Hace poco tuve el placer de organizar con mi gente de Ironhack y erretres. un evento donde hablábamos de la relación entre Experiencia de usuario y Marca.

Cómo bailan juntas, y cómo una no es una sin la otra.

Lo primero que hay que decir es que todas las marcas tienen una historia que contar, y muchas de ellas, merecen ser escuchadas e incluso vividas.

Contadores de historias. Hiladores de historias.

A su vez, las personas somos consumidores de historias, que van componiendo la nuestra propia. Así, podemos decir, que la suma de vivencias entre el usuario y una marca, da como resultado una Experiencia (también percepción, imagen, relación…). Que puede ser satisfactoria, memorable, buena, mala, reguleras, ni fú ni fá, bah-pasable…

Esto es Experiencia de usuario. Por lo tanto, como podrás imaginarte, la Experiencia no la crea un diseñador, la crea la propia persona, y cada una es diferente. Sería pretencioso decir que nosotros creamos Experiencias. Pertenece exclusivamente a uno, que va modificando en base a su conocimiento y a sus creencias.

Como diseñador, puedes propiciar a que la balanza se desequilibre hacia un lado, generando contextos atractivos que “inviten a”, pero nunca crear la Experiencia. Podemos intentar mapear, intentar, e incluso diseñar una hoja de ruta que te de una visión más o menos acertada de cómo va a reaccionar un usuario al entrar en contacto con la marca. Pero esta hoja siempre será sesgada, porque es imposible predecir lo impredecible.

Y las personas, amigos, somos impredecibles (y singulares), aunque muchas veces cumplamos patrones.

Nunca miramos una sola cosa aislada. Siempre miramos en relación con otras, con el entorno, con nosotros mismos. La manera en que miramos viene afectada por las cosas que ya sabíamos. Imagínate la cantidad de permutaciones que esto puede dar.

Con lo cual, podemos hilar puntos de contacto entre sí e ir definiendo micromomentos. Ir hilvanando líneas más o menos gruesas, más o menos consistentes. Pero ya. Más o menos.

De la misma manera, una marca no es una marca si no hay alguien que la consuma. Ésta puede esforzarse lanzándote lo que quiere ser, pero la persona acaba modificándola en base a cómo la ve y cómo quiere que sea. La marca es una percepción subjetiva de valor, basada en la suma de experiencias de una persona con un producto o con una empresa.

Por ello, persona, marca y experiencia, van de la mano. Entender esta relación es vital para ver resultados, para vender más, para mejorar los KPIs, pero lo que es aún más interesante, para crear un mundo de posibilidades, con ideas que aporten valor. Para intentar lograr un impacto realmente positivo sobre las vidas del mayor número de personas posibles. ¡Esto es lo interesante!!

Entender que el canal digital, no es más que eso, un canal. Entre muchos otros, que tiene que ser coherente con el resto. Y que tiene su idiosincrasia, por supuesto. Pero un canal, al fin y al cabo.

Entender, que como Diseñadores tenemos una responsabilidad, la de saber que las cosas cambian y que tenemos el poder de hacerlo. Y tenemos el deber de imaginar, de crear. De diseñar.

Diseñar para cada persona en vez de para segmentos. Luchar por la singularidad en lugar de la popularidad.

¿Os imagináis diseñar medicamentos ad hoc en relación a los niveles de glucosa, al árbol genealógico, al ADN, en lugar de pretender que todos acudamos al Paracetamol? ¿Os imagináis diseñar interfaces que conecten la vida de las plantas con la de las personas?¿Os imagináis diseñar el viaje al cole seguro, amigable, y emocionante, en función de las capacidades de cada niño? ¿Os imagináis diseñar espacios de entendimiento que inviten al debate, al acercar posturas?

¿Os imagináis que ayudásemos a que las marcas cambiasen y a que las marcas cambiasen las cosas?.

Hagámoslo.

Si quieres compartir tus impresiones conmigo sobre Marca, Diseño y Experiencia de usuario, estaré encantado de leerte.

También puedes encontrarme dando clase de UX en el Part-time de Ironhack Madrid, o dirigiendo el área de Diseño de producto digital en Erretres.

Vente y te invito a un café, eres bienvenido.