De Ferraris y carabinieris
Jueves 5 de Julio (1990) / Por Daniel Arcucci.
La Ferrari del problema no fue la Testarossa negra, en la que di un paseo antes del debut con Maradona al volante, sino que fue la F40 roja, con el hermano de Diego manejando y los carabinieri detrás. Parece un trabalenguas, pero sirve para aclarar lo que pasó hoy, jueves 5 de junio de 1990, cuando faltan apenas tres días para la final y se alteró la paz de Trigoria.
Según pudimos reconstruir, porque no estábamos ahí, Lalo y Gabriel, cuñado de Diego, salieron a dar una vuelta con uno de los dos autos que Diego tiene en la concentración. Al rato estaban de regreso, pero acompañados: una guardia de carabinieri los escoltó con el costoso vehículo en calidad de secuestrado. Camino a Roma, los detuvieron y les pidieron documentos. Lalo explicó que el auto era de su hermano y que los papeles estaban en Trigoria, pero no hubo manera. Cuando llegaron, la cosa se fue de las manos. A las manos.
Diego sospechó que alguien de adentro había avisado a la policía para que los detuvieran y todo se descontroló. Mario, el responsable de seguridad del predio, que ya había perdido buena parte de su amabilidad después del resultado en Napoles, terminó en el piso y para contener a Gabriel, los carabinieri tuvieron que pedir refuerzos.
El episodio fue filmado por una cámara de Telemontecarlo, y las imágenes rebotaron hacia todo el mundo. Desde ayer el ambiente es irrespirable en Italia para todo lo que huela a argentino. Y, se sabe, no hay nada más argentino que Maradona.
El episodio fue en la rotonda de entrada, muy cerca de las canchas de entrenamiento donde Bilardo terminó de armar el rompecabezas. El enorme Vasco Goycochea será el arquero. Simón, uno de los más regulares en todo el Mundial, el líbero. Ruggeri y Serrizuela, los stoppers. Como mediocampista por la derecha irá Lorenzo, y por la izquierda, en el lugar de Olarticoechea, estará Sensini. Innovará con Basualdo de mediocampista central. Cerca de él, Troglio. Burruchaga, que está al límite, y Calderón, que terminó siendo una pieza de recambio en varios puestos. Maradona, obvio, y Dezotti en el lugar de Caniggia. Es lo que hay.
De Alemania se sabe que está impecable. Tan potente como la Ferrari de Diego.
