, no recuerdo). Unidades: Miles de personas. (INE)

Un factor clave para la perpetuación de esta actividad es la demanda de los consumidores, pues sin oferta no hay demanda. Consumidores que son en su mayoría hombres, por cierto, a los que se tiende a proteger enmascarando las relaciones de poder y la hegemonía masculina subyacente. Las investigaciones tienden a centrarse más en la prostituta que en el hombre que explota, aun sabiendo que no existiría esta sin un hombre demandante.

No hay que perder de vista que también supone una cuestión de clases, pues afecta más a mujeres sin recursos, con menor independencia económica y posibilidades. Hay colectivos que, en base a este argumento, defienden que puede suponer una forma de liberación sexual, que algunas mujeres sí deciden elegir libremente su condición de prostitutas, lo que legitimaría la prostitución. Así, según tal creencia, abolirla supondría privar a quienes deciden ejercerla de su libertad. Sin embargo, considero muy acertadas a este respecto las palabras de Kant: “No se puede ser al mismo tiempo cosa y persona, propiedad y propietario”. Al existir un dominio patriarcal, voluntad del individuo y libertad no suelen coincidir. Así, habría que obviar este sistema de esclavitud para que se aceptara a la prostitución como trabajo y a las prostitutas como trabajadoras libres e independientes, lo que supondría una visión reduccionista. Por eso se puede afirmar que la prostitución nunca se da en condiciones de libertad, no es un acuerdo entre personas con iguales derechos.

El abolicionismo pretende que se sancione a los clientes y explotadores y que se proteja, por el contrario, a las víctimas. El fin último sería la erradicación de la prostitución, por atentar, como ya se ha desarrollado, contra los derechos y libertades de la mujer, y suponer un sistema de explotación. Aunque a priori parezca complicado poner en marcha políticas que estén orientadas al abolicionismo, no es algo inimaginable y en países en los que sí se ha llevado a cabo esto, las cifras de la prostitución han bajado. No obstante, sería necesario llegar a acuerdos entre países para evitar el desplazamiento de los proxenetas a lugares más tolerantes al respecto.

La prevención de esta práctica debe enfocarse en los consumidores y en una educación para prevenir el consumo y que no fomente este tipo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres . Mientras exista esta forma de control de la que todos somos cómplices será difícil educar en igualdad, y mientras no haya concienciación en la población, no habrá movilización desde abajo y no se llegará al abolicionismo. La educación, a pesar de lo adoctrinadora que puede llegar a ser por estar controlada por el gobierno y sus intereses, es, sin duda, una herramienta poderosa.

Referencias:

Bedia, R. C. (2016). Un ensayo sociológico sobre la prostitución. Política y sociedad, 53(3), 897–914.

Posada Kubissa, L. (2019). Reflexiones críticas sobre la prostitución desde el modelo abolicionista (Critical reflections on prostitution from the abolitionist model). Oñati Socio-Legal Series, 9(S1).

Ziáurriz, T. U. (2011). La prostitución, una de las expresiones más arcaicas y violentas del patriarcado contra las mujeres. Pensamiento iberoamericano, (9), 293–312

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